Por @Alvy — 24 de Mayo de 2024

Las quejas sobre la brecha generacional del anciano sumerio y lo que tiene de leyenda urbana / Sumerio -- Imagen: Bing AI

El otro día escuché por enésima vez una de las más famosas historias de quejas intergeneracionales de personas mayores viendo cómo los jóvenes «pierden los valores», en concreto la del famoso texto sumerio (que a veces es griego, egipcio o similar) que muestra que las brechas entre generaciones han existido desde siempre.

Así que decidí tirar por lo rápido y ver qué me decían las IAs:

¿Qué me puedes decir acerca de un texto muy antiguo encontrado en Mesopotamia, de miles de años, escrito por un anciano quejándose de la pérdida de valores tradicionales de los jóvenes? ¿Es real o un mito o leyenda urbana?

Las respuestas resumidas (algunas IAs se iban un poco por las ramas) serían estas:

El escrito al que te refieres es real. Se trata de una tablilla de arcilla de la antigua Mesopotamia, concretamente de la civilización sumeria, que data aproximadamente del 2000 a.C. En este texto, un anciano expresa su preocupación por la pérdida de valores tradicionales y el comportamiento de los jóvenes. Este documento es considerado una de las primeras quejas generacionales registradas en la historia, mostrando que la preocupación por las nuevas generaciones es un tema atemporal.

– ChatGPT

No hay evidencia de un escrito muy antiguo encontrado en Mesopotamia donde un anciano se quejara de la pérdida de valores tradicionales de los jóvenes. Esto parece ser una leyenda urbana o un mito moderno, ya que no se menciona en las fuentes históricas sobre Mesopotamia.

– Perplexity

La idea de un escrito antiguo en Mesopotamia donde un anciano se lamenta por la pérdida de valores tradicionales en la juventud es un tema recurrente en la literatura y la historiografía. Si bien no existe una evidencia concreta que confirme la existencia de un texto específico con estas características, la idea perdura debido a la existencia de textos con temática similar y a la presencia de arquetipos literarios comunes en diversas culturas.

– Gemini

Es real. La famosa Tabla de Súmero o Tablilla Sumeria de las Quejas es una de las piezas de escritura más antiguas que se conocen, datada aproximadamente en el año 1800 a.C. En ella, un anciano sumerio se queja amargamente de la decadencia moral de la juventud de su época y lamenta la pérdida de los antiguos valores y tradiciones. Es considerada una de las primeras evidencias escritas de la «brecha generacional» y la crítica de los mayores hacia las nuevas generaciones, un fenómeno universal que se ha repetido a lo largo de la historia.

– Claude

En resumen, hay dos IAs que opinan que es real (Copilot de Microsoft también venía a decir que era real, pero lo expresaba de una forma un tanto peculiar), una que está segura de es leyenda urbana y otra que no lo tiene muy claro. Digamos que gana 2,5 a 1 el hecho de que es un documento real frente a que es un mito o leyenda urbana.

Independientemente del resultado, esto deja entrever algo que ya sabíamos acerca de las IAs: dado que su fiabilidad es un poco de aquella manera más vale revisar concienzudamente sus afirmaciones y resultados. Es fácil encontrar ejemplos en los que fallan (y no solo en problemas matemáticos y problemas lógicos) debido a la forma en que han sido alimentadas. O bien fallan de forma similares porque tienen el mismo «motor» de IA detrás (por ejemplo los modelos LLM de ChatGPT/OpenAI). También si en internet hay muchísimos textos repitiendo y repitiendo como válida la historia de la «tablilla sumeria del anciano» sin duda las IAs acabarán considerándola algo real. En cierto modo la popularización de las leyendas las hace «más reales», podría decirse.

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Por @Alvy — 2 de Mayo de 2024

La leyenda urbana del martillo de 600 dólares / Imagen: Adobe Firefly AIHacía tiempo que no añadíamos referencias en nuestra sección de leyendas urbanas, y esta encajaría bastante en ese tipo de historias que se repiten una y otra vez y acaban desvirtuadas. Se titula «El despilfarro de 600 dólares en un martillo» y la ha indagado Government Executive, que pese a su título y aspecto no es ninguna entidad oficial ni dependiente del gobierno, sino una publicación como tantas otras (aunque orientada a funcionaros de las administraciones estadounidenses).

La leyenda viene a criticar cómo los gobiernos despilfarran absurdamente el dinero. En este caso se menciona un hipotético martillo, que a veces es un destornillador, o un inodoro, que algún departamento compra y que por cosas de los trámites, papeleos y sobrecostes acaba teniendo un coste de 600 dólares.

Según dicen en GovExec, citando a profesores y antiguos funcionarios del gobierno, el famoso martillo existió, pero su precio original era de 15 dólares, una cantidad mucho más normal y razonable. Lo que sucedió es que era parte de un pedido más grande, con otras herramientas y piezas, que en total costaban unos 435 dólares (aunque luego se exageró a 600 dólares). A la hora de contabilizar el proyecto se repartió el coste total a partes iguales, algo inapropiado porque algunas piezas eran motores y luego estaba el famoso martillo. El resultado: parecía que había un pedido de un martillo de 600 dólares, aunque la realidad era otra.

En cierto modo, me recordó mucho a la leyenda urbana de los bolígrafos del millón de dólares de la NASA, que nunca existieron. La moraleja, según dicen, es que a veces lo que parece un despilfarro es en realidad una pequeña muestra de una mala práctica contable, y que los números así tal cual, y más si están aderezados de historias de oídas, deben tomarse siempre con cautela.

Ya puedes añadir esta historia a tu «lóbulo de leyendas urbanas» para levantar la mano y decir «¡eso es falso!» cuando lo escuches en la próxima conferencia. Que es para lo que sirven muchas de estas perlas del conocimiento… Mmm… Igual merece la pena hacer una recopilación; me lo pensaré a ver qué sale.

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Por @Alvy — 25 de Septiembre de 2023

Una demostración visual de la curvatura de la Tierra / Aerogeneradores en el Parque Eólico Thorntonbank; costa de Westende, Bélgica (CC) Lieven
Aerogeneradores en el Parque Eólico Thorntonbank; costa de Westende, Bélgica (CC) Lieven

Esta foto de Lieven, un arquitecto belga que además de aficionado a la fotografía es experto en lenguaje klingon (!), es tal vez la más sencilla y visual demostración visual de la curvatura de la Tierra. Es un recorte de la imagen original completa que el autor ha tenido que enseñar más de una vez porque la gente no se creía que fuera auténtica.

La fotografía está tomada en la costa de Westende, un pueblecito costero normal y corriente cerca de Brujas (Bélgica) con una amplia playa donde a lo lejos (28 km) está el Parque Eólico Thorntonbank. Allí hay decenas de aerogeneradores con una capacidad conjunta de más de 325 MW. Los más altos tienen rotores de hasta 126 metros de diámetro, y están instalados sobre torres que se clavan en el fondo marino hasta 27 metros bajo la superficie de las olas.

Como dice el saber popular y ya conocían nuestros antecesores, cuando un barco se aleja se puede intuir la curvatura de la Tierra porque lo último que deja de verse son las velas y la punta del mástil. Aquí las torres y palas de los aerogeneradores hacen de mástiles; su colocación en el «parque eólico marino» alejándose hacia el horizonte permite ver algunos completos, pero de otros se aprecia sólo la parte superior. Diferentes objetos, mismo efecto.

Todo esto se puede calcular geométricamente. Una persona desde el suelo puede ver el horizonte normalmente hasta unos 5 km. Pero hay varios factores a tener en cuenta: la altura del observador (unos 2 m), la del objeto observado (más de 100 m en este caso) y sobre todo la refracción atmosférica, que puede permitir ver incluso más allá del horizonte «geométrico» según las condiciones climáticas. Hasta la altura de las olas puede influir.

Aquí toda esa combinación de factores hace que la separación entre las grandes palas y el efecto del zoom de la cámara (una Fujifilm FinePix HS30EXR 24-720mm) se combinen para aplanar la imagen y mostrar las diferencias debido a esa curvatura que separa las palas visibles de los aerogeneradores que están más cerca y los que están más lejos.

Según los mapas de la instalación los aerogeneradores son todos iguales, están a la misma altura sobre el nivel del mar y cubren una distancia de unos 4 km hacia el horizonte más allá de los 28 km que los separan de la costa. Quizá el fotógrafo estaba a cierta altura para poder observar tan lejos, aunque en esas zonas no hay elevaciones notables. Pero por la altura de los aerogeneradores (más de 100 metros) y con un poco de ayuda de la refracción, todo cuadra. Una gran foto y un gran efecto sin duda.

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Por @Alvy — 2 de Septiembre de 2023

Foto: Cargador público en un centro comercial (CC)-by Alvy

Al más puro estilo de leyenda urbana asustaviejas desde hace años se rumorea que enchufar el móvil para recargarlo en un punto de carga público es «peligroso» porque «los hackers te roban los datos o te instalan software malicioso». Lo cierto es que no se conocen casos reales en los que esto haya sucedido, ni en España ni fuera de nuestro país.

La historia parece provenir de una convención DEF CON de 2011, donde se explicó el «concepto» del asunto y se hicieron pruebas con unas 360 personas –la mayoría inexpertos– que enchufaron los móviles de la época en un cargador allí instalado y a los que se pudo instalar algo. Y ya está. El resto son avisos repetitivos y cíclicos, bulos como los que a veces se ven incluso en carteles en las comisarías, llenos de faltas de ortografía y con «sellos oficiales» falsos.

El hecho cierto es que desde hace mucho tiempo los fabricantes han añadido avisos en el sistema operativo para preguntar si se confía en los cargadores, algo que mitiga el potencial problema, que en realidad nunca fue tal: aunque el concepto es válido el riesgo real es mínimo, por no decir inexistente. [Fuente: The urban legend about phone charging that just won’t die en Vox Media.]

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