Por @Alvy — 29 de diciembre de 2018

Anunciada casi por sorpresa hace unos días, Bandersnatch se presentó como «un evento Netflix» y luego como «película interactiva» bajo el paraguas de la distópica y excelente serie Black Mirror. Así que con una ambientación ochentera, un programador de videojuegos como protagonista –hay quien dijo que al estilo Microsiervos– y una historia de realidades extrañas era una cita más que obligada para estos días.

Bandersnatch viene a ser lo que conocemos de toda la vida como Elige tu propia aventura, un estilo denominado hiperficción explorativa que lleva evolucionando desde los 70 hasta la actualidad en forma de libros, videojuegos e incluso emisiones por televisión. De este estilo –más o menos– eran los juegos conversacionales, los de animación como Dragon’s Lair, Space Ace y similares. Hasta en YouTube se han hecho experimentos al respecto. Pero ninguno a nivel de superproducción con el presupuesto de un episodio de calidad. (Y del Teletrébol de Telecinco de hace 25 años mejor ni hablamos).

Lo primero que se nota extraño al empezar la ¿película? es que no marca ninguna duración porque dependerá de cómo se desarrolle. (Puedes calcular una duración normal tirando a larga). Luego en las escenas de vez en cuando aparece un menú con algunas opciones y se puede decir qué debe hacer el protagonista (~10 segundos). En teoría todo esto esto funciona en Netflix para iOS, Android, web y «televisores modernos». Pero en el Apple TV y en televisores que no sean de superúltima generación hay que olvidarse. Yo acabé como los hombres de las cavernas, enchufando el portátil con un cable a mi tele «Smart TV con hardware actualizable para estar siempre al día» porque sencillamente no funcionaba.

Bandersnatch

Es muy interesante que los empalmes son más que correctos, con apenas unos segundos de «indecisión» tras lo cual todo sigue adelante como si tal cosa. Pero la sensación es rara al estar «obligando» al protagonista a hacer lo que queremos. Y… No se puede contar más sobre el desarrollo de la historia sin hacer spoilers, pero baste decir que se va enredando, enredando hasta el punto (en cierto modo previsible) de romper la cuarta pared, o la quinta, según cómo se mire, que con estos inventos nunca sabes hasta dónde van a llegar sus creadores.

La película está además llena de sutiles referencias: como está ambientada en los 80 los personajes pueden fumar en la oficina; como Black Mirror es británica el «ordenador de moda» es el ZX Spectrum, eso sí: con mención honorífica a los Commodore. Por todos lados hay guiños a libros y escuelas de pensamiento que cuestionan la realidad y el libre albedrío, incluyendo a Philip K. Dick (Ubik), al Pac-Man y otros videojuegos de la época. Por si fuera poco uno de los actores es ni más ni menos que Jeff Minter, el mítico programador de Llamasoft, creador de El ataque de los camellos mutantes entre otras maravillas. Además de eso tienen pequeños cameos (¡o no!) los títulos de algunos episodios de Black Mirror.

Bandersnatch

Los creadores se lo ha montado muy bien además para dotar al episodio de una/varias historia/s totalmente consistentes; el trabajo ha debido ser fino (pista: el metraje completo fueron 5 horas y 12 minutos). Y es que más allá de los trucos como simplemente elegir una u otra música de fondo según decida el protagonista (perdón: según decida quien esté viéndolo), el resto es más complicado. Si durante el desarrollo se llega a algún punto sin retorno simplemente se puede volver a intentar, como en los videojuegos.

Hay tantas, tantas referencias, autorreferencias y metarreferencias que lo mejor es verlo y disfrutarlo. Es un episodio/película que explota un concepto de forma sencillamente excelente. Y aunque no sea algo nuevo, nuevo, está brillantemente realizado. Además por lo que abarca (todo tipo de dispositivos, una gran experiencia de usuario, calidad cinematográfica en todos los sentidos) resulta una idea fresca y diferente. Si te quedas con ganas, siempre puedes volver a verlo cambiando las opciones… Puede que te vuelvas un poco tarumba y acabes haciendo un diagrama de flujo: tú decides.

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Bonus: el propio título Bandersnatch es la metarreferencia definitiva: es el nombre de uno de los personajes de A través del Espejo y lo que Alicia encontró allí, la venerada obra de Lewis Carroll que, cómo no, incluye uno de los más clásicos cuestionamientos sobre la realidad.

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