Por @Alvy

Ya puedes impresionar a tus amigos con tu conocimiento sobre los Box-Drawing Characters de Wikipedia

El artículo acerca de los caracteres para dibujar cajas de la Wikipedia me ha recordado aquellos tiempos en los que este sistema tosco pero efectivo de dibujar recuadros, cajas y marcar texto era lo más de las interfaces en los PCs.

Muy propio de las aplicaciones y utilidades DOS antes de que existiera Windows, estas cajas se usaban a menudo como interfaces para navegar por los directorios (Comandante Norton), ejecutar pequeñas utilidades (SideKick) o como parte integral de aplicaciones más potentes (WordPerfect 5.1).

Estos semigráficos, cada uno de las cuales se corresponde con un carácter en pantalla, tenían un tamaño fijo (normalmente 9 x 14 píxeles), aunque según su forma dejaban margen en blanco en los laterales, cuando no se «conectaban» unos con otros. También dependían un poco del tipo de tarjeta gráfica que se usara: CGA, EGA, VGA, etc.

El juego de caracteres del IBM PC, una extensión del ASCII, fue uno de los más usado, con algunos especiales en lo que se llamó página 437, aunque algún que otro quedaba fuera de esa lista. En el caso de las máquinas Unix, CP/M y los viejos BBS se usaban otros procedentes del mítico VT100, un terminal de Digital Equipment que casi todos los sistemas podían emular.

Además de eso los Commodore tenían el PETSCII que incluía unos bloques especiales (curiosamente con el número π y los símbolos de los palos de la baraja ♠, ♥, ♦, ♣ entre ellos), los Sinclair ZX80/81 y Spectrum tenían otros (con bloques cuadrados), igual que el Amstrad, el MouseText de los Apple IIc en adelante e incluso el Teletexto. Cada fabricante se buscaba la vida en pos de la diferenciación… y a la estandarización que le dieran.

Con el tiempo todos esos subconjuntos se han ido añadiendo a diversas páginas de Unicode llamadas Symbols for Legacy Computing y Control aunque algunos como los del Spectrum o el Apple II no son totalmente compatibles. Y eso que hay centenares de miles de opciones. Si los de tu ordenador no están en el Unicode es que esa máquina quizá se haya quedado un poco… obsoleta.

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Imagen: Rakhim Davletkaliev, vía UI Museum.

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Por @Alvy

Harvard Bridge / Smoot (CC) Martin Deutsch
Puente de Harvard (Cambrige-Boston) con una de las marcas acerca de los Smoots que mide de un extremo a otro: 364,4 ± oreja. (CC) Martin Deutsch

Tenía medio olvidada esta historia de los tiempos en que visité el M.I.T. pero al verla por ahí la he recordado. Me la contó un amigo que estaba allí estudiando y tiene su gracia, como gigantesca broma «técnica» propia de los empollones del M.I.T., que las tienen míticas. (Además de la anécdota, mi amigo también me explicó a qué se refería con nerds). Es sobre la vez en que usaron la longitud del cuerpo de un estudiante para medir la longitud del puente, de extremo a extremo.

El chaval en cuestión era Oliver Smoot y todo formaba parte de una de esas «novatadas de fraternidad» típicas de allí, pero de buen rollo. Le encargaron medir el puente usando su propio cuerpo, así que pidió ayuda a sus amigos y fue caminando, de marca en marca, hasta que completaron la distancia total: 364,4 smoots, más-menos una oreja.

Teniendo en cuenta que métricamente mide 659,82 metros, pero que lo que midieron fue desde el camino de entrada, el resultado es que el bueno de Smoot medía 1,70, pelo arriba pelo abajo. Hasta Google te devuelve el dato en smoots y la Wikipedia tiene su altura en la bio.

Desde entonces, aparecen ocasionalmente marcas en el puente que van dejando estudiantes, geeks, nerds y otros fans de la anécdota. Creo además que en uno de los lados es tradición inscribir una pintada que dice «A mitad de camino al infierno» apuntando al campus del M.I.T.

Placa conmemorativa del 50º aniversario del Smoot

Hay incluso una placa que conmemora el 50º aniversario del smoot, que comenzó su existencia en octubre de 1958. De este modo el bueno de smoot como le llamaban los colegas, se unió al metro, la yarda o la «altura del Empire State» como unidad de medida «estándar».

Lo más divertido y retorcido de la historia, quizá, es que el joven Oliver Smoot llegó con los años a ser –y no es broma– algo tan apropiado como presidente del ANSI (Instituto de Estándares Nacional Americano) y de la ISO (Organización Internacional de Normalización). Todo un largo camino recorrido en su vida desde que le arrastraran smoot a smoot por encima del puente.

(Vía The Register.)

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Por @Wicho

El ratón visto dewsde arriba a la izquierda y ligeramente desde atrás para que se vean también los botones del lateralHe estado probando un ratón gaming ROG Keris II Ace de Asus. Me ha gustado mucho. Aunque estoy seguro de que como jugador ocasional, muy ocasional, no le saco todo el partido posible.

El Keris II Ace mide 121×67×42 mm y pesa tan sólo 54 gramos. Es un tamaño muy cómodo para unas manos grandes como las mías. Y el peso es como si no estuvieras moviendo nada. Eso sí, su forma asimétrica hace que sólo sea apto para personas diestras. Bueno, no dudo que se pueda utilizar con la mano izquierda. Pero será cualquier cosa menos cómodo. Está disponible en blanco y negro.

Tiene los consabidos botones izquierdo y derecho y una rueda de desplazamiento iluminada RGB que también funciona como botón. Además incorpora otros dos botones que puedes pulsar con el pulgar. Los interruptores de los botones son switches ópticos ROG de última generación soportando 100 millones de clics, lo que debería dar para bastante tiempo de uso. Los clics son cortos y con un agradable sonido.

Aunque en esto, como usuario de macOS, jugaría con un poco de desventaja de no ser por el shareware USB Overdrive que permite definir la función del botón de la rueda y de los botones del pulgar. Si no, macOS no hace nada con ellos. Mi configuración habitual es utilizar el clic del botón de la rueda para mostrar todas las ventanas abiertas de la aplicación activa y los botones extra para avanzar y retroceder página.

El acabado es en un plástico rugoso antideslizamiento con el que no he tenido en ningún momento problemas de que se me escapara el ratón. Aunque, insisto, no soy más que un jugador muy ocasional, con lo que para mi uso habitual esto tampoco recuerdo que haya sido un problema nunca. Su forma también ayuda a mantenerlo bien agarrado. Y, en el peor de los casos, puedes ponerle las almohadillas de goma autoadhesivas antideslizantes que vienen en la caja.

Se desliza sobre cuatro patas de teflón colocadas en las esquinas que proporcionan un movimiento súper suave y agradable sobre cualquier superficie razonable. Aunque la caja incluye dos almohadillas más grandes que se colocan en la parte delantera y trasera si prefieres una superficie de contacto más grande.

En cuanto a conectividad, va bien servido: tiene un puerto USB-C para utilizarlo con cable, modo en el que tiene la mayor velocidad de respuesta y que será el preferido por los jugadores de verdad. La caja incluye un cable USB-A a USB-C de dos metros. Soporta Bluetooth 5.1 con el que podrás emparejarlo con hasta tres dispositivos. Y también conexión inalámbrica a 2,4 GHZ, para lo que incorpora un receptor con conector USB A que se puede guardar en un receptáculo al uso en la parte inferior del ratón si no necesitas utilizarlo. Además, si tienes otros dispositivos de Asus que utilicen ese receptor puedes emparejar, por ejemplo, un ratón y un teclado al mismo, con lo que sólo ocuparás un puerto USB.

El puerto USB-C sirve también para cargar la batería, que Asus dice que dura hasta 107 horas con la iluminación apagada. No he llegado a medir ese extremo pero dura y dura y dura. Y se carga rápido. Además de que puedes seguir utilizando el ratón mientras se carga. Así que en este sentido ningún problema. Lo único es que no es reemplazable, así que cuando, con el tiempo, muera, el ratón dejará de ser inalámbrico.

Un sensor muy preciso y sensible

El sensor óptico que detecta el movimiento del ratón es el ROG AimPoint Pro que alcanza una resolución de hasta 42.000 puntos por pulgada (DPI) y una velocidad de muestreo máxima de 8.000 Hz en modo cableado. Esta velocidad de muestreo baja a 1.000 Hz en modo inalámbrico. Aunque en la caja viene un adaptador USB-A al que puedes conectar el receptor de la conexión inalámbrica que permite 4.000 Hz de muestreo en ese modo. En general cuanta mayor frecuencia de muestreo más rápido responderá el ratón a cualquier movimiento o clic de sus botones.

Puedes cambiar la frecuencia de muestreo pulsando a la vez los botones de emparejamiento y retroceso. Los valores por defecto por los que va pasando son 125 Hz (la rueda se enciende en rojo), 250 (morado), 500 (azul, no disponible si estás usando BlueTooth, igual que ninguna de las otras mayores), 1.000 Hz (verde), 2.000 Hz (amarillo, con el adaptador USB), 4.000 Hz (azul-verde, con adaptador USB), y 8.000 Hz (blanco, con adaptador USB). Estos valores se pueden modificar utilizando el software Armoury Crate, sólo disponible para Windows.

Más allá de la velocidad de respuesta del ratón el sensor permite un máximo de 750 pulgadas por segundo cuando lo mueves antes de que el curso «se pierda». Para mí es una cifra más que suficiente. Puedes cambiar la velocidad de desplazamiento del ratón entre los 400, 800, 1.600 y 3.200 puntos por pulgada utilizando el botón al efecto que hay en su parte inferior. De nuevo son valores configurables con Armoury Crate.

Un último ajuste es el de la altura sobre la mesa, alfombrilla o lo que sea a la que el sensor deja de funcionar. La opción por defecto es baja. Pero lo puedes cambiar a alta pulsando a la vez los botones de emparejamiento y de avance. La rueda se pondrá roja o púrpura para indicar cada una de ellas.

El sensor de movimiento, por cierto, funciona sobre casi cualquier superficie que te puedas imaginar. Incluida una mesa de cristal. No una mesa de madera u otro material con un sobre de cristal, que también, sino sobre una mesa de cristal sin nada debajo del cristal.

He mencionado varias veces Armoury Crate, que es el software con el que puedes configurar una miríada de opciones del Keris II Ace en concreto y en general de la inmensa mayoría, si no todos, los productos de Asus. Pero que sólo está disponible para Windows. Así que, de nuevo como usuario principalmente de macOS en esto me quedo un poco con el culo al aire. Y ya no sólo por las opciones de configuración; es que las actualizaciones de software también se hacen vía Armoury Crate.

Así que si estás valorando este ratón para utilizarlo con un Mac, asegúrate de que podrás acceder a un PC de vez en cuando. O de que dispones de un emulador en el que ejecutar Armoury Crate.

Dicho esto, también he utilizado el ratón con varios PC con Windows que he ido probando, y como es de suponer va de maravilla. En ese sentido es muy cómodo disponer de varias opciones de conectividad en el ratón, ya que podía pasar del Mac a los PCs simplemente seleccionando el tipo de conexión adecuada con el interruptor de la parte inferior sin necesidad de andar enchufando ni desenchufando cosas.

Lo que no tengo claro en ningún caso, como decía al principio, es que le haya sacado todo el partido posible a este ratón, incluso jugando, pues soy más de juegos medianamente calmados que de esos de andar pegando tiros.

No es una compra de impulso

En resumen, me ha parecido un ratón buenísimo pero cuya compra hay que valorar muy bien. En especial porque no es precisamente barato. En el momento de publicar esta reseña sale en 142 euros en negro y en 164 en blanco en Amazon.

Que son muchos euros para un ratón, aunque no digo que no los valga, en especial si le vas a sacar partido. Aunque para esto, como siempre, juega a nuestro favor la política de devolución de productos de Casa Bezos, pues lo puedes probar y si ves que no es lo que esperas, mandarlo de vuelta.

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Los enlaces a Amazon llevan nuestro código de asociado, así que si compras el ratón o alguna cosa más tras seguirlos es posible que obtengamos algo en forma de comisión.

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Por @Wicho

Vista aérea de los restos del avión tras el accidente
Restos del avión tras el accidente. A la derecha se ve el montículo sobre el que estaban las antenas del ILS. El avión viajaba de izquierda a derecha – Junta de Investigación de Accidentes Ferroviarios y Aéreos de Corea del Sur

Aunque el informe preliminar sobre el accidente del vuelo 2216 de Jeju Air dice que los dos motores el Boeing 737 que lo llevaba a cabo resultaron parados por la ingesta de aves, un informe interino recién publicado –y retirado a las pocas horas– por la Junta de Investigación de Accidentes Ferroviarios y Aéreos de Corea del Sur, ARAIB, por sus siglas en inglés, afirma ahora que uno de los motores seguía funcionando pero que la tripulación lo apagó por error.

Esto dejó al avión no sólo sin motores sino también sin energía hidráulica ni eléctrica, lo que impidió a la tripulación desplegar el tren e hizo que las cajas negras dejaran de funcionar, pues en esta variante del 737 no tienen un suministro eléctrico independiente.

El informe dice que los análisis de los restos en efecto indican que el motor número dos, el derecho, dejó de funcionar tras ingerir numerosas cercetas del Baikal, unas aves que alcanzan un tamaño de entre 30 y 40 centímetros y unos 450 gramos de peso. Pero que el izquierdo seguía funcionando.

Con los dos motores parados la tripulación no pudo extender el tren de aterrizaje y el avión terminó saliéndose de la pista y destrozándose contra la base de las antenas del localizador de la pista, que en lugar de ser una estructura frangible, como marca la normativa, resultó estar construida en hormigón armado.

Con esto, un aterrizaje forzoso en el que podían haber sobrevivido bastantes de las 181 personas que iban a bordo se convirtió en un desastre en el que sólo dos sobrevivieron cuando el avión se destrozó contra él.

No sería la primera vez que sucede algo parecido. El caso más famoso, quizás, sea el del vuelo 92 de British Midland, que el ocho de enero de 1989 se estrelló mientras intentaba aterrizar en el aeropuerto de East Midlands. En este caso el que falló fue el motor izquierdo del Boeing 737-400 que llevaba a cabo el vuelo. Pero la tripulación apagó el derecho.

Un caso más reciente es el del vuelo 235 de TransAsia Airways, en el que tras un fallo del motor derecho del ATR 72-600 durante el despegue la tripulación se confundió y apagó el izquierdo.

La ARAIB, de todos modos, ha decidido retirar por ahora el informe ante las protestas de las familias de las víctimas y de la delegación sindical de pilotos de la aerolínea, que sienten que el informe interino se despecha culpando a la tripulación de todo mientras ignora factores contribuyentes como el ya citado muro de las antenas del localizador.

Así que habrá que esperar a ver qué información aportan el informe final, tarde lo que tarde, y las investigaciones judiciales abiertas a raíz del accidente.

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