Por @Wicho — 31 de Diciembre de 2022

En la semana anterior a las Navidades de 1947 los físicos estadounidenses John Bardeen y Walter Brattain, mientras trabajaban bajo la dirección de William Shockley en los Bell Labs, consiguieron crear el primer transistor, más concretamente el primer transistor de contacto puntual. Así que se cumplen 75 años de ello.

Y estoy convencido de que no exagero nada si digo que es uno de los inventos más importantes del siglo XX e incluso de la historia.

Simplificando un poco las cosas, un transistor puede amplificar una señal eléctrica y también actuar como un interruptor, permitiendo o no el paso de la electricidad. Esas funciones las hacían hasta entonces las válvulas de vacío, que consumían un montón de electricidad, se calentaban un montón, y no eran precisamente pequeñas.

El transistor, por su parte, hacía esas mismas funciones consumiendo una parte ínfima de la que necesitaba una válvula, generando una fracción del calor, y ocupando mucho menos. Además, son mucho menos frágiles, ya que no tienen una ampolla de vidrio susceptible de romperse a la mínima.


Réplica del primer transistor –nadie imaginó que hubiera que conservar el original– fabricado por Bardeen, Brattain y Shockley; la cúpula de vidrio es para protegerla, no forma parte del transistor –

Así que los transistores permitieron la miniaturización y la reducción del consumo eléctrico de dispositivos como las radios, las televisiones, o incluso los audífonos y casi cualquier otra cosa que llevara válvulas.

De hecho el primer dispositivo comercial en usar transistores fue el Sonotone 1010 de 1952. Aunque era un dispositivo híbrido que usaba dos válvulas y un transistor porque por aquel entonces los transistores aún producían bastante ruido la duración de las baterías era mucho mayor que la de cualquier otro dispositivo similar a válvulas.

Los transistores también permitieron, por ejemplo, la creación de las radios de transistores que caben en un bolsillo y funcionan horas y horas con un par de pilas. La primera fue la Regency TR-1 de 1954.

Pero si digo que son uno de los inventos más importantes de la historia es porque sustituyeron a las válvulas en los ordenadores, permitiéndoles alcanzar una velocidad y fiabilidad antes impensables. El que se puede considerar el primer ordenador moderno de la historia, el ENIAC, usaba 18.000 válvulas (además de 7.200 diodos, 1.500 relés, 70.000 resistencias, 10.000 condensadores, y unos 5.000.000 de puntos de conexión soldados a mano), sus distintos bastidores ocupaban 60 m², pesaba unas 30 toneladas, y tenía un consumo eléctrico de 150 kW. Además, todas esas válvulas generaban tanto calor que necesitaba su propia instalación de aire acondicionado, con lo que con sus instalaciones asociadas el ENIAC al final necesitaba 170 m². Y hay familias enteras que viven en mucho menos espacio.

Los ordenadores a transistores necesitaban menos componentes, que además consumían menos y generaban menos calor, lo que permitió una inmediata reducción en el tamaño y consumo eléctrico de los ordenadores, al tiempo que su fiabilidad aumentó en varios órdenes de magnitud. Una versión transistorizada de la calculadora IBM 604, por ejemplo, desarrollada como prototipo para probar el nuevo invento, ocupaba la mitad de volumen y consumía el 5 % de electricidad que su versión a válvulas.

Y de los transistores se derivaron los circuitos integrados, unos dispositivos del tamaño de la uña de tu pulgar pueden llegar a incluir literalmente literalmente miles de millones de transistores. Esos circuitos integrados son la base del funcionamiento de ordenadores, tablets, teléfonos móviles… pero además están incluidos en electrodomésticos, aparatos de medicina, juguetes.

Nuestro mundo sería literalmente muy distinto de no haber sido inventado el transistor.

Bardeen, Brattain y Shockley se llevaron el Nobel de física de 1956 por su invento, sin duda uno de los Nobel más merecidos de la historia.

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