Por @Alvy — 21 de Diciembre de 2023

La red eléctrica de Gran Bretaña en vivo en un pantallazo

Es preciosa la solución de Kate Morley para representar de forma minimalista y clara las cifras más importantes de la red eléctrica de Gran Bretaña: generación, interconexiones, precio, históricos… National Grid: Live. Todo con datos procedentes de los organismos oficiales.

Es un gran ejemplo de cómo incluir mucha información en un solo pantallazo, pero hacerlo de forma que se entienda, con una tipografía clara, de forma adaptable a todos los dispositivos y con pequeños detalles:

  • Los colores permiten identificar los tipos de fuentes energéticas
  • Los números están alineados y presentan los decimales más significativos
  • Los gráficos circulares son interactivos y amplían la información

A modo de comparación –y no de crítica–, véase la sección equivalente de la Red Eléctrica de España, donde es necesario atravesar cuatro pantallas para acceder a los datos, empezando por un extraño botón que indica «Seleccione sistema» (?!)", luego teniendo que elegir en un mapa, con gráficos poco informativos, iconos difíciles de entender, números y fechas inconsistentes y complicados de leer (sin separadores de miles en ocasiones, a veces separados por barras «/» o por guiones «-»)… En fin, algo excesivo en información y poco consistente para mi gusto.

Afortunadamente, el código de Morley es de acceso libre y se encuentra en Github bajo el nombre de Grid, así que alguien con suficientes ganas y voluntad podría intentar adaptarlo. Según cuenta es una página tan popular que recibió 8 millones de visitas el año pasado, por lo que acepta donaciones para cubrir los gastos asociados al alojamiento de la web y su desarrollo.

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Por @Wicho — 3 de Diciembre de 2023

Desde hace unas horas la cápsula de carga Progress MS-25 está atracada en el módulo Poisk de la Estación Espacial Internacional (EEI). Pero a diferencia de lo que es habitual el atraque no se produjo en modo automático sino que Oleg Kononenko y Nikolai Chub tuvieron que usar el sistema TORU para pilotarla en modo manual en las últimas fases de su aproximación.

Y es que cuando la cápsula estaba a unos 370 metros de la Estación y a unos 25 minutos del momento previsto para el atraque su actitud empezó a desviarse de lo previsto, sin que por ahora Roscosmos haya dicho por qué. Así que desde Moscú ordenaron a Kononeko y Chub que tomaran el mando quince minutos antes del atraque. A esas alturas tanto la velocidad de aproximación de la cápsula a la Estación como la distancia que mostraban el sistema automático Kurs eran erróneas.

Afortunadamente los dos cosmonautas pudieron tomar el control sin problemas y tras una pausa a 30 metros y otra a tres metros para verificar que todos los parámetros eran correctos el contacto entre la Progress y la EEI se produjo con poco más de tres minutos de retraso.

Infografía de la EEI vista desde abajo en su configuración actual
La EEI en su configuración tras la llegada de la Progress MS-25, a la que la NASA llama Progress 86 – NASA

La Progress MS-25 lleva a bordo unos 2.500 kg de carga que se dividen en 1.553 kg de suministros para la Estación y la tripulación, 515 kg de propelentes, 40 kilos de nitrógeno para reponer supresión parcial en la atmósfera de la EEI cuando sea necesario, 420 kg de agua potable, y materiales para diversos experimentos. Lanzada el pasado viernes 1 de diciembre, la Progress MS-25 es la cuarta y última Progress enviada este año a la EEI.

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Por @Alvy — 3 de Octubre de 2023

El Robin Hood de las gasolineras que roba a las petroleras para repartirlo entre sus colegas en Detroit

Cuentan que hay un pájaro en Detroit (Estados Unidos) que de algún modo sabe hackear los surtidores de gasolina para que suministren el preciado combustible sin parar… y sin pagar. Lo etiquetan como «hacker» porque hay un mínimo de tecnología implicada –el sistema de suministro y pagos de los surtidores, que al parecer hackea por Bluetooth– y porque el efecto no va más allá del «gasolina gratis para todos».

De momento se sabe que ha estafado unos 3.000 litros de combustible por valor de unos 2.700 euros, que no es moco de pavo. En Estados Unidos todas las gasolineras son de autoservicio, el precio de la gasolina es la mitad que en España y todo funciona casi en «modo automático»; es difícil de detectar que algo raro pasa. El problema, dicen en las noticias es que una vez que el hacker descubrió lo que sucedía no sólo llenó su depósito bytheface, sino que también invitó a otra gente a hacer lo mismo. Un auténtico Robin Hood de los carburantes.

Aunque los empleados de esa red de gasolineras afectadas por el «fallo técnico» ya saben lo que sucede, incluso si ven a alguien sirviéndose o a una persona merodeando el surtidor no tienen fácil detener el suministro, porque el equipo técnico no les responde correctamente. Al final tienen que cerrar los surtidores con lo que consideran «medidas de emergencia», y es todo un trastorno. En lo que se fijan básicamente es en si hay una inusual fila de vehículos haciendo cola en el mismo surtidor, señal de que algo raro está sucediendo.

Debido a los altos precios del combustible –para la gente que vive allí, poco acostumbrada– los pícaros se están buscando la vida con mil y una triquiñuelas para acciones de este estilo: a veces uno despista a los gasolineros mientras otro hackea el surtidor, otras veces se organizan para desproteger uno y llegar en fila a toda prisa para servirse gratis… La policía está alertada pero dicen que de momento poco pueden hacer, así que el Robin Hood de las gasolineras sigue libre.

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Foto (CC) Justus Menke @ Unsplash.

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Por @Alvy — 28 de Septiembre de 2023

En este vídeo del canal Chornobyl Family puede disfrutarse del trabajo de seis meses de Alex y Michaela, dos entusiastas de la retroinformática de Ucrania y Eslovaquia. Llevan años visitado la Zona y han recopilado información sobre los ordenadores y equipos que se utilizaban en la central de Chernóbil, principalmente sobre uno llamado SKALA.

El caso es que los equipos informáticos de los reactores I, II y III siguieron funcionando tras el desastre del IV durante muchos años (hasta 1991, 1996 y 2000) y luego se dejaron allí abandonados. Recuperarlos era algo que no tenía mucho sentido y ninguna autoridad tenía previsto hacerlo, pero antes de que acabaran en el basurero se rescataron y restauraron para que pudieran verse en el museo de la central.

Tecnología del pasado, pero adecuada para la época

Estamos hablando de una central de los años 70-80 con equipos informáticos y tecnología de la época, que ahora nos parece primitiva a todas luces. El ordenador principal SKALA (de System of Control and Automatization of Leningrad Atomic Station) utilizaba dos procesadores V-30M con 20 KB de memoria RAM cada uno y una memoria compartida de 8 KB. Esa memoria octal estaba fabricada con núcleos magnéticos de ferrita en grandes placas que se guardaban en armarios. Los hilos de conexión de los bits y bytes estaban enhebrados por amanuenses, como en los ordenadores más primitivos, y soldados con 32 puntos de contacto de forma redundante, con dos conectores de dos capas de paladio, porque debían ser totalmente a prueba de fallos.

El SKALA se utilizaba principalmente para recibir toda la información física de lo que sucedía en el reactor RBMK, que consistía en miles de parámetros: temperatura, presión, niveles radioactivos, de agua y demás. Unos datos eran digitales y otros analógicos. Llegaban desde miles de sensores, cable por cable, hasta la sala donde estaba el SKALA y el resto de unidades de procesamiento y control. Un programa principal llamado DREG se encargaba de hacer los cálculos, mostrar los datos y disparar alertas si algo se salía de los parámetros nominales.

Con otro programa llamado PRIZMA se podía también predecir el comportamiento del reactor según se configurara; esto se usaba en la recarga de combustible. Además había otros programas más pequeños para otras labores puntuales, tales como las pruebas y demás.

Sistema operativo y Lenguaje

El lenguaje que «hablaba» el SKALA era puro código máquina, aunque los investigadores han encontrado algunas notas en pseudoensamblador. No tenía un sistema operativo como tal (al menos, no como los modernos) sino que ejecutaba los programas bajo el concepto de ser una máquina virtual. Además del programa principal de monitorización (DREG) y otro de supervisión, había muchos otros para tareas más sencillas o secundarias que se podían ejecutar cuando había tiempo disponible. Los programas se guardaban y cargaban en cintas magnéticas, pero el arranque del sistema estaba preservado en una cinta perforada, como la de los teletipos; también se usaba esta cinta para modificar el código.

Ver e introducir datos

Tan impresionante como la forma de recoger y procesar los datos era la de mostrarlos. En toda la sala de control no había ni un solo monitor (no existía la tecnología), tan solo botones, luces, pequeños displays e impresoras, además de teletipos. Esa sala y sus panales son una obra de arte del diseño, casi como una vidriera medieval. Las imágenes del sitio son propias de los escenarios del Enterprise de Star Trek (la serie original, claro), con miles de botones luminosos cada uno con una indicación, conectados cable por cable al SKALA del centro de procesamiento de datos, mostrando los valores críticos, normales y todo lo que sucedía en la central.

La «interfaz de usuario» para manejar todo aquello eran pues botones físicos, que en algún caso formaban un panel de control alfanumérico que recuerda mucho a los del Apollo Guidance Computer. Había varios para diferentes operadores en toda la sala. Se escribía un código que representaba a un valor, se pulsaba el botón de consulta y se recibía la respuesta en forma numérica.

Mientras tanto, las impresoras iban imprimiendo línea a línea todo lo que sucedía en la central, a modo de log; los teletipos se utilizaba para las alertas más importantes cuando los parámetros se salían de lo normal. De hecho esos registros físicos fueron muy relevantes a la hora de evaluar lo que sucedió durante el accidente nuclear de 1986, uno de los peores de la historia. Curiosamente Alex y Michaela creen que las marcas de tiempo indicadas en esos registros podrían tener cierto desfase temporal debido a cómo funcionaba el SKALA, que hacía que más que el «cuándo ha sucedido el evento» se imprimiera el «momento en el que se ha procesado el evento». Sobre esto investigarán más.

Renovación y fin

Aunque parezca increíble, el SKALA fue renovado en 1991 y continuó operando hasta 2000 en las zonas de la central que todavía eran operativas. Entre las mejoras había monitores convencionales para facilitar ver toda la información y un nuevo sistema llamado DIIS basado en un ordenador CM-1210 ucraniano capaz de ejecutar más rápidamente los programas como PRIZMA. Finalmente dejó de usarse, comenzó su desmantelamiento y pasó a la historia, excepto para los estudios científicos y de los retroinformáticos, como se ve.

(¡Gracias, Gali, por una pista tan atómica!)

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