Septiembre2017

Por @Wicho — 30 de Septiembre de 2017

Fotografiado el 18 de septiembre de 2017 por Paolo Nespoli en A peaceful and breathless Moonrise from the Space Station se puede ver la Luna elevándose sobre el horizonte de la Tierra junto con Mercurio, Marte, Venus, y la estrella Regulus.

Paolo Nespoli lleva a bordo de la EEI desde 28 de julio de 2017 en la misión Vita.

Vita responde los conceptos vitalidad, innovación, tecnología y habilidad (que en inglés no lleva hache) y es la tercera misión de Paolo en la EEI.

El extenso programa científico de Vita incluye experimentos en biología, fisiología humana, así como el estudio del medio ambiente espacial, ciencia de los materiales y demostraciones de tecnología.

Cuando no esté «aciendo la cencia», Paolo trabajará con sus colegas para mantener la Estación Espacial en perfecto estado.

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Por @Wicho — 30 de Septiembre de 2017

Motor cuatro del AF66

El vuelo AF66 del 30 de septiembre de 2017, entre París y Los Ángeles, perdió el motor número cuatro –el motor externo del ala derecha– cuando estaba a unos 370 kilómetros al sureste de Nuuk en Groenlandia. La tripulación declaró emergencia y aterrizó sin más problemas en Goose Bay un par de horas después.

Por las fotos parece obvio que el motor perdió el ventilador y la parte del carenado que lo cubre; habrá que esperar a la investigación, ya en marcha, para determinar el motivo.

Es importante tener claro que aunque el incidente recuerda al del vuelo 32 de Qantas, que el 4 de noviembre de 2010 perdía el motor número dos –el interior del ala izquierda– a los cuatro minutos de despegar de Sydney, en el caso del Air France el motor es un Engine Alliance GP7000, mientras que en el caso del Qantas era un Rolls-Royce Trent 900.

El avión del incidente es el F-HPJE, entregado el 17 de mayo de 2011 a Air France.

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Por @Wicho — 30 de Septiembre de 2017

Partido en dos

Los F-18 de la marina de los Estados Unidos están acercándose a las 6.000 horas de vuelo, que es la vida útil para la que fueron diseñados. Así que está en marcha un programa de mantenimiento y actualización con la idea de mantenerlos en servicio al menos otras 3.000 horas.

Pero este programa está diseñado en base a asunciones acerca del desgaste de aquellas partes del avión que no se vuelven a ver y a las que ya no hay acceso una vez que ha sido emsamblado.

Así que Boeing va a desmontar dos de ellos –el que tiene más despegues y aterrizajes en portaaviones y el que tiene más aterrizajes totales– para ver si los modelos se corresponden con la realidad. Lo que no es un proceso trivial porque se supone que una vez que has montado el avión éste debe permanecer así hasta que lo desguazas, y en este caso hay que desmontarlos con con cuidado para no dañar nada de lo que se quiere estudiar.

Boeing estudiará la parte frontal del fuselaje y las alas; Northrop Grumman se encargará de la parte posterior del avión.

Para Boeing

Para Northrop Grumman

Y lo que aprendan podrá ser aplicado no sólo a los F-18 de la Navy sino que ayudará a refinar modelos que se aplican en otros aviones.

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