Si hay algo que ha caracterizado a Amazon desde el principio es su obsesión con el servicio al cliente. Fruto de esta obsesión es una continua búsqueda de soluciones tecnológicas que le han permitido rebajar el tiempo que tarda en completar un pedido de menos de un día cuando lo hacían todo prácticamente a menos de una hora en la actualidad. Por eso hay ciudades en las que puede entregar no ya al día siguiente sino en el día.
El último avance en ese sentido está en el proceso de reposición de mercancía en los centros logísticos –almacenes– en los que usa robots antes de Kiva y ahora de Amazon Robotics, en concreto la de los ítems que se pueden manejar a mano, que son una gran mayoría de lo que sirve la empresa.
Hasta ahora las personas que trabajan en reponer mercancía –Amazon las denomina pickers– tenían que, con un lector de códigos de barras en la mano, escanear el código del cajón amarillo del que iban a coger un objeto, escanear el código del objeto, y escanear una vez más el hueco de la estantería en la que iban a meterlo antes de meterlo y volver a empezar con el siguiente ítem.
Los cajones amarillos son, según Tye Brady, el tecnólogo jefe de Amazon Robotics, como los paquetes IP de los almacenes de Amazon. Circulan de un sitio a otro mediante un sistema de transporte similar al del de transporte de maletas de cualquier gran aeropuerto y en su interior van un cierto número de ítems. Esos cajones van tanto a los puestos de reposición de mercancía como a aquellos desde los que se cogen los ítems de un pedido, que luego vayan a ser empaquetados y enviados en otro de esos cajones amarillos.
Las estanterías, a las que Amazon denomina pods, vainas, son de tela –también amarilla– con un armazón metálico y miden algo más de dos metros de altura por unos 90 centímetros de lado y tienen compartimentos para meter cosas dentro en los cuatro lados.
Los robots son los que se encargan de llevar las estanterías de un lado a otro, tanto a los puestos de reposición como a aquellos en los que se cumplimentan los pedidos.
Pero con el nuevo sistema, diseñado bajo la premisa de eliminar tantos puntos de fricción en la interacción entre humanos y el sistema como sea posible, las personas que están reponiendo se ahorran pasos y además tienen las dos manos libres.
Para empezar en lugar de tener que escanear el cajón amarillo del que están sacando cosas ahora pulsan un botón que hay sobre el cajón para indicar que es el cajón activo de los varios que puede haber en su puesto de trabajo. Luego, en vez de tener que apuntar con un lector de barras al objeto lo pasan por debajo de un lector de código de barras, en un proceso similar al que se usa en las cajas delos supermercados. Finalmente, y esta para mí es la parte más sorprendente del proceso, lo colocan en el hueco que más rabia les dé de la estantería con la que están trabajando y un sistema de visión artificial detecta en qué hueco lo han colocado sin necesidad de que escaneen el código de barras de ese hueco.
Esta parte es posible después de que en Amazon hayan entrenado un sistema de aprendizaje automático con montones y montones de vídeos. Y no ha sido trivial porque aparte de «ver» donde el empleado coloca el ítem el sistema también tiene que ser capaz de darse cuenta de cuando el empleado hace el amago de colocarlo en un sitio pero al final lo pone en otro.
Además Amazon utiliza almacenamiento caótico. Esto quiere decir que en lugar de tener el espacio del almacén dividido por categorías de productos todo –casi todo– se mezcla colocándolo en el primer hueco disponible, algo que controla una gran base de datos que registra todas las entradas y salidas, lo que hay en cada hueco, y cuales están libres. Con esto el espacio se optimiza ya que se puede rellenar tan pronto como un hueco queda libre y entra otro producto, independientemente de su naturaleza. Además, dado que los pedidos son aleatorios hay más probabilidad de que dos o más ítems de un pedido coincidan en la misma estantería que si los tienes todos ordenaditos.
Pero también implica que no se deben colocar ítems iguales en dos compartimentos adyacentes de una estantería para evitar que la persona que los vaya a sacar luego saque por error o comodidad uno del hueco que no es, lo que haría que la base de datos contuviera información errónea. Así que en los nuevos puestos de reposición de mercancía el sistema proyecta un patrón en rojo para indicar donde no se debe poner el ítem que la persona que está reponiendo tiene en la mano. Pero si aún así algún objeto termina en un hueco que no debería estar el sistema se da cuenta aunque en lugar de parar a la persona que está reponiendo, rompiendo su ritmo de trabajo, toma nota y dirige esa estantería a otro puesto de trabajo en el que el ítem mal colocado será puesto en un hueco correcto.
Otro detalle curioso del sistema es que también aprende de la forma de trabajo de las personas que lo usan, con lo que con el tiempo va dándose cuenta de si alguien tiene tendencia a colocar las cosas en los huecos más altos, en los más bajos, en los de un lado, o lo que sea, y entonces le trae estanterías que tienen más huecos libres en su zona preferida.
Este nuevo sistema está siendo probado en el centro logístico BWI 2, el segundo que tiene de Amazon en Baltimore y uno de los más activos de la empresa por su proximidad a Washington, donde pude verlo en funcionamiento. Pero la idea es irlo extendiendo a los demás centros de Amazon que usan robots por el mundo adelante.
El objetivo de Amazon con el uso cada vez más intensivo de procesos automatizados es dejar en manos de las máquinas tareas para las que son buenas como triturar números, manejar bases de datos, levantar objetos pesados (están desarrollando un paletizador automático, por ejemplo), moverse con precisión y, sobre todo, tareas repetitivas y a la vez hacer que los humanos puedan dedicar sus habilidades a solucionar problemas, a hacer generalizaciones o pensar en problemas de forma creativa de tal forma que pueden llevar a nuevas formas de hacer las cosas. Si por el camino sus cuentas de resultados mejoran pues tampoco lo verán como un inconveniente, claro.
El uso intensivo de la automatización, de todos modos, no es algo único de Amazon, ni mucho menos. No have mucho publicábamos un vídeo sobre un almacén de Uniqlo en el que se han eliminado 9 de cada 10 puestos de trabajo humanos gracias / a causa de la automatización.
Y es algo que está dando que hablar y que dará que hablar en los próximos años mientras se eliminan ciertos puestos de trabajo muy manuales y repetitivos, algo que obligará a ajustes en el mercado laboral, igual que sucedió en otros campos según se fueron introduciendo máquinas.