Por @Wicho — 24 de Junio de 2015

Rosetta en las cercanías de 67P

¿Qué hacer con una sonda espacial cuando esta funciona perfectamente y se va acercando el fin de su misión?

Pues echar cuentas a ver si sale a cuento seguir utilizándola y en ese caso prolongar su misión, que es lo que acaba de hacer la Agencia Espacial Europea con Rosetta, tal y como se puede leer en Rosetta mission extended.

Lanzada en 2003, Rosetta lleva en órbita alrededor del núcleo del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko desde el 6 de agosto de 2014, siguiéndolo en su periplo alrededor del Sol.

Los planes originales pasaban porque Rosetta acompañara a 67P durante el perihelio de su órbita, que ocurre el 13 de agosto de 2015, y seguir con él hasta finales de este año.

Pero con la misión extendida Rosetta seguirá en activo hasta septiembre de 2016.

Esto le permitirá no sólo seguir analizando la actividad –el descenso de actividad, de hecho– del núcleo de 67P según se vaya alejando del Sol, sino que gracias a este mismo descenso de la actividad podrá ir acercándose cada vez más a este para obtener observaciones más detalladas.

Septiembre de 2016 marcará el fin de la misión porque para entonces a Rosetta apenas le quedará combustible y además la posición de 67P visto desde la Tierra será casi al otro lado del Sol, lo que dificultará las comunicaciones, si no las impide por completo.

Además, los instrumentos de Rosetta funcionan gracias a la electricidad que generan sus paneles solares, electricidad que disminuirá según se vaya alejando del Sol, hasta dejar de ser suficiente para poder hacerlos funcionar.

Durante esta fase extendida de la misión es posible también que Rosetta pueda por fin localizar en las imágenes que tome a Philae, su aterrizador que ha despertado recientemente tras siete meses de hibernación en la superficie de 67P.

Philae en 67P

Como final de la misión lo más probable es que Rosetta vaya acercándose cada vez más en espiral durante unos tres meses hasta 67P hasta aterrizar en él, para así acabar reunida de nuevo con Philae.

Juntos, Rosetta y Philae, nos han permitido orbitar y aterrizar por primera vez en el núcleo del un cometa, y así averiguar más cosas acerca del periodo de formación del sistema solar y del origen del agua en la Tierra, pues los cometas son algunos de los objetos que menos cambios han sufrido en los miles de años de historia de nuestra esquinita del cosmos.

Ha sido y está siendo, sin lugar a dudas, una de las misiones más exitosas de la Agencia Espacial Europa de los últimos años; en mi opinión el aterrizaje en 67P es el equivalente para esta generación al aterrizaje del Apolo 11 en la Luna en 1969.

Se puede seguir a Rosetta y Philae en Twitter como @ESA_Rosetta y @Philae2014.

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