Por @Wicho — 26 de Abril de 2024


La Starliner Calypso recién acoplada al Atlas V que ha de lanzarla – ULA

Hace unas horas representantes de todos los departamentos involucrados de la NASA y de Boeing se reunieron para ver si la Starliner estaba lista para su primera misión tripulada. Y, por fin, la agencia ha dado permiso para ella. Si no llevo mal las cuentas es la primera vez que esto sucede. En los dos intentos de lanzamiento anteriores las cosas no llegaron tan lejos.

Y es que en junio de 2023 la NASA y Boeing tuvieron que posponer el segundo intento de lanzamiento cuando descubrieron dos serios fallos de seguridad. Por un lado la empresa había utilizado una cinta adhesiva para fijar cables en el interior de la nave que resultó ser inflamable en ciertas condiciones. Y por otro las líneas de los paracaídas eran de menos resistencia que la estipulada, con lo que no había margen de seguridad suficiente ante un posible fallo.

Esto llegaba después de que en agosto de 2021 la cápsula tuviera que ser devuelta a la planta en la que se ensambla cuando, ya en la plataforma de lanzamiento, resultó que más de la mitad de las válvulas del sistema de alimentación de combustible de los motores de maniobra del módulo de servicio de la cápsula estaban dando lecturas extrañas. Eso obligó a cambiar el módulo de servicio de la Calypso.

La reunión, que se conoce formalmente como Flight Readiness Review (FRR, Revisión de la preparación para el vuelo), y que es obligatoria antes del lanzamiento de cualquier misión, reúne a todas las parte implicadas con la idea de ver que se ha hecho todo lo posible para que la misión pueda ser llevada a cabo con éxito. Tanto desde el punto de vista del hardware como del de los sistemas de tierra como del equipo humano y cualquier otro factor que pueda intervenir.


Sunita Williams y Barry Wiltmore durante su entrenamiento – NASA

Así que por ahora todo sigue en curso para el lanzamiento de la Boeing Crew Flight Test (Vuelo tripulado de prueba de Boeing, Boe CFT, o CFT a secas). Su objetivo es llevar a Barry Wiltmore y Sunita Williams a la Estación Espacial Internacional. Permanecerán allí aproximadamente una semana antes de volver a tierra. Si todo va bien la NASA y Boeing creen que la primera misión regular de la Starliner podría producirse antes de fin de año.

Aunque aún tiene que pasar la Launch Readiness Review (LRR, Revisión de la preparación para el lanzamiento), la reunión en la que todas las partes implicadas deciden si seguir adelante con el lanzamiento uno o dos días antes del lanzamiento.


Sunita Williams y Barry Wiltmore a su llegada al Centro Espacial Kennedy a bordo de un T-38 – NASA

Pero suponiendo que esta vez sí que va a despegar sus dos tripulantes están ya en el Centro Espacial Kennedy para los últimos preparativos. A ver si a la tercera sí va la vencida.

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Por @Wicho — 25 de Abril de 2024

A última hora de la tarde la cápsula espacial tripulada Shenzhou 18 se acoplaba de forma automática a la estación espacial china (CSS). A bordo iban tres astronautas que serán su nueva tripulación durante los próximos seis meses. El acoplamiento se produjo apenas siete horas después del lanzamiento de la nave. Es la sçeptima misión tripulada a la CSS.

Para Ye Guanfu, que es el comandante de la misión, es su segunda vez en el espacio. Para Li Cong y Li Guangsu, sus compañeros, que ocupan respectivamente los puestos de operador y de operador de sistemas, se trata de su primera vez. Aunque los dos últimos comparten apellido no son familiares.

A bordo de la CSS los esperaban Tang Hongbo, Tang Shengjie y Jiang Xinlin, la tripulación de la Shenzhou 17, que llegaba a la estación el pasado 28 de octubre y que volverá a tierra en los próximos días.


Foto de grupo de las dos tripulaciones – CMS

Es la cuarta vez desde que la CSS está en órbita que se produce el relevo de su tripulación con la anterior aún a bordo.

Durante su tiempo a bordo los recién llegados levarán a cabo más de 90 experimentos; dos o tres paseos espaciales en los que instalarán escudos contra la basura espacial y en los que también colocarán en su sitio y recogerán ciertas cargas útiles y equipos; descargarán y cargarán cápsulas de carga Tianzhou; y participarán en varias actividades de divulgación.

Aunque quizás la parte más intrigante de su misión es que llevan con ellos un acuario en el que intentarán criar peces cebra, peces dorados y algas como un primer experimento de cara a la eventual cría de vertebrados en el espacio.

Justo después de anunciar los nombres de los miembros de la tripulación de la Shenzhou 18, lo que siguiendo la costumbre tuvo lugar el día antes del lanzamiento, Lin Xiqiang, el subdirector del programa espacial tripulado chino, volvió a insistir en el interés del país en abrir el uso de la CSS a astronautas de otros países e incluso a turistas espaciales.

Habrá qué ver en qué para todo esto debido a la situación política internacional. Pero no hay que olvidar que Matthias Maurer y Samantha Cristoforetti, miembros en activo del cuerpo de astronautas de la Agencia Espacial Europea, estuvieron entrenándose ya hace algún tiempo con sus colegas chinos.

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Por @Wicho — 22 de Abril de 2024


Pablo tras recibir su parche de Alexander Gerst, el mentor de su grupo; sus alas de astronauta de Daniel Neuenschwander, el director de Exploración humana y robótica de la ESA; y con su diploma esperándolo en manos de Josef Aschbacher, el Director ejecutivo de la ESA – ESA TV

Poco más de un año después de haber empezado su entrenamiento la promoción de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA) de 2022, seleccionada de entre las aproximadamente 22.500 personas que se postularon, acaba de graduarse. Así que ya son oficialmente astronautas de carrera de la ESA. Forma parte de ella Pablo Álvarez, el primer nuevo astronauta español en mucho tiempo. Así que como no todos los días se gradúa un astronauta español nos hemos ido al Centro Europeo de Astronautas (EAC) en Colonia para hacerle una entrevista.

Pregunta – ¿Cuál ha sido la parte más difícil del entrenamiento?

Respuesta – Creo que la parte más difícil es la variedad de disciplinas que tienes que abarcar. Desde la parte teórica, en la que hemos tenido biología, comportamiento y rendimiento humano, ingeniería aeroespacial con todos los sistemas espaciales que te puedas imaginar, hemos tenido partes de mecánica orbital, de astronomía, de cosmología, sistemas de la Estación Espacial, materiales, estructuras…

P – Y ruso.

R – Hemos tenido ruso. Hemos tenido que aprender ruso. Fueron casi dos mes de intensivo en ruso para poder aprender el mínimo. Mientras sigan las cosas igual con Rusia en principio ningún astronauta europeo volará en la Soyuz pero en la Estación Espacial Internacional sí que tienes que convivir con cosmonautas.

P – ¿Y la parte más sorprendente?

R – Pues quizás la parte más sorprendente fue el vuelo parabólico y la primera sensación de microgravedad. Lo hicimos hace una semana y está muy, muy reciente. La primera parábola, cuando te despegas del suelo y de repente estás flotando y los brazos no reaccionan igual y las piernas… Es como que nada pesa. Es increíble. Tienes que aprender a moverte otra vez, es como volver a aprender a caminar de alguna forma también.

P – Ya empieza a quedar lejos, pero, ¿cual dirías que fue la parte mas difícil del proceso de selección?

R – Quizás la primera y la segunda rondas. Siendo muy distintas fueron muchos exámenes.

La primera era más a nivel técnico y de cómo funcionaba tu cabeza, pruebas psicométricas. Fueron casi once horas de pruebas. Y la segunda eran más a nivel psicológico pero también estuvimos aquí diez horas con muchas pruebas distintas, con muchas entrevistas, psicólogos, psiquiatras, tests que tenías que rellenar.

Quizás esa es la parte más dura del proceso de selección: todo seguido para asegurarse de que rendías igual de bien al principio que al final, que eres capaz de mantener esa concentración durante muchas horas bajo presión y situaciones inesperadas continuamente.

P – Si no estoy equivocado cuando decidiste estudiar ingeniería aeroespacial no tenías pensado ser astronauta. ¿Cuándo y por qué tomaste la decisión?

R – Yo había soñado con ser astronauta de pequeño, pero como cualquier otro niño, ¿no? No había dicho en ningún momento «yo voy a ser astronauta.» Claro, ¿qué niño no dice yo también quiero cuando le dicen que puede salir del planeta o que ha habido gente en la Luna? Hubo una época de pequeño que estaba apasionado por el espacio y que me encantaba. Pero a medida que creces ves que hay muy poca gente que ha salido.

Luego, cuando yo tenía diez años voló Pedro Duque por primera vez y la segunda vez cuando yo tenía catorce. Recuerdo verlo y pensar «si este es el primer español que lo consigue, ¿cómo de difícil es esto?» No lo ves como una opción realista, igual que tampoco voy a ser futbolista. Pues voy a ser ingeniero que está muy bien. Y como me encanta todo lo que vuele, ingeniero aeronáutico. Pero nunca pensé que podría llegar a convertirme en astronauta.

Si recuerdo mirar en 2013 o 2014 alguna vez qué hacía falta para ser astronauta. Pero claro, vi que habían seleccionado gente en el 98 y en 2009 y no había tampoco nada planeado; no es algo que pase todos los años.

Luego lo vi en 2021 cuando sacó la convocatoria la Agencia Espacial Europea, me apunté, sobreviví a los 18 meses de selección, y ahora ya llevo un año de entrenamiento, me acaban de dar las alas, que de momento son las alas de plata, aunque cuando vuele ya serán un poquito más doradas.

Pero bueno, ya estoy dentro del cuerpo de astronautas, así que un pasito más cerca.

P – ¿Cómo de complicado es lo de «negociar» con la familia lo de ser astronauta, pues a fin de cuentas no deja de ser una «profesión de riesgo»? ¿Te ha causado problemas?

R – No ha sido fácil, aunque sí que me han apoyado siempre.

Pero ha ido cambiando la percepción que ellos tenían. Por ejemplo mi madre al principio estaba muy asustada cuando me apunté y poco a poco ha ido apoyándome más. Pero mi padre fue al revés. Al principio era «ah, sí, apúntate.» Yo creo que no tenía muchas esperanzas y según iba pasando se iba asustando más.

Y ahora están muy orgullosos. Creo que el orgullo un poco compensa ese miedo. Pero bueno, ese miedo va a estar ahí cuando me suba a un cohete así que intento explicarles todo lo que puedo todo lo que va a venir y que sean también conscientes de que hoy en día es mucho más seguro que en los 70. Sigue siendo peligroso y tienen que saber los riesgos que tiene.

Pero es cierto que veces tengo la sensación de que la decisión que he tomado puede ser un poco egoísta. Porque voy a ser el que está disfrutando de eso, el que va a subir al espacio, es un riesgo mío… Pero si las cosas van mal los que van a sufrir son ellos.

Lo he hablado mucho con ellos, de todas formas.

P – Recuerdo haber leído –y se ha repetido hoy– que esperas ser asignado a una misión de seis meses a la Estación Espacial Internacional. ¿Sigue siendo así?

R – Sí, el primer objetivo es una misión de seis meses a la Estación Espacial Internacional. Es mucho tiempo a bordo y con muchas cosas que hacer. Tienes que estar muy preparado para incluso hacer algún paseo espacial; hace falta un entrenamiento específico para ella.

¿Alguna idea de para cuándo?

R – Antes de 2030 vamos a volar los cinco europeos que nos hemos graduado hoy. Pero no sabemos todavía el orden. La primera oportunidad será a partir de 2026.

P – ¿Qué opinas del acuerdo con Axiom y similares que permite que exista una vía rápida para acceder a la EEI, aunque sea a cambio de que sean misiones cortas?

R – Son misiones con otro objetivo. Son dos semanas y son misiones que se centran exclusivamente, en el caso de las misiones privadas que se hacen a través de la ESA, en experimentos científicos. Da tiempo a formar un astronauta en el uso de Columbus, el laboratorio europeo, pero no en toda la parte de actividades extravehiculares y mantenimiento. Es como una formación reducida. Lo que no quita para que no sean misiones en las que se puede aprovechar bien el tiempo y hacer mucha ciencia, lo que las hace muy interesantes. Son una nueva opción que la ESA está explorando y seguro que va a haber más astronautas europeos que vuelen así.

Sirven para aprovechar al máximo los recursos que da la Estación, aprovechando huecos entre cambios de tripulaciones o momentos en los que no hay que atender una nave de carga; aprovechas un hueco y una oportunidad.

Sirven también para potenciar la parte comercial en la que la NASA está también muy interesada, y también de cara a la creación de estaciones espaciales privadas. Axiom ya está muy avanzada en la fabricación de los módulos de la suya, que al principio serán acoplados a la EEI.

P – Más allá de estar contento con la creación de la Agencia Espacial Española, como imagino que estás, ¿qué ventajas crees que va a traernos su existencia?

R – Creo que lo más importante, al menos desde el punto de vista de la ESA, es tener una única voz y un organismo que pueda organizar todas las actividades espaciales que se hacen, algo que anteriormente estaba muy repartido entre distintos ministerios.

Es muy importante de cara a tener una estrategia común y saber hacia dónde queremos ir como país. Y aprovechar esa sensación tan buena que me causa ahora mismo el sector espacial en España: el Miura 5 –casi se me caían las lágrimas viendo como subía el primer Miura 1–; estamos haciendo el LSTM (Land Surface Temperature Monitoring, un satélite del programa Copérnico) que es el primero [del programa] que se está liderando desde España; la misión ARRAKIHS

Hay un montón de start-ups, tenemos también empresas grandes, y tenemos un rango enorme de posibilidades que por fin ya tienen con quien hablar y quién los apoya.

Se va a desarrollar también una ley del espacio española.

Creo que se están haciendo las cosas muy bien, aunque por supuesto esto tiene que venir apoyado de inversión y apoyo político a largo plazo, que es quizás la parte en la que en España vamos un poquito más atrás que el resto. Aunque creo que también veo ese interés en la clase política de invertir en ciencia aunque sea una inversión a largo plazo en la que tardas en ver los resultados.

Es invertir en nuestro futuro: cómo vamos a estar el día de mañana, qué empresas vamos a tener en España, qué trabajos de valor añadido, y cómo nos vamos a posicionar en esta economía del espacio que cada día está creciendo más.

P – Imagino que para quien lee Microsiervos no hace falta explicarlo mucho pero, ¿por qué crees que es necesario que sigamos enviando personas al espacio?

R – La exploración está en nuestros genes y la respuesta sencilla es porque podemos y porque vamos a hacerlo y siempre vamos a ir un paso más allá.

Pero lo que estamos aprendiendo es mucho, también sobre nuestro propio cuerpo: cómo reacciona a la microgravedad, cómo nos recuperamos a la vuelta, cómo podemos desarrollar fármacos en microgravedad que es imposible desarrollar aquí en la Tierra, o distintos materiales… Todo eso al final va a revertir en nuestra calidad de vida aquí en la Tierra.

Aunque aparte de eso, ha habido cientos de misiones a la Luna. Tripuladas sólo seis. Y son las únicas que recuerda el gran público. Y si me apuras sólo el Apolo XI. Hay algo de conexión emocional cuando va alguien que no está cuando envías un robot; el factor humano es fundamental para mantener el interés.

Y luego está el que por mucho que haya avanzado la inteligencia artificial aún no hay nada que nos supere a la hora de reaccionar frente a imprevistos. Esa capacidad de adaptación, esa capacidad de tomar decisiones en el momento, esa capacidad de improvisación, de poder solucionar cualquier problema es única todavía al ser humano y puedes hacer mucho más en una misión humana debido a esa capacidad de adaptación que una misión robótica no tiene.

Seguir leyendo: «Una entrevista con Pablo Álvarez, el nuevo astronauta español de la ESA, en el día de su graduación»

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Por @Wicho — 19 de Abril de 2024


ADSL apagada – Foto de Stephen Phillips - Hostreviews.co.uk en Unsplash

Bueno, lo celebra de alguna que otra forma más. Pero es cierto que a partir de hoy, día en el que Telefónica cumple cien años, los usuarios domésticos de ADSL de Telefónica que no hayan migrado a otro tipo de conexión se quedarán sin servicio. Quienes tengan el servicio contratado con otra operadora tienen hasta el 29 de mayo para darse el piro.

El ADSL ha ido siendo sustituido por fibra óptica, que consume menos y ofrece mucho más ancho de banda, en un proceso que ha durado más de ocho años.

Según datos del tercer trimestre de 2023 unas 286.000 de ellas eran clientes de Telefónica –y hoy deben estar preguntándose qué pasa con su conexión a Internet–, unas 241.000 de Orange, y a Vodafone aún les quedaban unas 14.000. Aunque a estas alturas las cifras son algo menores porque la operadora lleva tiempo intentando ponerse en contacto con ellas por carta, en la factura, por SMS, e incluso por Burofax. Pero a pesar de los esfuerzos de Telefónica por ponerse en contacto con ellas aún quedan unas 400.000 personas que siguen abonadas al ADSL.

Si eres alguna de esas personas que se ha quedado sin ADSL y la fibra no llega a dónde tu vives, aquí tienes algunas alternativas.

Telefónica empezó a ofrecer el servicio en la década de los 90 del siglo pasado y fue la primera conexión de banda ancha realmente disponible para el público en general. Antes podías ponerte RDSI en casa, pero necesitabas equipos especiales para conectarte a ella; con el ADSL bastaba un cable ethernet y/o una conexión WiFi.

Fue, después de InfoVía, uno de los factores que contribuyeron a la popularización y práctica universalización del acceso a Internet en España.

Hasta luego, y gracias por todos los bits.

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