Mayo2025

Por @Alvy

Grabado de un telégrafo óptico de Chappe / «Les merveilles de la science», Louis Figuier, 1868

Tal y como hemos contado alguna vez por aquí, antes de la fibra óptica y los satélites existió una especie de «Internet» decimonónica hecha de palos y erigida sobre piedras: la red de telégrafos ópticos. El invento se atribuye a Claude Chappe, aunque como en toda novedad tecnológica la autoría es objeto de debate, con Robert Hooke y otras personas por ahí pululando.

Este ingenioso sistema de comunicación visual de la Francia post-revolucionaria permitía enviar mensajes a cientos de kilómetros en pocas horas, un récord absoluto comparado con el correo a caballo (eso sí, con importantes limitaciones que luego veremos). Por comparar, un mensaje podía recorrer en unos 30 minutos los 230 km de la línea original (París–Lille). Era como un WhatsApp perezoso, pero con más gente transportando los mensajes y sin emojis.

Un invento revolucionario

Un telégrafo óptico restaurado en Marly-le-Roi, FranciaChappe primero experimentó con sistemas de señales sonoras y paneles en blanco y negro, pero en 1793 logró que el gobierno financiara la construcción de torres con un mástil y dos brazos articulados cuyos ángulos codificaban letras. Pero era lento: si piensas que tu wifi va como una tortuga, prueba a mandar un mensaje con dos palos desde el tejado.

Técnicamente, los dos brazos podían estar en 7 posiciones y codificar junto con otras 2 posiciones del brazo horizontal un total 98 combinaciones (7 × 7 × 2), con 6 de control y 92 que eran letras, números, signos y palabras en código abreviadas. Un diccionario de códigos permitía enviar 8.464 abreviaturas, palabras o frases predefinidas. Usando telescopios, los operadores podían ver las señales de una torre en la lejanía para a continuación retransmitirlas a la siguiente, formando una cadena de repetidores humanos.

En 1794 se inauguró con éxito la primera línea entre París y Lille, permitiendo al gobierno transmitir noticias casi en tiempo real. Solían ser mensajes del ejército, como suele pasar con este tipo de inventos (no es el caso de internet, pese a las leyendas urbanas al respecto).

El sistema se expandió rápidamente: durante las guerras napoleónicas se tendieron líneas de semáforos hacia las fronteras de Francia. Napoleón estaba encantado y encargó que la red siguiera desplegándose; incluso hubo un proyecto un poco descerebrado para que cruzara el Canal de la Mancha. Para comienzos del siglo XIX cientos de estas torres estaban operativas por todo el país, coordinadas desde París. Chappe en persona no llegó a dirigir la red mucho tiempo (falleció en 1805), pero sus hermanos la continuaron operando hasta entrados los años 1830.

Las limitaciones y el primer «hackeo»

Como era de esperarse, aquella primitiva red de telecomunicaciones tenía algunas limitaciones importantes:

  • Sólo funcionaba con buen tiempo: de noche o con niebla el sistema era básicamente inútil.
  • Su alcance era limitado: las torres cubrían unos 10 km en línea recta, obligando a instalar multitud de estaciones repetidoras intermedias que dependían mucho de la orografía del lugar.
  • Era para uso exclusivo oficial: más que «internet» era una especie de «intranet del gobierno»; enviar mensajes privados estaba prohibido, aunque con el tiempo esta norma se relajó.

Hubo quien supo explotar el sistema en su favor, en algo que podría considerarse el primer gran hackeo de las telecomunicaciones. Una pareja de truhanes intercalaba algunos «errores» en los mensajes con ayuda de operadores sobornados. Lo que conseguían era codificar mensajes bursátiles para anticiparse en la recepción de los datos de la bolsa de París.

El ocaso de los semáforos ópticos

La aparición del telégrafo eléctrico de Morse en la década de 1840 supuso el principio del fin para el sistema óptico. La posibilidad de transmitir mensajes a cualquier hora y a la velocidad de la electricidad dejó obsoleto al ingenio de Chappe. En 1852 Francia clausuró oficialmente su red de semáforos, que por aquel entonces sumaba ya 556 estaciones a lo largo de unos 4.800 km.

Aun así, el legado del telégrafo óptico perdura. Todavía sobreviven algunas torres de telégrafo óptico curiosos monumentos históricos (en Francia se conservan una veintena; también hay unas cuantas en España). Nos recuerdan que antes de los cables y el wifi existió una internet del siglo XIX. La visión de Chappe —comunicar al instante con ciudades lejanas— marcó el inicio de la era de las telecomunicaciones modernas.

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Por @Wicho

Maqueta del módulo de descenso de la Venera 8 en el Museo LavochkinRoscosmos, la agencia espacial rusa, ha comunicado que finalmente la sonda Cosmos 482 reentró en la atmósfera a las 8:24, hora peninsular española (UTC +2), a unos 560 kilómetros al oeste de la Isla Andamán del Medio. Eso ha coincidido bastante bien con las últimas previsiones disponibles anoche, que situaban la reentrada a las 8:26.

Eso hizo que sus restos cayeran en el océano Índico al oeste de Yakarta. Restos que bien pueden haber llegado a mar de una pieza ya que la el módulo de aterrizaje, una esfera de un metro de diámetro y 495 kilos de peso, estaba diseñado para sobrevivir a un descenso en la corrosiva atmósfera de Venus.

La Agencia Espacial Europea tiene observaciones que corroboran esa información, ya que los radares detectaron la sonda sobre Alemania aproximadamente a las 6:30 UTC y a las 8:04 UTC, pero ya no a las 9:32.

La sonda llevaba en órbita desde el 31 de marzo de 1972. Un fallo en la etapa superior del cohete que la lanzó hizo que en vez de emprender el camino a Venus quedará varada en una órbita elíptica alrededor de la Tierra de 210×9.800 kilómetros que ha ido decayendo poco a poco a lo largo de los 53 años.

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Por @Wicho

Cruce de cables 36 (10 de mayo de 2025)

Un modelo en 3D de un coche formado por puntos.luminososLos planetarios cumplen cien años [~17:40] – Este pasado miércoles se cumplieron cien años de la primera sesión pública de un planetario. Tuvo lugar el 9 de mayo de 1925 en el Deutsches Museum de Munich. Hemos hablado un poco de la maravilla que son los proyectores mecánicos, por mucho que en los últimos años muchos planetarios del mundo hayan incorporado proyectores digitales que permiten hacer cosas impensables no hace mucho tiempo.

Pero en un programa dedicado a la tecnología, y como no podía ser de otro modo, he recomendado algunas herramientas para llevarte un planetario a casa o contigo si sales a ver el cielo en el MundoReal™.

  • El primero, e imprescindible, es Stellarium. Es un software gratuito y de código abierto que corre en Linux, macOS, Windows, on incluso lo puedes usar en la web. También está disponible en la App Store de Apple y en Google Play por si te lo quieres llevar en el móvil.
  • Te enseña lo que puedes ver en el cielo, y tiene opciones para mostrar las constelaciones, planetas, cometas, etc. Pero un puntazo es que si le das acceso a la cámara y a los servicios de ubicación, te muestra todos esos objetos superpuestos en una imagen captada por ella, con lo que es facilísimo orientarse.
  • Otra herramienta útil es SkySafari si quieres utilizar un telescopio, ya que es capaz de controlar muchos de los telescopios del mercado.
  • Aunque mi consejo es siempre empezar con unos prismáticos, ya que utilizar un telescopio sin ayuda dista de ser trivial. Y en cualquier caso si te pica el gusanillo, déjate aconsejar al principio por una asociación astronómica local.
  • Claro que en los últimos años están apareciendo telescopios «digitales» como por ejemplo los de Vaonis que en lugar de un visor óptico van captando la luz con su sensor y enviando los datos a tu móvil, tablet u ordenador. Tienen la ventaja de que se orientan automáticamente. Pero como aún no he tenido oportunidad de probar uno no sé si me convencen o si son demasiado modernos.
  • Y, con todos los satélites que hay en órbita, no hay que olvidar que muchos de ellos se pueden ver a simple vista. Para ello Heavens-above te ayuda a localizar los que se pueden observar desde dónde estés.
  • Otra cosa que se puede ver a simple vista es la Estación Espacial Internacional (EEI), que cuando refleja la luz del Sol se ve perfectamente desde tierra. Hasta le puedes pedir a la NASA que te avise por correo electrónico en Spot The Station.

Lo que pasa es que con tantos satélites en órbita cada vez es más complicado disfrutar del cielo nocturno, ya que es difícil que no te pasen por medio. Aunque ese es un debate para otro programa, ya que por otro lado están dando acceso a Internet a personas que si no de ningún modo podrían tenerlo. Y el acceso a Internet es algo cada vez más imprescindible a estas alturas.

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Cada semana grabamos con David Sierra en el distendido ambiente de Cruce de Cables, el programa de Radio Nacional de España, como colaboradores habituales. Se emite en RNE los sábados de 03:00 a 04:00.

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Por @Wicho

La descripción
Un modelo de la Venera 4, similar a la Cosmos 482 – ESA

El 31 de marzo de 1972 un cohete Molniya-M despegaba del Cosmódromo de Baikonur con el objetivo de lanzar la sonda Cosmos 482 rumbo a Venus. Pero una programación errónea de la etapa superior Blok L impidió que la sonda abandonara la órbita baja terrestre. En su lugar quedó en una órbita alrededor de la Tierra de 210×9.800 kilómetros que ha ido decayendo poco a poco a lo largo de los 53 años que han pasado desde entonces. Y se espera que en las próximas horas caiga sobre la Tierra.

De haber conseguido tomar rumbo a Venus la Cosmos 482 habría recibido la denominación Venera 9, que finalmente recibió una sonda lanzada el 8 de junio de 1975. Cosmos –o Kosmos– es la denominación utilizada a partir de 1967 para cualquier nave espacial soviética que consiguió entrar en órbita terrestre, independientemente de si ese era su destino final previsto.

Hay bastante incertidumbre sobre el momento exacto de la caída, aunque en el momento de publicar esta anotación la Oficina de Desechos Espaciales de la Agencia Espacial Europea estima su reentrada a las 8:26, hora peninsular española (UTC +2), del sábado 10 de mayo de 2025. Eso sí, con un margen de error de 4,35 horas antes o después.

Eso sitúa su reentrada sobre el Golfo de Bengala, dónde no supondría ningún peligro para nadie. Pero si añadimos el margen de error lo cierto es que aún puede caer sobre muchas zonas habitadas.

La descripción
Trayectoria terrestre prevista de la sonda en sus últimas horas. Clic para ver en grande – ESA

Y aunque en otros casos de reentradas de naves espaciales eso no es demasiado preocupante en este caso la cosa es muy diferente porque las sondas destinadas a Venus son muy resistentes. A fin de cuentas en su superficie hay 90 veces la presión atmosférica que en la Tierra y una temperatura de más de 400 grados centígrados. Por no hablar de lo corrosiva que es la atmósfera.

Así que hay cierta preocupación porque la sonda, de un metro de diámetro y 495 kilos de peso, pueda llegar incluso de una pieza a la superficie terrestre. Lo que a su velocidad terminal de entre 230 y 240 kilómetros por hora supondrá un piñazo interesante.

Puedes ver una estimación de la posición del cacharro más o menos en tiempo real en N2YO.com. Pero recuerda que son sólo estimaciones basadas en observaciones de su órbita. Puede que la web aún lo muestre en órbita y que ya haya reentrado.

Otra fuente muy recomendable es Marco Langbroek, que de estas cosas sabe un montón.

E imagino que en mi lista de Bluesky sobre el espacio también se hablará del asunto.

¡Buena suerte mañana!

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