Por @Wicho — 29 de Julio de 2021

El cohete Electrón de Rocket Lab ha vuelto otra vez al servicio sin problemas con el lanzamiento de la misión It's A Little Chile Up Here para el Space Test Program (Programa de pruebas espaciales) de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos. El objetivo era poner en órbita el satélite Monolith, que monta un sensor desplegable que representa una parte importante de la masa total del satélite. La idea es estudiar el cambio que esto produce en la dinámica del satélite y cómo lo maneja el sistema de control de actitud. Así el total de satélites puestos en órbita por el Electrón queda en 105 en 18 lanzamientos con éxito de 21.

El lanzamiento de hoy era el primero tras el fallo del lanzamiento de la misión Running Out Of Toes el pasado 15 de mayo. Y se ha llevado a cabo sin ningún tipo de problema. Rocket Lab ha podido volver a lanzar tan pronto porque los cohetes hoy en día van instrumentados hasta la médula y disponían de datos de miles de canales de telemetría para analizar el fallo del lanzamiento anterior. Al parecer estuvo producido por una serie de circunstancias nunca vistas antes que afectaron al sistema de ignición de la segunda etapa, que pasó datos incorrectos al ordenador de a bordo, que a su vez comandó la parada de las bombas de combustible, efectivamente dejando sin motor la segunda etapa y condenando la misión al fallo. Pero una vez identificado ese modo de fallo la empresa ha implementado las medidas necesarias para que no vuelva a ocurrir. Y visto lo visto hoy parece que han acertado.

Segunda etapa en funcionamiento – Rocket Lab
La segunda etapa del It's A Little Chile Up Here en funcionamiento – Rocket Lab

La pérdida de la misión Running Out Of Toes fue la segunda de la historia del Electrón atribuible al cohete. La primera se produjo el 5 de julio de 2020 cuando por un error en el ensamblado la segunda etapa se quedó sin alimentación eléctrica. El problema también fue identificado rápidamente y el 3 de agosto del mismo año el Electrón volvía a volar. El anterior lanzamiento fallido de un Electrón, que además fue el primero de su historia, no fue por un problema con el cohete sino con los equipos de tierra, que estaban mal configurados, por lo que Rocket Lab perdió la telemetría del cohete, lo que obligó a activar el sistema de autodestrucción.

Rocket Lab esperaba haber lanzado It's A Little Chile Up Here desde el Complejo de Lanzamiento LC–2 que ha construido en el Espaciopuerto Regional del Atlántico Medio en la Isla Wallops en Virginia. Pero no ha podido ser porque aún está sin terminar de certificar el software del sistema autónomo de terminación de vuelo –el que se encarga de activar automáticamente el mecanismo de autodestrucción si es necesario– para los lanzamientos desde LC-2.

La empresa no ha intentado recuperar la primera etapa, aunque su objetivo declarado –después de haber dicho durante tiempo que no– es convertirlas en reutilizables. Para ello ha recuperado las del lanzamiento número 16 y del número 20. La del 16 la desmontaron del todo, incluso abriendo los tanques de combustible, para ver los efectos del lanzamiento y el amerizaje en ella. Con la del lanzamiento número 20 han sido más comedidos y tienen aún pendiente, de hecho, volver a probar los motores. Pero la idea final es pescarlas en el aire para evitar los efectos del agua del mar sobre ellas. Harán al menos otro intento de recuperación antes de que termine 2021.

La empresa está en Twitter como @RocketLab. Peter Beck, su director, muy activo también en Twitter, es @Peter_J_Beck.

El Electrón, con 17 metros de alto, 1,2 de diámetro, y un peso al lanzamiento de 12.250 kilos, es un cohete de tres etapas construido íntegramente en fibra de carbono. Su motor, impreso en 3D, utiliza bombas eléctricas para mover el combustible en lugar de las turbobombas a gas de los cohetes más grandes, lo que lo hace más sencillo, barato y en principio más fiable. Puede llevar hasta 300 kilos en misiones a órbitas bajas o 200 kilos a órbitas sincrónicas con el sol a unos 500 kilómetros, una órbita muy en demanda para satélites de observación terrestre.

Y está facilitando y revolucionando de tal forma el mercado de los lanzamientos de cargas pequeñas que hace que los sigamos con mucho interés.

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