Por @Wicho — 17 de Marzo de 2024

Portada del libroAC/DC Su historia. Por David Braña. Ilustraciones de Jesús C. Gan. Redbook (15 de enero de 2024). 108 páginas.

No tengo ninguna duda de que no soy lo que se podría considerar un fan de AC/DC. Pero su música ha estado en mi vida de forma más o menos permanente desde que los descubrí allá a principios de los 80. También me encantan los cómics. Así que me ha gustado mucho leer la historia del grupo en forma de novela gráfica.

He aprendido un montón de cosas acerca del grupo, como por ejemplo que aunque para mí eran australianos de toda la vida –no me matéis– en realidad emigraron desde el Reino Unido en 1963. O que fue Margaret, la hermana de los Young, quien sugirió el nombre de la banda o que Angus saliera vestido de colegial como una especie de homenaje a las horas que se pasaba tocando la guitarra en casa al volver del colegio.


Dos páginas de muestra – David Braña/Jesús C. Gan/Redbook Ediciones

El libro va recorriendo la historia del grupo al ritmo de las diversas incorporaciones y expulsiones o fallecimientos de alguno de sus miembros; de cómo su fama fue aumentando a pesar de que a veces su discográfica no los entendiera; y también del papel de sus distintos managers.

Aunque sólo hay cinco páginas dedicadas a lo ocurrido desde 1994, año en el que Phil Rudd volvió a la banda. Y eso que este periodo incluye la muerte de George en 2017 –que nunca estuvo en AC/DC pero fue una clara influencia en sus hermanos– o la de Malcolm apenas un mes después y la reinvención de la banda que les permite seguir aún al pie del cañón. Cañón dorado en España, negro en el resto del mundo.

En fin, que si has escuchado con cierta frecuencia a AC/DC seguro que este libro te gusta. Aunque si eres del ramo de aerotrastorno te toparás con un par de detalles anacrónicos que seguramente no podrás dejar ver.

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Por @Wicho — 13 de Marzo de 2024

Foto de producto del R7 con vistas tres cuartos del frontal y de la parte trasera

Las ya no sé si tan buenas gentes de Zococity me han dejado un amplificador/DAC y streamer de escritorio FiiO R7 para probar y me han creado una necesidad que no sabía que tenía.

Para entendernos, es un dispositivo que hace las funciones que cumplía tradicionalmente el amplificador en las torres de música de toda la vida: tiene varias entradas a las que puedes conectar diversas fuentes, procesa lo que recibe de ellas, y lo saca por unos altavoces o auriculares. Pero en el mundo digital. El R7 es la primera incursión de la marca en este segmento de mercado.

Físicamente el R7 es un paralelepípedo de 110×134×160 milímetros y casi 1,3 kilos de peso con una carcasa construida en aluminio acabado en negro o blanco. En la caja viene un soporte en forma de cuña que permite levantar la parte frontal. Pero para su uso en el escritorio, cerca de quien lo está usando, me parece que la inclinación es un tanto escasa. Aunque nada que no se pueda apañar con un soporte más empinado que alguien te imprima en 3D… o con algún objeto que sirva para inclinarlo algo más.

En el frontal están la pantalla táctil de 4,97 pulgadas con 720×1280 píxeles de resolución; una perilla para controlar el volumen y escoger el modo de funcionamiento; otra para escoger el modo de salida; y, bajo una tapa, los conectores para auriculares, que son una salida balanceada XLR, otra de 4,4 mm, y una salida no balanceada con conector de 6,35 de toda la vida. El fabricante recomienda auriculares de 16 a 300 Ω para las salidas balanceadas y de entre 16 y 150 Ω para la no balanceada.

La parte trasera del R7En la parte trasera hay todo tipo de entradas y salidas y algunos conectores más. Son dos salidas de línea con conector RCA; una salida balanceada con conector XLR; una salida y entrada óptica con conector TOSLINK; y una salida y entrada con conector coaxial.

En cuanto a conectores, hay una toma ethernet por si quieres usar una red cableada, aunque por supuesto el R7 soporta WiFi en las bandas de 2,4 y 5 GHz y Bluetooth 5.0, que como fuente permite utilizar los códecs AAC, SBC, aptX, aptX HD, LDAC, y LHDC mientras que como receptor soporta AAC, SBC y LDAC; un conector USB-C 3.0 y otro USB A 2.0 que te permiten conectar teclados, ratones, almacenamiento externo, e incluso un monitor; y una ranura para tarjetas SD de hasta 2 GB.

Están ahí también el conector para el cable de corriente; un conector por si quieres utilizar un alimentador de DC aparte del conversor interno del R7, para lo que tendrás que cambiar de posición el conmutador correspondiente; y el interruptor de encendido.

Con esto no hay mucho más que le puedas pedir al R7 para que se convierta en el centro de un sistema de entretenimiento en la era de Internet y del contenido digital. Aunque personalmente, y ya sé que quizás no tiene mucho sentido, me hubiera gustado que tuviera una entrada analógica RCA para poder conectar, por ejemplo, un tocadiscos.

Seguir leyendo: «Ponemos a prueba el amplificador/DAC FiiO R7»

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Por @Wicho — 2 de Marzo de 2024

Portada del libro con una ilustración de Janis Joplin a punto de entrar en el Chelsea Hotel de Nueva York en la primavera de 196812 momentos mágicos del rock: La historia del Rock 'n’ Roll como jamás te la contaron. Por Josep Clotet Sopeña. Ilustraciones de Andrea de Castro Piñol. Redbook (25 de octubre de 2023). 128 páginas.

Si aceptamos, como dice el autor, que la historia del rock empezó con las grabaciones de Robert Johnson¹ de finales del 36 y principios del 37 el género no tiene ni cien años. Pero son años cargados de historias. Aunque de hecho las historias que cuenta el libro arrancan en una aldea de Dahomey en el verano de 1844.

A veces las historias son un tanto tangenciales a la propia historia del rock como por ejemplo la del niño que sale en la portada de Nevermind de Nirvana, niño que luego dejó de serlo y tuvo que vivir con las consecuencias de que medio planeta lo haya visto desnudo. O como la de la pareja que sale en la portada del disco de Woodstock. Ninguno de los tres se ha dedicado a la música pero forman parte de su iconografía.

Otras historias están más entroncadas con la música, aunque a veces de forma sorprendente como la que une el hundimiento del Titanic con el régimen nazi y la grabación de Exile on Main St. de los Rolling Stones en una mansión en Niza. O la que explica qué tienen que ver Zdeněk Špička, la primavera de Praga, y Smoke on the Water de Deep Purple.

También salen Leonard Cohen y Marianne, Janis Joplin, Eric Clapton y algún que otro nombre más. Y por supuesto los Beatles, que si no llevo mal las cuentas son los que consiguen más líneas en el libro.

Doce momentos mágicos del Rock es, por si no ha quedado claro, una selección muy personal del autor de hechos relevantes en la historia del género. Como dice en la cubierta, «chispazos de la historia de la cultura rockera contados con maestría y criterio.» Obviamente, como una selección personal y al ser sólo doce historias quedan muchas cosas fuera. Pero eso también tiene la ventaja de que da para escribir más selecciones similares. Y me encantaría que así fuera.

Además, en mi caso, he aprendido un montón de cosas que no sabía del género musical que probablemente más he escuchado en mi vida, lo que siempre es de agradecer.

EL libro, que por cierto está muy bien editado en cuanto a papel e impresión y con unas ilustraciones que acompañan muy bien al texto, viene con una lista de Spotify que puedes ponerte mientras lo lees. Y luego volver a escuchar una y otra vez sabiendo lo que has aprendido de las canciones que salen en ella y por qué salen en ella.

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¹ Hay quien apuesta por Sister Rosetta Tharpe (en Spotify), por ejemplo, para este puesto. Y seguro que si preguntas a unas cuantas personas obtendrás otras candidaturas.

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Por @Alvy — 29 de Febrero de 2024

Buscando algo sobre musiquillas pegadizas me crucé con este vídeo de Jesús Álvarez [ojo que tiene muchas referencias de broma*] donde se ejemplifica el «sonido de anuncios públicos» típico de aeropuertos, supermercados, centros comerciales y otros sitios. Es una secuencia de las notas La Do'# Mi' La' a 440, 554, 659 y 880 Hz, primero en ese orden y luego al revés. Suele sonar recreando un xilófono.

Variando la cadencia (en este ejemplo de 1 segundo) y el fundido (aquí de 0,5 segundos) da la sensación de que se puede «meter prisa» a la gente. También hay versiones de tres notas y melodías similares pero distintas. Es increíble cómo cuatro notas te transportan a estaciones de tren, salas de embarque y otros sitios especiales.

Como estas se pueden encontrar muchas en YouTube. También están las increíbles colecciones de la gente recopilando versiones de aeropuertos de todo el mundo, por no hablar de los que derivan en melodías de «abróchense los cinturones» (!)

Aquí hay otras versiones:

Y, por supuesto, aquí está la más famosa alternativa intergaláctica:

*Actualización (1 de marzo de 2024) – Arreglé el texto de la anotación porque tal y como nos avisaron lo de que la secuencia se llame «el doble salto» es un bromazo de hace años, en el que participaron Jägger, el mismísimo Jaime Altozano y otros. La secuencia es la que es, pero no tiene nada que ver con un tal Matthew Beckett como inventor, y muchos otros detalles son bromazo. (¡Me lo colaron!)

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