Por @Wicho

Foto de producto de los auriculares y del estuche de cargaHe estado probando unos auriculares abiertos Creative Outlier Go que me han cedido amablemente. Son de esos que van sobre el oído y no dentro del oído, pero sin llegar a tener el tamaño de unos cascos de diadema ni mucho menos. Eso hace que tengan ciertas limitaciones en cuanto al volumen y la calidad de sonido que pueden proporcionar. Pero a la vez los hacen muy cómodos. Y teniendo en cuenta lo dicho, suenan muy bien.

El truco de los Outlier Go es que tienen unos ganchos semirrígidos recubiertos de silicona que se colocan sobre las orejas, lo que hace que sea complicado –aunque no imposible– que se te caigan. Pero además la unión entre los ganchos y los auriculares propiamente dichos es articulada hacia arriba y abajo y de izquierda a derecha, lo que te permite adaptar su posición a tu fisionomía.

Cada uno de los auriculares mide 54×40,34×16,63 milímetros, gancho incluído, y pesa once gramos. Sin el gancho son unos 36×17×16,63 mm.

La descripción
Así puedes ajustar la posición de los auriculares – Creative Labs

En este sentido, como decía arriba, los he encontrado muy cómodos. Los he podido tener puestos durante horas sin que me molestaran, algo que con auriculares de los que van dentro del oído, de los que he sido muy fan durante años, cada vez puedo decir menos.

Tienen certificación IPX4, lo que quiere decir que están protegidos contra salpicaduras de líquidos –sudor incluido– así que puedes utilizarlos incluso para hacer ejercicio. Aunque según el tipo de ejercicio que hagas puede que los ganchos no sean suficientes para evitar que salgan volando. En cualquier caso, puedes caminar tranquilamente con ellos, incluso caminar rápido, sin preocuparte por el sudor.

La conectividad es a través de Bluetooth® 5.4 con soporte para todos los perfiles necesarios para que funcionen como control remoto del dispositivo con el que los estás utilizando. Incluso con el sistema de entretenimiento a bordo de un avión si es medianamente moderno. También soportan un modo de baja latencia, por aquello de los juegos.

Foto de producto de los auriculares y del estuche de cargaLos mandos son táctiles, incorporados en la superficie de los auriculares. Para utilizarlos encontré que es mucho más sencillo si colocas el dedo medio en el extremo del auricular para tener una referencia de la posición de tu mano y los manejas con el índice.

Los controles, por cierto, los puedes personalizar a tu gusto utilizando la aplicación de Creative para móviles Android e iOS, que también sirve para ajustar la calibración y la ecualización de los auriculares y la instalación de actualizaciones de firmware.

Además son capaces de emparejarse con hasta dos dispositivos, con lo que podrás tenerlos conectados, por ejemplo, tanto al móvil como al ordenador, lo que siempre es una comodidad.

Cada uno de los auriculares monta un altavocillo (AKA driver o controlador en términos más técnicos) de neodimio de 14,2 milímetros con una respuesta de frecuencia que va de los 20 a los 20.000 Hz. Esto es más que suficiente para un oído medio, y más para los de un señor de mi edad como yo. Y, en cualquier caso, más que suficiente para unos auriculares abiertos.

Así que como decía al principio, esto hace que suenen muy bien, con tonos limpios en toda la gama, y con unos bajos sorprendentemente presentes para el tipo de auriculares que son. Pero también por el tipo de auriculares que son no tienen ningún tipo de cancelación de ruido ni te aíslan del sonido ambiente. Y aunque para eso incorporan un algoritmo llamado Adaptive Equal Loudness Correction que va ajustando el volumen según el entorno, el algoritmo no hace milagros. Con lo que en según dónde te encuentres o el medio de transporte en el que vayas pueden ser bastante poco utilizables.

También incorporan sendos micrófonos para funcionar como manos libres y para poder darle órdenes a tu asistente de voz favorito –siempre que sea Alexa o Siri– y en esto también me han parecido muy buenos. En ninguna de las conversaciones que he mantenido utilizándolos me han dicho nunca que no se me escuchaba bien, lo que para mí es la medida de este tipo de dispositivos más allá de la sensibilidad de los micros. Aunque si te interesa es de -38 dBV/Pa a 1 KHz. Eso sí, a la hora de atender una llamada los Outlier Go sí que utilizan cancelación de ruido ambiental (ENC), lo que sin duda también ayuda.

Una carga completa de los Outlier Go da como para seis horas de reproducción. Aunque con el estuche de carga, que alberga una batería de 600 mAh y mide 103×55×25,8 mm y pesa 56 gramos, el total se va a las 26 horas. El estuche, que se conecta mediante USB-C, cable que viene incluido, tarda dos horas en cargarse del todo. A los auriculares les bastan quince minutos en el estuche para dar tres horas de reproducción; la carga completa les lleva media hora. Los niveles de carga los puedes ver tanto en unos ledes de los auriculares como otros que están en el frontal del estuche.

Y creo que no mucho más salvo insistir en que son unos auriculares cómodos y que suenan muy bien. En el momento de publicar esta reseña están en 60 euros en Amazon, lo que me parece muy buen precio para lo que ofrecen. Pero como siempre digo, asegúrate de poder devolverlos los compres dónde los compres, ya que la comodidad y la calidad del sonido son cosas muy subjetivas.

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El enlace a Amazon lleva nuestro código de asociado, así que si compras los auricularees o alguna cosa más tras haberlo seguido es posible que obtengamos algo en forma de comisión.

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Por @Alvy

¡Cambia tu voz en un santiamén con el nuevo filtro de IA de Adobe!

Aunque lo he leído hoy en Fast Company, según parece Adobe lanzó una herramienta llamada Mejorar la voz como parte de Adobe Podcast, y ya va por la versión 2. Es tan sencilla que simplemente hay que arrastrar encima un archivo de audio o vídeo y el resultado que el audio queda limpio de ruido de fondo, clics y otras molestias. Lo suficiente como para hacer entendible cualquier podcast mal grabado, la charla de una conferencia o esos audios que te llegan por WhatsApp y quieres conservar.

Aunque yo tengo la versión Premium que va incluida con el plan completo de herramientas Adobe, que no tiene limitaciones, se puede usar sin registrarse y con archivos de hasta 30 minutos de audio y 500 MB de datos, un máximo de 60 minutos al día. Admite formatos WAV, MP3, AAC, FLAC y M4A. (Con registro de prueba se amplían estos límites a 4 horas y 1 GB.)

Lo he probado con diversos audios y vídeos funciona sorprendentemente bien. Un audio de los de la radio no lo mejora mucho porque ya están procesados y muy limpios, además de grabados en estudio super-profesional; en los vídeos grabados con el micrófono del ordenador «al aire», con grabaciones del teléfono móvil o incluso los vídeos grabados con micrófonos externos la mejora es notablemente buena.

Todo funciona en la misma página web, es un gran ejemplo de facilidad de uso y simplicidad. Hay un par de barras para controlar cuánta mejora se le aplica a la voz y cuánto ruido de fondo se quiere dejar. Y el Mejoreador guarda los archivos de audio procesados durante diez días en un histórico, pasados los cuales desaparecen automáticamente.

Me he guardado la herramienta en los favoritos porque nunca se sabe cuándo puedes necesitar eliminar la voz «desayuno de resaca» para convertirla en «narrador de documentales de La 2». Si tienes algún audio por ahí que quieras que suene mejor y con más carisma… haz la prueba.

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Por @Alvy

Jean @ Unsplash

Este artículo se publicó originalmente en Tecvolución, el blog de Volvo en el que colaboramos desde hace una década, dedicado a las tendencias tecnológicas aplicadas al futuro de los coches, la sostenibilidad, la innovación y el ocio digital.

Esta es la historia de TJ Jones, más conocido como @Teejus en Twitter y ahora más conocido todavía como 1233130761 en Spotify. Jones es conductor de Uber, pero ahora se autodenomina también «Consultor musical» y «Curador de listas de música».

Su transformación comenzó el día que subió a Twitter un comentario acerca de que había empezado a conducir para Uber y la gente le felicitaba constantemente por sus excelentes selecciones musicales. Como cuando en España los pasajeros se quejan de que los taxistas no ponen más que Radio Olé… pero al revés.

¿Cuál era el secreto de Jones? Según cuentan había clasificado en plan genérico a la gente que se subía a su coche en unos diez tipos de clientes distintos. Persona que se subía a su coche, playlist que ponía en marcha tras echar un vistazo. De hecho ese «fenómeno clasificatorio» se ha estudiado muchas veces en márketing, sociología y en el mundo de la tecnología también: todos nos creemos especiales pero somos mucho más predecibles y clasificables de lo que creemos.

TJ Jones / Spotify

Los nombres de las listas que asignó a los variopintos grupos sociales que formaban sus pasajeros eran bastante peculiares, al igual que la propia música. Estas son algunas de las listas, a las que se puede acceder en Spotify:

Vista como un todo es básicamente música pop-rock de las últimas tres décadas, que combina grupos y artistas relativamente desconocidos con otros internacionalmente famosos como Kayne West, Amy Winehouse, Radiohead, Franz Ferdinand o Pixies. Los rangos de edad ayudan mucho a saber qué música puede ser la preferida de la gente (truco que conocen bien las emisoras radiofónicas), pues generalmente la nostalgia retrotrae a las personas a lo que sonaba cuando tenían entre 15-20 años.

Para disfrutar de estas listas sólo hace falta tener una cuenta en Spotify (de pago o gratuita) e idealmente hay que hacerlo en el coche, que es para lo que fueron concebidas. Muchas de las listas son enormes, con 50, 70 u 80 canciones así que es material más que suficiente incluso para los más largos viajes.

Tras convertirse en una especie de «fenómeno viral» y animado por los comentarios de Twitter de la gente que escuchaba sus listas Jones se vino arriba y comenzó a ofrecer sus servicios como consultor musical proponiéndose crear listas a medida para quien se lo pidiera. La clasificación original de «diez tipos de clientes de Uber» se fue ampliando con otro tipo de selecciones y para todo tipo de selecciones: para hacer gimnasia, pasear una tarde de domingo o para quien le guste el Jazz.

Revisar las listas y su música es toda una experiencia interesante. Hoy en día la tecnología y las redes sociales en las que exhibirse y compartir es lo más importante ponen fácil acceder a un selección de este tipo (antes sólo había selecciones en las emisoras de radio o si una amistad te regalaba una cinta personalizada). Y por cierto: la listas de todas las listas, la crème de la crème según Jones sería la que denomina Closet Pop, con 79 temazos.

(Vía Bored Panda.)

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Foto (CC) Jean @ Unsplash.

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Por @Alvy

Love, de OK Go, es la última creación de la banda musical que cuida tanto –o más– sus videoclips que sus canciones. Se ha estrenado junto con su quito álbum, And the Adjacent Possible; del anterior hace ya una década.

Como muchos otros de sus vídeos se trata de un único plano secuencia en una sola toma –o eso parece– un recurso que han usado ya en vídeos anteriores y probablemente no está siquiera editado posteriormente ni tiene efectos visuales añadidos.

Según se puede contar, se utilizan en total 29 brazos robóticos y 60 espejos en diferentes formas y tamaños. Además de eso se ve todo resuelto muy limpiamente, quizá con alguna de las «soluciones de baja tecnología» que suelen usar, como gente escondida, cintas de caminar y artilugios así.

Son 4 minutos de caleidoscópicas imágenes, reflejos y colores, que junto con la música dejan embelesados a los espectadores. Toda una coreagrafía que combina la luz y sus juegos como elemento principal, con un resultado excelente.

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