Por Nacho Palou — 10 de Septiembre de 2012

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Recientemente y gracias a BMW (en Twitter: @BMWEspana) tuve ocasión de probar el BMW Serie 3 (335i) con tecnología ConnectedDrive que la marca define como la interconexión entre conductor, vehículo y mundo exterior.

La plataforma BMW ConnectedDrive demuestra que la combinación de tecnología e información mejora la experiencia de conducir, incrementando significativamente la comodidad y la seguridad.

En el vehículo la información puede originarse de forma local, desde cámaras y sensores situados en el vehículo, o de forma remota, desde dispositivos accesorios como móviles o recibida a través de Internet. ConnectedDrive contempla y combina ambas posibilidades.

Pero también puede suceder que al conectar un coche a Internet se corre el riesgo de incorporar información superflua e incluso innecesaria. Y un exceso de información, añadir ruido, puede tener el efecto contrario al buscado en un principio. Por ejemplo, que técnicamente sea posible acceder a Facebook desde el vehículo no significa que haya que ofrecer tal posibilidad, aunque una voz lea en voz alta los mensajes. Ni siquiera que sea buena idea.

Conectado a Internet

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En el BMW de momento (en España, al menos) la conexión a Internet debe hacerse a través del teléfono móvil del usuario. En un futuro próximo el vehículo incorporará su propia conexión de datos 3G, lo que ampliará las posibilidades del sistema. Por ejemplo, para acceder al sistema de información y entretenimiento del coche de forma remota, mantener los mapas de navegación GPS y toda la información adicional al día y proporcionar conexión wifi a los pasajeros.

Pero por ahora como digo la conexión del BMW pasa por el móvil del usuario. Y aunque en principio se puede conectar cualquier teléfono con Bluetooth el sistema ConnectedDrive está diseñado especialmente para conectarse a un iPhone. Y mejor aún si éste tiene instalada la aplicación BMW Connected.


La conexión del móvil por USB (la otra opción es por Bluetooth) añade alguna función extra, como mostrar en la pantalla del vehículo las carátulas de la música en reproducción.

Una vez conectado el sistema de información del coche tendrá acceso a la agenda de contactos, a la música almacenada o procedente de servicios como Spotify y a la conexión de datos del teléfono.

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Las Apps de BMW disponibles dependen de la aplicación móvil BMW Connect. Actualmente –en España, varía entre países– da acceso a Twitter y Facebook, a emisoras de radio por Internet, a contenidos locales de Wikipedia y a canales de noticias y feed RSS o entradas en la agenda calendario del móvil.

Una de las funciones más interesantes de BMW Connect es que sirve como extensión del sistema de navegación del vehículo: una vez aparcado el coche utiliza el móvil para seguir indicando cómo llegar andando al destino. Y para volver a encontrar el coche de vuelta, si fuera necesario.

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Prácticamente todas las opciones, funciones y ajustes del vehículo –incluyendo las del teléfono cuando está conectado– se manejan desde la consola central a través del mando iDrive.

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Con el coche parado el mando iDrive resulta aceptablemente cómodo, incluso para entrar texto es razonablemente rápido. Siempre y cuando el coche está parado.

Porque en marcha, aunque aún resulta adecuado para acceder a funciones principales –radio, navegador, teléfono,…– y ajustes de primer nivel de los menús, no resulta nada recomendable para escribir texto ni para profundizar demasiado en los menús.

Aunque actualmente el vehículo admite determinados comandos de voz BMW es una de las marcas que en principio incorporará "Eyes Free" o Siri –la tecnología de recocimiento de voz de Apple– en el coche, de modo que en el futuro gran parte de las tareas que ahora se realizan en el mando iDrive se podrán reemplazar por órdenes habladas de forma más o menos natural.

Y conectando al usuario con el mundo exterior

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También ConnectedDrive de alguna manera conecta al conductor con el vehículo y con todo lo que suecede alrededor de éste. El coche comunica toda la información que reciba a través de sus cámaras y sensores. Y se encarga de hacerlo sin sobresaltos, de forma natural y sin resultar demasiado molesto.

Un ejemplo: durante la marcha los sensores de proximidad avisan de la presencia de otros coches u obstáculos en torno al vehículo, también aquellos situados fuera del ángulo de visión y del alcance de los retrovisores. Cuando esto ocurre se iluminan los indicadores situados en los espejos exteriores.

Este indicador luminoso se percibe prácticamente sin necesidad de desviar la mirada. De modo que si en el instante en el que te planteas cambiar de carril el indicador está encendido este sistema te ahorra mirar en detalle dentro del retrovisor, calcular distancias y velocidades y evaluar si se puede hacer la maniobra o no. La filosofía no me hagas pensar aplicada a la conducción.

Y al revés, la ausencia de obstáculos en el retrovisor junto con el hecho de que el indicador luminoso esté apagado puede proporcionar cierta seguridad adicional –según la fe que cada uno tenga en la tecnología– a la hora de hacer la maniobra de incorporación o de cambio de carril.

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El Head-Up Display o HUD es otro gadget dirigido a simplificar la vida del conductor y a evitar tener que desviar la vista y la atención fuera de la carretera. Muestra información como la velocidad, la selección de música o las indicaciones de la navegación GPS proyectada en el parabrisas. Después de probarlo compruebo con resignación que el gesto de mirar los indicadores clásicos en el salpicadero resulta ordinario y hasta molesto.

Otros ejemplos de sistemas de información que incorpora el BMW y facilitan la conducción, y que son cada vez más comunes, indican el dato de limitación de velocidad de la vía junto con el dato de la velocidad actual. Evita tener que estar pensando si la velocidad es la adecuada y tener que estar pendientes del velocímetro. Además se puede configurar un aviso en caso de que se supere determinada velocidad.

También puede incorporar control de velocidad dinámico, que vigila la distancia con el vehículo de delante y emite una alerta de riesgo de choque en caso de que se reduzca excesivamente la distancia con un obstáculo o con el vehículo que circula delante. Dependiendo del tipo alerta el aviso puede recibirse de forma acústica, visual o mediante vibraciones en el volante.

Después de unos días conduciendo uno de estos vehículos a lo largo de unos 1.500 kilómetros y teniendo en cuenta que la plataforma ConnectedDrive, como sucede con otras similares, está aún en sus inicios —avanza con pasos cortos muy en parte por exigencias de la normativa— no cabe duda de que muestra un gran potencial y de que, cada vez más, mejorará mucho a la forma en que conducimos y circulamos.

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