Por @Wicho — 31 de Julio de 2021

Después del susto del pasado jueves cuando los motores de Nauka empezaron a funcionar sin que nadie se lo hubiera ordenado apenas tres horas después de su llegada a la Estación Espacial Internacional (EEI) el viernes 30 de julio de 2021 por fin se abrieron las escotillas entre ambas naves para comenzar el proceso de integración entre ambas.

En un primer momento la tripulación de la EEI entró en Nauka con gafas protectoras y mascarillas. No por el coronavirus, que es lo que pensaríamos ahora, sino por si hubiera algún tipo de contaminante flotando en la atmósfera del módulo. De hecho lo primero que hicieron fue tomar muestras del aire. Y luego pusieron en marcha la ventilación y los filtros de purificación de aire antes de retirarse del módulo.

Pero el sábado 31 por la mañana, una vez analizadas las muestras de aire y comprobado que estaba limpio, abrieron ya definitivamente las escotillas. Así que Nauka se considera ya parte del segmento ruso de la Estación.

Nauka y la Soyuz MS-18 atracados en la EEI – Roscosmos
Nauka, a la izquierda, y la Soyuz MS-18 atracados en la EEI – Roscosmos

Pero en cualquier caso aún faltan varios paseos espaciales para que esté completamente listo; en ellos, entre otras cosas, se preparará el brazo robótico ERA para su funcionamiento, se trasladará la esclusa y el radiador externo que ahora están conectados al módulo Rassvet.

Nauka, el Módulo Laboratorio Multipropósito-Mejorado, es el más grande del segmento ruso de la EEI. Tiene algo más de 23 toneladas de peso, 13 metros de largo y 4,25 de diámetro, aunque sus paneles solares llegan a los 30. Añade 80,8 metros cúbicos de espacio presurizado a la Estación, de los que 70 son habitables.

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