Por @Alvy — 28 de Julio de 2003

Javier Ribas se explica de nuevo en Kriptópolis con un artículo titulado Compartir copias no autorizadas a través de P2P es delito, intentando refutar a Carlos Sánchez-Almeida que publicó recientemente Compartir no es delito.

Ribas explica su punto de vista sobre definiciones y cuestiones como las copias privadas, las copias de seguridad, lo que se entiende por el famoso «ánimo de lucro» y otras. En lenguaje muy clarito, y con ejemplos muy gráficos, parece que va llegando al fondo de la cuestión... lo cual va a llevar el asunto seguramente al absurdo. Porque, por ejemplo, si se aplicara lo que él denomina

Conocimiento del usuario de que está cometiendo un delito. Además del ánimo de lucro, cabe preguntarse si los usuarios P2P son conscientes de que están cometiendo un delito. Mi opinión es que la mayoría de ellos lo saben, pero piensan que están protegidos por el anonimato. Como prueba de ello debemos analizar, entre otras, las siguientes circunstancias:

  1. Licencia programas P2P
  2. Contratos con PSI
  3. Advertencias en portales P2P
  4. Símbolo Copyright y advertencia legal
  5. Licencia de uso de programas de ordenador (…)»
Digo lo de «llegar al absurdo» por lo siguiente: si todo el que incumple cualquiera de estos cinco puntos según su definición de «ánimo de lucro» («ahorro del precio si se hubiera comprado un bien», «lucro por la publicidad que vende un tercero», «lucro mediante la obtención de puntos», entre otras) fuera perseguido y encarcelado… sencillamente todo el mundo estaría en la carcel [ej. Si Ribas usó Kazaa para buscar los usuarios malos malísimos, al mismo tiempo generó publicidad (banners) para un tercero (Kazaa) luego hubo lucro. Por tanto: a la cárcel, sin pasar por la casilla de salida].

Lo cierto es que todo el mundo estaría hoy en día en la cárcel más por los apartados 5, 4 y 2 que por los relacionados con el P2P. Que levante la mano quien no haya usado alguna vez un progama no comprado, haya hecho un copy-paste-forward de un texto con copyright o haya usado su conexión saltándose algún apartado de su contrato con el ISP. (Lo cual es tan absurdo como intentar meter en la carcel a todos los que alguna vez se han saltado el límite de velocidad en la autopista, o a todos los que han cruzado la calle con el semáforo en rojo.)

Por otro lado un tal Nota publica en Bandaancha ¿Quién teme al Lobo Feroz? que merece leerse.

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