Por @Alvy — 12 de Febrero de 2020

Hace unas semanas estuve viendo unos cuantos vídeos de las charlas de física para todos los públicos que el físico Javier García imparte el centro cívico Aula 141 de Barcelona. (Impagable labor la suya y la del centro, por cierto). Entre agujeros negros y personajes me encontré con esta biografía de Richard Feynman, donde se cuenta una gran anécdotas de este pedazo de personaje pionero en tantos campos: cómo se convirtió en el primer ser humano en ver una explosión atómica sin gafas protectoras.

El caso es que Feynman estuvo involucrado en el Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial. Los detalles exactos de su trabajo no están del todo claros; en sus libros habla de algunos detalles y cálculos, pero no siempre para qué. Por aquel entonces tendría unos 30 años. Se dedicó entre otras cosas a medir los neutrones para calcular la «masa crítica» de material, fórmulas sobre la eficiencia de la implosión y la bomba de hidrido de uranio, una especie de versión más «de baratijo» de la de fisión (más barata pero que no llegó a ser práctica).

Tal y como cuenta Javier García en el vídeo [08:20] cuando se realizó la primera prueba de una bomba atómica, más conocida como Prueba Trinity el 16 de julio de 1945, muchos de los implicados en el proyecto se fueron a vivir el momento al desierto de White Sands, en Nuevo México (EE.UU.) El propio Feynman relata el momento en su libro ¿Está usted de broma, Sr. Feynman? tal y como recogió también RealClearScience en What It's Like to Actually See an Atomic Explosion.

Trinity Detonation / (PD) US Dept Energy

Según parece a todo el mundo le dieron «lentes de soldador» con cristales oscuros para proteger los ojos. Pero quienes se las ponían no veían un pimiento ni siquiera a plena luz del día, y menos a la «distancia segura» a la que se habían colocado, unos 32 km.

Feynman meditó sobre qué emitiría exactamente la explosión y se dio cuenta de que lo único que podría dañar la vista sería la radiación ultravioleta («la luz en sí no resulta dañina por fuerte que brille»). Así que decidió quitarse las gafas y ponerse tras el parabrisas de un camión. Como es sabido, ese tipo de vidrio bloquea la radiación ultravioleta (y de hecho es por lo que no nadie se pone moreno yendo en coche aunque sea un día soleado).

Cuando se produjo el petarzado hubo un flash muy potente y todos apartaron la vista; Feynman miró al suelo del camión y empezó a ver un puntito violeta, pero se dio cuenta de que era un efecto visual (un efecto postimagen); al poco volvió a mirar y vio luz blanca pasando a naranja y amarilla, mientras las nubes desaparecían por efecto de la onda expansiva. Finalmente la luz naranja empezó a subir y subir y subir, convertida en una bola, debido al calor y el fuego. Tiempo total: unos 60 segundos. Eso es lo que vio con sus propios ojos la primera persona que experimentó una explosión atómica.

P.D. He recomendado al principio los vídeos del canal de Javier García y vuelvo a hacerlo, en especial los de biografías y charlas de Aula 141: Emily Noether, Albert Einstein, Paul Diract, Weiner Heisenberg… Hay un montón, a cual más didáctica.

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