Por @Wicho — 23 de Noviembre de 2021

El Webb durante los preparativos para el lanzamiento – ESA/CNES/Arianespace/P. Piron
El Webb durante los preparativos para el lanzamiento en el espaciopuerto de Kourou – ESA/CNES/Arianespace/P. Piron

Un accidente en el procesado del telescopio espacial James Webb en el que se soltó inesperadamente una cinta de sujección mientras lo iban a fijar en el adaptador que permite acoplarlo al cohete que lo va a lanzar hizo que el telescopio se viera sometido a vibraciones no esperadas. Así que hay que revisar si eso lo afectó de alguna manera inesperada, con lo que el lanzamiento se pospone a no antes del 22 de diciembre. No es un gran retraso. Pero no ganamos para sustos con el telescopio espacial James Webb. Y ahora que falta menos de un mes para su lanzamiento, que era el 18 de diciembre, la cosa es aún peor.

No debería haber mayor problema porque el telescopio está diseñado para soportar vibraciones mucho más fuertes durante el lanzamiento… aunque quizás en otra dirección. Y ya sabemos que Murphy tiene muy mala leche. De hecho hay quien ya dice que el lanzamiento va a quedar para 2022. Y quien pide que lo lancen en secreto para evitarnos la ansiedad que suponen estas noticias.

Pero en cualquier caso no hay que olvidar que el lanzamiento del Webb, una vez superado lo de construirlo, es la parte fácil del asunto. Una vez en órbita y mientras se dirige hacia su destino en el punto de Lagrange L2 del sistema Tierra–Sol tiene que desplegarse. En un proceso que durará semanas y que tiene unos 300 posibles puntos de fallo.

Con el mayor espejo jamás puesto en órbita y la sensibilidad de sus instrumentos el Webb debería permitirnos echar un vistazo al universo con un detalle y una profundidad nunca vistos hasta ahora. Si a Murhpy le parece bien, claro.

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