Por @Wicho — 25 de Noviembre de 2015

Relatividad general

El 25 de noviembre de 1915, en una conferencia en la Academia Prusiana de Ciencias, Albert Einstein presentaba en público por primera vez las ecuaciones que forman su teoría de la relatividad general.

Con ella conseguía encajar la fuerza de la gravedad en su teoría especial de la relatividad de 1905, con la que ya había puesto patas arriba la física al decir que espacio y tiempo son la misma cosa, pues la relatividad general venía a decir que la masa curva el espacio y el tiempo y que la gravedad no es más que un efecto de esta curvatura.

Tanto la teoría especial de la relatividad como la general han sido comprobadas y requetecomprobadas mediante observaciones experimentales de las predicciones que hacen, y entre otras cosas nos han permitido avanzar en nuestro conocimiento del universo; de hecho la teoría del Big Bang se deriva de las ecuaciones de la relatividad general.

Desde un punto de vista más cotidiano la relatividad especial y la general las usamos cada vez que utilizamos el GPS: a causa de la velocidad a la que se mueven los satélites que emiten las señales del sistema y la distancia a la que están de la superficie de la Tierra los relojes que llevan a bordo se retrasarían al día 7 microsegundos como consecuencia de la velocidad y adelantarían 45 microsegundos por efecto de la gravedad, lo que en la práctica haría que se produjeran errores de varios kilómetros en la determinación de nuestra posición.

La Agencia SINC ha publicado Diez preguntas para entender la teoría de la relatividad general de Einstein en las que el físico Roberto Emparan, profesor ICREA de la Universidad de Barcelona, intenta explicar la importancia del trabajo de Einstein, uno de los momentos más brillantes de la historia de la ciencia

Aunque nos haya echado un jarro de agua fría a los que desearíamos ver cómo la humanidad explora el espacio, ya que una de las cosas que nos enseñó Einstein es que en este universo es imposible viajar más rápido que la luz.

Curiosamente, a pesar de la enorme importancia de la teoría de la relatividad, Einstein no recibió el premio Nobel de física en 1921 por ella sino por su explicación del efecto fotoeléctrico.

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