Por @Wicho — 21 de Agosto de 2020

La Estación Espacial Internacional en octubre de 2018 – NASA/Roscosmos
La Estación Espacial Internacional vista desde la Soyuz MS-08 – NASA/Roscosmos

La Estación Espacial Internacional (EEI) no es estanca al 100%. Siempre hay una mínima fuga de aire con la que se cuenta. Y de hecho en las naves de carga que le llevan suministros es habitual que se envíe aire, nitrógeno u oxígeno para reemplazar lo que se pierde. Pero desde hace algún tiempo hay una fuga más grande de lo normal que desde el control de la misión quieren cazar.

Ya en septiembre de 2019 se detectó que la EEI estaba perdiendo aire más rápido de lo normal, aunque siempre muy por debajo de los límites de diseño y sin que en ningún momento supusiera ningún peligro para la tripulación.

De hecho entre unas cosas y otras de su actividad normal no fue sino hasta hace relativamente poco cuando decidieron que este fin de semana iban a intentar detectar qué módulo es el que pierde.

Para ello este fin de semana Chris Cassidy, Iván Vagner y Anatoly Ivanishin se van a encerrar en el segmento ruso de la Estación, en concreto en el módulo Zvezda. Pero antes habrán cerrado todas las demás escotillas que separan los distintos módulos. La idea es que así se podrá determinar cuál de ellos es el que tiene la fuga; esperan saberlo a finales de la semana que viene.

El encerrarse en Zvezda y no en cualquiera otro de los módulos es que desde él siguen teniendo acceso a la Soyuz MS-16, la cápsula en la que llegaron a la Estación, con sólo abrir la escotilla que los separa del módulo Poisk. Así, en el extremadamente improbable caso de que se produjera una emergencia que les obligara a refugiarse en la cápsula o a abandonar la Estación, lo tendrían más fácil.

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