Por @Wicho — 24 de Enero de 2023

Hace unas horas SpaceX conseguía cargar por primera vez de propelentes un Starship. Durante la prueba, conocida como wet dress rehearsal, WDR, unos 4,5 millones de kilos de metano y oxígeno líquidos llenaron los depósitos del Starship 24 (sí, es un follón que la segunda etapa se llame como el cohete completo) y del Booster 7.

En el vídeo de arriba se ve como tanto la primera como la segunda etapas están blancas. Esto es porque los propelentes están a muchos grados bajo cero, lo que hace que al llenarse los depósitos se enfríe el exterior del cohete, lo que a su vez hace que se deposite sobre él vapor de agua que se convierte en hielo. Eso permite ver desde fuera que los depósitos efectivamente están cargados.

Según la empresa la prueba sirve para ayudar a verificar una cuenta atrás completa para el lanzamiento, así como el comportamiento del Starship y de la plataforma de lanzamiento y sus sistemas asociados para operaciones de vuelo.

Es un paso adelante muy importante de cara al primer lanzamiento orbital de un Starship. Y no es trivial haberlo conseguido a la primera; a la NASA le costó hasta cinco intentos hacer lo propio con el SLS, aunque también es cierto que el SLS usa hidrógeno líquido en vez de metano, mucho más complicado de gestionar y mucho más propenso a fugas.

El siguiente paso será hacer un encendido estático de sus 33 motores Raptor. Ese número de motores impone respeto, y es inevitable prensar en los problemas que supusieron para el N1 soviético los 30 motores NK-15 de su primera etapa. Pero también es verdad que la tecnología ha avanzado enormemente desde entonces y que SpaceX nos tiene acostumbrados a lanzamientos sin problemas del Falcon Heavy con sus 27 motores en la primera etapa.

En cualquier caso antes del encendido estático SpaceX procederá a desmontar el conjunto para dejar al Booster 7 a solas en la plataforma de lanzamiento por si acaso se produce un desensamblado rápido no programado.

Un encendido estático con éxito es en principio el último paso desde el punto de vista técnico para intentar el lanzamiento orbital. Pero no hay que olvidar que SpaceX aún no tiene el permiso de la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos que necesita para hacer ese lanzamiento en concreto aunque ya tiene la autorización general para operar el Starship desde la Starbase.

Aunque todo huele a que podríamos estar a un par de meses de ese primer lanzamiento.

Con una capacidad de carga similar al Saturno V del programa Apolo o al SLS del programa Artemisa, Starship forma parte fundamental de los planes de futuro de SpaceX: no sólo está llamado a reemplazar al Falcon 9 sino que es la base para el desarrollo del aterrizador lunar del programa Artemisa.

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