Por @Wicho — 6 de Octubre de 2025

La descripción
El Discovery en el Smithsoniano – Museo Nacional del Aire y el Espacio

La ley bautizada como One Big, Beautiful Bill, aprobada por la administración Trump el pasado mes de mayo, incluye, entre otra miríada de provisiones, una reserva de 85 millones de dólares para llevarse el transbordador espacial Discovery del Smithsoniano en Washington a Houston, Texas, estado por el que es senador Ted Cruz.

Su argumento es que cuando la NASA repartió los transbordadores el proceso estuvo viciado y que Houston, parte fundamental en la historia de estas naves, tenía que haberse llevado uno. Aunque hay quien dice que eso tenían que haberlo argumentado hace años, que en el momento de hacer el reparto nadie en Houston mostró demasiado interés por ello.

Inocente de mí, creí que eso quedaría más o menos aparcado entre el otro montón de cosas más prioritarias que incluye la OBBB. Pero no tuve en cuenta lo caprichoso que es el senador Cruz. Y lo importante que es como aliado del presidente Trump. Al menos hasta que se enfaden.

Así que estos días he descubierto con pavor que el Smithsoniano ha recibido la orden de ir preparando un plan para el traslado del Discovery.

Cuando la NASA decidió retirar la flota de transbordadores y luego adjudicarlos a distintas instituciones del país utilizó uno de los Shuttle Carrier Aircraft, los dos Boeing 747 especialmente modificados para transportarlos, para llevarlos tan cerca como fuera posible de su destino final.

En el caso del Smithsoniano lo dejó en la puerta, como quien dice. Aunque en el caso del Endeavour, que fue adjudicado al Centro de Ciencias de California, hubo que organizar un convoy para que recorriera los cerca de 20 kilómetros que hay del aeropuerto de la ciudad el museo. Y fue una operación que distó de ser trivial y hubo que preparar al milímetro.

Pero esos aviones llevan también años en sendos museos, así que ya no se pueden utilizar para llevar el Discovery hasta el aeropuerto de Houston y hacer una operación similar. De hecho uno de ellos está en el Centro Espacial Johnson en Houston junto con el Independence, una réplica de alta calidad de los transbordadores que durante años estuvo en el Centro de visitantes del Centro espacial Kennedy. Aunque para Cruz, Houston tiene que tener uno de los transbordadores que volaron al espacio.

Así que habría que despiezar el Discovery para llevarlo allí. Y esto es una animalada, lo mires como lo mires, porque por mucho cuidado que pongan en el proceso siempre cabe la posibilidad de que resulte dañado.

Quizás cabe recordar que ya no es que se trate sólo desmontar unas estructuras que nunca fueron pensadas para ser desmontadas; es que además los transbordadores están recubiertos por los miles de losetas y mantas del escudo de protección térmica que habría que arrancar, al menos parcialmente, para acceder a la estructura de la nave y entonces poder cortar.

Según un portavoz del Smitshsoniano:

Retirar el Discovery del Centro Udvar-Hazy y transportarlo a otra ubicación sería muy complicado y costoso, y probablemente causaría daños irreparables al transbordador y sus componentes. El orbitador es un objeto frágil y debe manipularse de acuerdo con las normas y el equipo que utilizó la NASA para trasladarlo originalmente, lo que excede los protocolos de transporte habituales de los museos. Dada su antigüedad y estado, el Discovery corre hoy un riesgo aún mayor.

Además, cuando el Discovery fue instalado en su ubicación actual el proceso fue llevado a cabo de tal forma que quedara en un estado lo más similar posible al que tenía cuando volaba con la idea de que pudiera servir como referencia para el futuro.

Claro que no está nada claro que esto le vaya a importar un pimiento al senador Cruz.

Por otro lado está el hecho de que cuando la NASA cedió el Discovery al Museo Nacional del Aire y el Espacio lo hizo mediante un acuerdo de transferencia que otorgó al Smithsoniano la propiedad del transbordador «a perpetuidad», convirtiéndolo en parte de las colecciones de la organización, dejando de ser propiedad del gobierno.

Así que la posición de Chris Browne, el director del museo, es que el Discovery se queda dónde está. Claro que la administración Trump ha demostrado por activa y por pasiva que no le importan mucho las leyes del país, constitución incluida, como para pensar que les vaya a importar nada romper el acuerdo entra la NASA y el Smithsoniano. O para pensar que no vayan a intentar chantajear la institución de alguna manera.

En cualquier caso todo esto está parado por ahora mientras el gobierno federal esté cerrado a la espera de alcanzar algún tipo de acuerdo sobre los presupuestos del país. Y a ver entonces. Porque todas las estimaciones serias dicen que, de ir adelante con el traslado, los 85 millones presupuestados para ello no dan ni para empezar. Que de 375 millones para arriba.

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