Por Nacho Palou — 13 de Octubre de 2016

«Buzz» Frank Perri afirma sin pudor que su negocio Buzz-A-Rama es «el centro del mundo de las carreras slot» — coches de modelismo o de “de scalextric”, como los conoce mucha gente.

Great Big Story dedica unos minutos a esta afición y a Buzz-A-Rama, el último lugar que queda en Nueva York donde se puede correr con estos coches. Cuando Frank Perri abrió sus pistas había medio centenar de estas instalaciones en aquella ciudad. «Hoy quedo yo —asegura—, el único superviviente.»

Según cuenta Perri, para muchos se trata de una afición, de un «deporte», totalmente desconocido («por fin sé cómo se llama eso», comenta uno). Pero una vez que se conoce «todos se entusiasman» con esos pequeños coches con motor eléctrico que circulan por raíles. Los raíles (y un imán en la trasera del vehículo) guían y mantienen el coche en la pista y también proporcionan electricidad al motor. El piloto sólo puede variar la velocidad.

Los coches de slot se remontan a hace más de 100 años, y desde entonces no ha cambiado mucho en su concepto esencial. A lo largo de ese tiempo han conocido motores de combustión, de cuerda y eléctricos. El mando se añadió posteriormente, hacia mediados del siglo pasado, con un control analógico primero y control digital más recientemente — que proporciona más control y posibilidades.

En España era más habitual irse a casa de un amigo «a jugar al scalextric» que ir pistas públicas, pero en los años de 1970 y de 1980 había numerosos clubes y asociaciones que organizaban competiciones y campeonatos.

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