Por @Wicho — 24 de Junio de 2019

Cada día unos 650 vuelos despegan de las dos pistas del aeropuerto de Heathrow. De ellos algo más de 20, entre vuelos de British Airways y Lufthansa, van hacia Frankfurt. Es un vuelo de una hora y media de puerta a puerta. Pero para que cada uno de ellos llegue con seguridad a su destino intervienen docenas de personas repartidas por Europa.

El vídeo How Air Traffic Control Works explica cómo horas antes de que el vuelo despegue la aerolínea tiene que enviar el plan de vuelo al Centro de Operaciones de Eurocontrol en Bruselas. Allí un sistema informático comprueba que el plan de vuelo se adapta a las reglas de cada aerovía por la que va a discurrir el vuelo y, si es el caso lo aprueba. Pero en el caso de ser rechazado –lo que ocurre aproximadamente en un 2% de los casos– serán personas de Eurocontrol las que hablen con la aerolínea para asegurarse de que se corrigen los errores.

Con el plan de vuelo autorizado se pasa su información a todos los sectores de control aéreo por los que va a pasar, desde los terminales de los aeropuertos a sus sectores de aproximación a todos aquellos que va a atravesar.

Así, en el vuelo de Londres a Frankfurt que nos sirve de ejemplo más de doce controladores se encargarán de que el vuelo salga de cada sector y entre en el siguiente a la altura, velocidad, y momento especificados, aunque puede haber cambios durante el vuelo por problemas con la meteorología, drones, o muchas otras cosas.

Las normas dicen que cada avión tiene que estar separado al menos 300 metros en vertical del más próximo, pero esto no quiere decir que vayan uno encima del otro, ya que cuando la separación vertical es de 300 metros no pueden estar a menos de 9 kilómetros en horizontal de distancia. Para mantener esta separación los controladores pueden modificar la velocidad, altitud y dirección de cada avión. Pero, de nuevo, siempre respetando los mínimos de separación y las reglas de cada aerovía.

Aerovías y sectores sobre Maastricht
Aerovías y sectores sobre Maastricht – Eurocontrol

Esto es una tarea ingente –la zona de control aéreo superior de Maastricht gestiona de 5.000 a 5.700 vuelos cada día– así que Eurocontrol en general tiene que hacer una gestión muy fina de los recursos disponibles. Y esto en general quiere decir aprovechar al máximo el número de controladores del que dispone, ya que cada uno puede gestionar un número máximo de aviones durante su turno. Una de las opciones que tienen es, en horas de menos tráfico, unir sectores; otra cosa que hacen es planificar con tiempo cuando saben que va a haber una huelga o que se avecina meteorología adversa.

De hecho el 60% de los retrasos en vuelo en 2018 –que sumaron 26 millones de minutos – fueron por falta de controladores… y en 2019, que va a ser un año de récord de vuelos, hay Eurocontrol dispone de menos controladores.

En el Portal de operaciones de Eurocontrol se puede ver el tiempo real el estado de la red y los minutos de retraso que se acumulan en cada sector. Con esa información las aerolíneas pueden planificar rutas alternativas cuando se prevé que el retraso de la ruta preferida va a ser demasiado largo, a veces volando más kilómetros a cambio de evitar retrasos.

El ejemplo del vídeo con Eurocontrol es aplicable a otras zonas del mundo; la coordinación del tráfico aéreo es fundamental para mantener los niveles de seguridad a los que estamos acostumbrados.

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