Tenía muchas ganas de ver el resultado de la serie de Netflix que adapta The Sandman. Y aunque he de reconocer que hace demasiado tiempo desde la última vez que leí los cómics, así que a lo mejor me he perdido cosas, la verdad es que me ha gustado. Pero también he de decir que me queda alguna duda de si alguien que no conozca un poco del personaje y su(s) mundo(s) la podrá seguir del todo bien. Eso sí, es una serie para ver en pantalla grande para poder ver los muchos detalles que se medio esconden en muchas escenas. O en una pantalla pequeña pero con ojos menos cansados que los míos. Y para ver varias veces para no perderse esos detalles.
La serie adapta los dos primeros volúmenes de los cómics, Preludios y nocturnos y La casa de muñecas; incluye también los relatos cortos e independientes El sueño de un millar de gatos y Calíope del volumen País de sueños.
Por si no sabes de qué va, y sin spoilers importantes, Preludios y nocturnos cuenta como en 1916 Sueño es atrapado accidentalmente por Roderick Burgess, quien en realidad buscaba capturar a Muerte para que le devolviera a su hijo recientemente fallecido en la Primera Guerra Mundial. Pero Morfeo –otro de los muchos nombres de Sueño– no puede concederle eso; de hecho se niega a comunicarse con él ni con nadie. Sin embargo, Burgess se hace con los tres objetos en los que reside el poder de Sueño: un saco de arena, un casco, y un rubí, y empieza a usarlos para sus propios fines. Por otro lado, al faltar Morfeo de su reino, las cosas se descontrolan tanto allí como en el MundoReal™.
Sueño recién atrapado – Netflix
Más de cien años después, Morfeo consigue escapar de su prisión y regresar a su reino, donde descubrirá todo el daño que ha hecho su ausencia. Así que tendrá que ponerse en marcha para recuperar sus objetos perdidos y así poder deshacer el daño hecho en ese tiempo. O al menos intentarlo.
Por su parte La casa de muñecas habla de cómo Sueño tiene que enfrentarse a la aparición de un vértice, un ser humano capaz de eliminar las barreras entre el mundo de los sueños y el mundo de la vigilia. Sólo aparece uno cada muchos miles de años. Pero si su habilidad no se mantiene bajo control es capaz de acabar con el universo.
Los dos volúmenes –todo Sandman, en realidad– me han parecido siempre un derroche de imaginación y erudición que mezcla ideas y conceptos que vienen de muchos sitios pero que funcionan muy bien una vez pasadas por el tamiz de la mente de Neil Gaiman. Son una grandísima reflexión sobre lo que es ser humano y los sueños y pesadillas que creamos, muchas veces expresada por la incapacidad del protagonista para entendernos.
Así que si siempre recomiendo el cómic, también lo hago con la serie. A fin de cuentas el propio Gaiman ha dicho por activa y pasiva que esta es una versión de Sandman aprobada por él tras muchos años de luchar contra intentos mediocres de adaptarlo al cine o la televisión. Así que quién soy yo para discutirlo.
Y si te preocupa que algunos personajes hayan cambiado de género, raza, u orientación sexual en la serie respecto a los cómics, es que no has entendido nada.