Por @Wicho — 16 de Octubre de 2023


Una Starliner a su llegada a la Estación Espacial Internacional en su misión de prueba no tripulada en mayo de 2022 – NASA

La NASA publicaba hace unos días una actualización de la planificación para las próximas misiones del programa de tripulaciones comerciales. En ella la primera misión tripulada de la Starliner de Boeing, conocida como CFT, pasa de no antes de marzo a mediados de abril.

Y creo que no es descabellado aplicar la Ley de Berger, que dice

Si se prevé que un cohete debute en el cuarto trimestre de un año natural y faltan seis o más meses para ese trimestre, el lanzamiento se retrasará.

Aunque en este caso no se trata del debut del Delta V, un cohete más que probado, sino de que la cápsula no vuelva a dar problemas. De hecho ya he dicho con anterioridad que creo que no volará antes del verano de 2024.

En esa primera misión tripulada Butch Wilmore y Suni Williams se acoplarán a la Estación Espacial Internacional durante unos diez días antes de volver a casa. Es una misión fundamental para la cápsula sin la que la NASA no va a certificarla para entrar en servicio regular. Su último intento de lanzamiento iba a ser julio de este año. Pero dos graves problemas de seguridad obligaron a aplazarla. Por una parte, las líneas de los paracaídas de frenado a la cápsula tenían una resistencia menor de la que constaba en todos los registros; por otra Boeing había utilizado una cinta adhesiva para fijar cableado en el interior de la cápsula que en ciertas condiciones puede ser inflamable.

Y todo eso llegaba después de que su primer lanzamiento no tripulado fuera un fiasco. Y de que el segundo tuviera que ser aplazado casi un año a causa de unos problemas con las válvulas de propelentes del módulo de servicio que aún no está claro que hayan sido aclarados del todo.

El de la CFT es el mismo perfil de misión que la Crew Dragon de SpaceX con Bob Behnken y Doug Hurley a bordo llevó a cabo con éxito entre finales de julio y principios de agosto de 2020. A la primera.

De hecho la CFT de Boeing va a volar, si no hay más cambios, antes de la Crew-9 de SpaceX, que es la última del segundo contrato de la NASA con la empresa. Y está en el aire si la Crew-10 la volará una Starliner, suponiendo que por fin el CFT salga bien, o si lo hará de nuevo una Crew Dragon.

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