Por @Alvy — 29 de Diciembre de 2022

De un viejo programa titulado Money Programme’s, presentado por John Watkinson, la BBC ha rescatado este segmento en el que se presentaba la revolución del Cubo de Rubik, allá por 1981. Es interesante ver cómo cubre muchos aspectos del fenómeno, entre ellos:

  • Se hablaba del fenómeno como «idea brillante», «rompedor de matrimonios» y «el sueño para los que padecen insomnio».
  • El primer Récord del Mundo del cubo, salió de una competición entre 27.000 participantes y 10 finalistas, y quedó marcado en 25,79 segundos. (Hoy en día son 3,47 segundos, desde 2018).
  • Entre 1978 y 1981 la compañía de juguetes Ideal había vendido 25 millones de cubos de Rubik, a unas 4 libras la unidad (que serían unos 20 euros de hoy en día, ajustados a la inflación).
  • Se hablaba del Pyramid y la Serpiente como posibles sucesores, aunque por aquel entonces ya había unas 60 variaciones, incluyendo las «copias piratas» procedentes de Taiwan y Hong Kong.
  • Hay imágenes de la fábrica de británica de Waddingtons, en la que se montaban cubos y pirámides originales de forma bastante artesanal.
  • También se habla de You can do the Cube, un libro que fue un superventas de la época –vendió más de un millón de copias– y que estaba escrito por Patrick Bossert, un joven de 13 años.

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Por @Alvy — 7 de Diciembre de 2022

En la cuenta de Puzzle Guy aparecen cada semana nuevos puzles, pero nada como este llamado Architecto, de NKD Puzzle, surgido aparentemente de un Kickstarter y que se vende creo que tanto montado como en forma de kit . Es un rompecabezas con inspiraciones arquitectónicas y específicamente de M.C. Escher según sus creadores.

En total está formado por 900 piezas con diversos tonos de madera y algunos verdes; las caras del rompecabezas forman un cubo en cuyo interior hay una caja; entonces 116 intrincados mecanismos se fijan unos con otros para que sea imposible abrir a menos que se resuelva cada paso previamente de forma individual y generalmente por orden. En el rompecabezas hay pistas, y despistes y hasta tiene luces (!) que se pueden ver en el vídeo de Puzzle Guy, que se pasó varias semanas peleándose con él hasta dar con la solución.

En el vídeo se ve parte de la solución, porque el protagonista ya estuvo semanas trasteándolo antes de empezar a grabar. Muchos de los puzles consisten en resolver laberintos, recolocar piezas al estilo «juego del 15» y averiguar qué significan las decenas de iconos y palanquitas indicadoras.

Como puede verse el rompecabezas viene con una «mano» de madera que resulta útil para mover algunas piezas pequeñas –aun así dice que rompió varias y tuvo que pegarlas– y a medida que se resuelve algunas se desmontan. Puede suceder que te encuentres con algo raro tipo un nivel de burbuja y eso te haga pensar si es que hay que sujetarlo en horizontal en cierta posición; también hay medidores de ángulos, decenas de ruedas dentadas, ventanas, escaleras que aparecen y desaparecen… ¡Una auténtica locura!

Según parece Architecto se puede comprar como kit (444 euros) o ya montado (¡4.444 euros!) y esa diferencia de precio de ×10 habría que ver si merece la pena. Supongo además que si lo montas tú puede ser más divertido, aunque también intuirás en cierto modo parte de la solución. Mmm… Quizá compartirlo con alguien que también sea aficionado a este tipo de cosas y que te ayude a montarlo mientras tú luego lo solucionas.

(Vía Bauhasaurus.)

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Por @Alvy — 1 de Diciembre de 2022

Shane Wighton, del canal Stuff Made Here, trabaja en proyectos tan largos como impresionantes. El último del que ha dado cuenta es la construcción de un mecanismo robótico para resolver puzles, pero puestos al tema, eligió la versión más difícil del reto: un puzle de 5.000 piezas y completamente blanco, de modo que la máquina ni siquiera podía guiarse por los dibujos, tan solo por la forma de las piezas.

Es mejor rebajar tus expectativas al intentar ciertos proyectos.

– Shane Wighton

El vídeo es largo pero muy ágil, y de él se extrae esta gran moraleja, que Shane repite más de una vez y que se puede aplicar a proyectos de todo tipo. Soluciones siempre hay, pero no es lo mismo. Por ejemplo, nada más empezar se da cuenta de que no existen puzles comerciales blancos de 5.000 piezas, sólo de 4.000, de modo que opta por comprar uno de 5.000 y pintarlo con spray. Más adelante descubrirá que las piezas no terminan de encajar bien, y pese a probar a limpiarlas y pulirlas no hay manera de que sirvan… Así que acaba creando su propio puzle blanco de 5.000 piezas recortándolo con láser; pese a eso los encajes que hace el robot tampoco son perfectos. ¡Ah, la famosa diferencia entre teoría y práctica!

Algunas cuestiones evidentes está muy bien resueltas: utiliza una cámara con una lente especial para escanear todas las piezas a altísima resolución, de modo que luego puede trazar sus contornos automáticamente. Cada escaneo de las 5.000 piezas supone unas 8 horas de trabajo (!) Y naturalmente, como suele suceder, no funciona a la primera. La forma matemática de definir el perímetro de las piezas, los encajes y salientes y determinar las esquinas es muy interesante y las explica con detalle; es geometría muy interesante. Todo esto lo programa él mismo en Python, porque le resulta más cómodo y quiera que sea «un proyecto de un solo hombre», aunque nuevamente hacia el final del vídeo los problemas le hacen necesitar de algo de ayuda externa (¡y siguen quedando bugs!)

La creación de un mecanismo robótico para resolver un puzle casi imposible, toda una aventura que enseña a rebajar las expectativas

La otra parte interesante es el algoritmo de resolución, que le tiene frustrado semanas y semanas. Con toda la información de las piezas, el ordenador puede resolver «mentalmente» el puzle y luego simplemente ir colocando cada pieza en su sitio. Hay veces que las piezas encajan y al añadir otras piezas alrededor entonces no, y hay que volver atrás. Todo esto es así al menos en teoría. El problema es que 5.000 piezas son muchas como para probar «todas con todas» y ha de buscar optimizaciones; seleccionar sólo aquellas con contornos compatibles es parte de la solución, aunque no es trivial (de hecho la falta de soluciones es lo que le desespera y hace ver que las piezas de un puzle normal no sirven).

Al final Shane consigue resultados adecuados con sus piezas cortadas con precisión, de modo que finalmente todo es cuestión de ir alimentando con piezas una por una al robot –cuyo mecanismo provenía de una máquina anterior, y no necesita demasiadas modificaciones excepto aumentar su superficie– y éste las va colocando. Curiosidad: a diferencia de los humanos, el robot no necesita empezar con la estrategia de «hacer primero el marco», que es lo que solemos hacer los humanos.

Como puede verse, en cada fase del proyecto aparecen nuevas dificultades y hay que rebajar expectativas: el puzle no puede ser el que se pensaba, el robot no consigue encajar todas las piezas bien y algunas piezas hay que terminar de empujarlas a mano, o el generador que usó para crear las piezas falló y varias de ellas no tienen la forma estándar (tiene que dejarlas aparte, para el final). Para colmo el robot se empeña en apilar algunas piezas encima de otras (¿bug?) o las arrastra con el movimiento si no estaban bien encajadas (¡aggg!) pero, contra viento y marea, y tras muchas semanas de trabajo, el reto se puede dar por superado.

§

Con la parte mecánica resuelta, una de mis otras dudas sigue en pie: ¿Cuál es la forma óptima de resolver un puzle tradicional en equipo, entre varias personas? Ahí si que no he vuelto a ver avances al respecto. ni sé de que haya competiciones temáticas.

Actualización (3 de diciembre de 2022) – También es casualidad: justo hoy el algoritmo me sugirió este vídeo de Karen Puzzles donde se ve es el desarrollo de una competición de puzles por equipos. Básicamente todos parecen utilizar la estrategia de: primero el borde, luego cada persona se concentra en una zona con un color determinado. Supongo que esto servirá para algunos diseños de puzles y no para otros, pero esa parece ser la idea dominante.

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Por @Alvy — 23 de Noviembre de 2022

Rotaboxes - the daily image puzzle game

Rotaboxes es un sencillísimo juego de puzles en el que se trata de resolver la imagen misteriosa simplemente girando las piezas una por una. Tan simple como relajante, sobre todo para las personas rotadoras.

Idealmente hay que hacerlo en el menor número de movimientos posibles (que aparece indicado), pero tampoco es obligatorio. Quien se lo tome como un reto puede elegir el sentido de giro (horario u antihorario) antes de hacer los movimientos. Hay que tener en cuenta que algunas piezas pueden aparecer ya correctamente orientadas.

Además de eso el botón Previsualización permite ver cómo ha de quedar el puzle, algo interesante si hay piezas rebeldes o con un patrón visual difícil de orientar… Pero eso penaliza como un giro adicional, claro. Cuando se da con la solución la pantalla muestra confeti de celebración, señal de que se ha acertado. Si eso no aparece, es que algo falta.

Hay un puzle al día, y se puede acceder a los anteriores en la parte de abajo de la página.

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