Por @Wicho — 13 de Junio de 2020

Aunque los vientos lo pararon en el primer intento Rocket Lab se ha apuntado un nuevo éxito con el lanzamiento del cohete Don't Stop Me Now en el segundo. Despegando de la Plataforma A del Complejo de Lanzamiento 1 que la empresa tiene en la península de Mahia en Nueva Zelanda el duodécimo Electrón de la empresa ha puesto en órbita cinco cargas útiles para tres clientes.

Estos han sido la NASA, la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) de los Estados Unidos y y la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW). Por parte de la NASA se trataba del Andesite, un cubesat desarrollado por el Centro para Física Espacial de la Universidad de Boston que a su vez desplegará ocho picosatélites del tamaño aproximado de una tostada. Volando en formación medirán las corrientes eléctricas que entran y salen de la atmósfera. De los satélites de la NRO no se sabe mucho más que son tres; no en vano es la agencia encargada de los satélites espía de los Estados Unidos pero poco más. La UNSW, por su parte, ha lanzado el M2 Pathfinder como un demostrador tecnológico para hacer pruebas de desarrollo para el futuro satélite RAAF M2.

En total el Electrón lleva puestos 53 satélites en órbita a lo largo de su carrera.

Con 17 metros de alto, 1,2 de diámetro, y un peso al lanzamiento de 12.250 kilos el Electrón está diseñado para cargas de entre 150 y 255 kilos en órbita sincrónica al sol, aunque no es la única órbita que puede alcanzar. No es una capacidad enorme pero es un segmento con gran demanda. Según Peter Beck, el director de la empresa, pueden cubrir un 65% de los lanzamientos que se hacen.

Muchos y rápido

Y no es que lo hagan a un precio espectacularmente bajo; en este caso lo que vende Rocket Lab como la gran ventaja del Electrón es su disponibilidad. En lugar de tener que esperar a que quede un hueco en un lanzamiento de un cohete más grande o a que un operador reúna la suficiente cantidad de clientes como para justificar el lanzamiento de un cohete más grande Rocket Lab ofrece un cohete relativamente pequeño y rápido de llenar. La NRO, por ejemplo, se han aprovechado de esta disponibilidad rápida para contratar el lanzamiento de sus tres satélites.

Rocket Lab, de hecho, tiene la capacidad de ensamblar hasta un Electrón a la semana y de hacer hasta 120 lanzamientos al año desde Mahia. Allí además están construyendo una segunda plataforma de lanzamiento para aumentar la cadencia de lanzamientos pues podrían procesar dos Electrones a la vez y lanzarlos con pocas horas de diferencia al no tener que esperar a volver a preparar la plataforma para su utilización. Están también a punto de estrenar un complejo de lanzamiento en los Estados Unidos pensado especialmente para clientes de ese país; facilita las cosas logística y «papelísticmente» no tener que enviar los satélites a otro país.

Fotos de los doce Electrones lanzados – Rocket Lab
Doce Electrones y contando – Rocket Lab

El Don't Stop Me Now ha sido el duodécimo Electrón lanzado y el undécimo en completar su misión con éxito. Y hay que recordar que el primero no llegó a entrar en órbita por un error en la configuración de los equipos de tierra que hizo que se perdiera la telemetría. Ante eso hubo que activar su autodestrucción antes de que se produjera una posible pérdida de control por la falta de comunicaciones.

No está nada mal para una empresa fundada en junio de 2006. Por eso la estoy siguiendo muy de cerca. Estoy firmemente convencido de que será una de las que revolucione el acceso al espacio. De hecho creo que ya lo está haciendo.

La empresa pretende acelerar el ritmo de lanzamientos en el segundo semestre de 2020, así que, más que nunca se les aplica eso de…

Aunque hay que decir que el nombre y el parche de esta misión están dedicados a Scott Smith, miembro de la junta directiva de Rocket Lab y amigo del equipo que falleció en febrero de 2020. El S.S.S. del parche representa su nombre completo, Stanford Scott Smith mientras que Don't Stop Me Now era su canción favorita de Queen.

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