Por @Alvy — 29 de Octubre de 2025

Rana y agua hirviendo / GPT-5Estaba escuchando en un podcast la enésima referencia al «experimento de la rana hervida». Esa historia sobre que si dejas una rana en una olla de agua y la vas calentando poco a poco, muere al acabar hervida porque apenas nota que la temperatura está cambiando debido a que ese cambio se produce muy lentamente.

Pues no.

Ese experimento nunca se ha realizado de la forma en que suele contarse. Es una metáfora, no un experimento científico documentado, aunque mucha gente cree que es un efecto real. Puedes añadirlo a tu lista de leyendas urbanas para discutir con los cuñaos en la cena de Navidad.

Dicen que el fisiólogo alemán Friedrich Goltz (1872), que trabajó con ranas decapitadas para estudiar sus reflejos térmicos, observó que si las ranas no tenían cerebro no saltaban ante el calor gradual, pero que con cerebro sí lo hacían. Pero claro, una rana sin cerebro no parece un ser muy vivo, todo sea dicho.

En décadas posteriores, autores como el mismísimo Douglas Hofstadter y gente acostumbrada a dar charlas políticas, empresariales o motivacionales reinterpretaron la historia como si realmente una rana viva que permaneciera inmóvil en agua que se calienta lentamente hasta morir, lo cual es falso.

En experimentos reales se ha comprobado que una rana viva intenta escapar en cuanto la temperatura sube unos pocos grados por encima de lo normal, alrededor de 25–30°C.

Así que como metáfora, vale. Pero la realidad es que no tiene base empírica.

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Ilustración: Rana (CC) GPT-5

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