Por @Alvy — 17 de Febrero de 2022

La arcadeología, así en genérico, podría definirse como

(…) Investigar qué hubo en algún local de recreativas hace 30 o 40 años, desempolvar cabinas de arcades, repararlas, documentarlas completamente (…) algo que haces porque si no lo haces tú no lo va a hacer nadie (…) recuperar una cultura que tiene un componente importante de nostalgia (…) dedicándole horas y horas, a veces meses o incluso años, para que vuelvan a estar como eran en su época (…)

Hace un par de años hablamos de que se estaba terminando el rodaje y postproducción de Arcadeología (Mario-Paul Martínez, 2021), un documental que por fin he podido disfrutar comprándolo en DVD en su web –me ha llegado en tiempo récord– aunque se ha proyectado también en festivales y salas en diversos eventos.

Arcadeología es un proyecto del Grupo de Investigación Massiva (vinculado a la Universidad Miguel Hernández de Alicante) sobre el trabajo que desde hace años desarrolla la asociación Arcade Vintage, que también opera el Museo Arcade Vintage de Ibi (Alicante). Yuve tuve la ocasión de visitarlo el verano pasado; fue una experiencia memorable, una inmersión cien por cien en un maravilloso entorno en donde apreciar las miles de horas de trabajo llevadas a cabo a lo largo de muchos años.

El documental, de unos 100 minutos y con algunos extras, me ha parecido también un estupendo trabajo, que utiliza los recursos propios de ese formato para contar varias historias. Están la creación de la asociación y desarrollo del Museo Arcade Vintage; cómo empezaron algunas empresas de recreativas en España; el papel de la emulación en el mundillo retro y el componente cultural y de archivo histórico que hay detrás de todo ello. El recurso utilizando son fragmentos de entrevistas con los protagonistas y expertos en todos esos temas. En todos ellos hay un fuerte componente nostálgico: puede verse cómo son por dentro los pinballs y videojuegos de salón (arcades), cómo salen de viejos almacenes, se transportan y son metódicamente restaurados –o reacondicionados o adaptados a una nueva cabina, como hacen en Bricoarcade– e incluso cómo se desarrolla un videojuego de la época, desde los píxeles gordos a las bandas sonoras en 8 bits.

Vaya pues mi recomendación de Arcadeología para los fans de las recreativas y lo retro –en especial los nacidos entre los 60 y los 90– y como bonus recomendar de nuevo la visita al Museo Arcade Vintage ahora que los lugares de ocio y cultura vuelven a reabrirse paulatinamente. Yo desde luego si paso por allí el próximo año, repito.

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