Por @Wicho — 9 de Mayo de 2018

Si la Tierra es más o menos esférica su circunferencia mide 360º. Si dividimos esos 360º entre las 24 horas de un día tendría que bastarnos con 24 zonas horarias. Aunque en realidad usamos 25, ya que van de -12 horas a +12 horas pasando por el cero, con lo que las zonas horarias de los extremos en realidad son la mitad de anchas que las demás.

Pero esas líneas son sólo teóricas y dado que cada país puede escoger la zona horaria que usa hay numerosas excepciones y cosas cuando menos curiosas. China, por ejemplo, que debería tener cinco zonas horarias, usa una sola para todo el país, la de Beijing, lo que hace que en el extremo oeste del país el mediodía solar pueda llegar a ocurrir sobre las 3 de la tarde. Esto hace también que si cruzas de China a Afganistán la diferencia horaria sea de tres horas y media.

Afganistán, por cierto, usa UTC +4:30, y no es el único país con zonas horarias ajustadas a 30 minutos. Hasta los hay que ajustan a 15 ó 45 minutos. Pero entre los de 30 minutos de diferencia Australia se lleva la palma porque durante parte del año su zona continental tiene tres zonas horarias… que se convierten en cinco cuando entra en vigor el horario de verano.

Y luego viene todo el follón alrededor de la línea de cambio de fecha, con países que han avanzado y retrocedido en el tiempo, islas que apenas están a 70 kilómetros de distancia pero cuyos horarios están separados por 24 horas (25 cuando está en vigor el horario de verano), o islas que están en UTC +14.

Una consecuencia de esto es que cada día hay un momento en el que hay tres días del calendario en uso al mismo tiempo. Cuando son las 10:30 de la mañana de un miércoles en el Reino Unido son las 23:30 del martes en Niue y las 00:30 en las islas de la Línea, que pertenecen a Kiribati.

Lo de Kiribati también tenía delito, por cierto, ya que por la diferencia horaria entre los varios grupos de islas que lo forman sólo cuatro días de la semana coincidían en días laborables para todas, pues algunas estaban al otro lado de la línea de cambio de fecha. Esto cambió en 1995 cuando Kiribati adoptó +13 y +14 para los dos grupos de islas que quedaban al otro lado, y de ahí la «chepa» que tiene la «línea» de cambio de fecha a su altura.

Un delicioso cacao maravillao fenomenalmente explicado en este vídeo, que viene a demostrar una vez más que los humanos somos expertos en modificar los estándares según como nos convenga… y que permite intuir por qué a los programadores les da un cierto miedo escénico meterse con asuntos de fechas, horas y zonas horarias.

No me extraña que haya algunos que quieran acabar con las zonas horarias.

El vídeo está en inglés pero la traducción automática de subtítulos funciona muy bien.

(Llegué al vídeo vía un tuit de Simon Kuestenmacher).

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