Por @Wicho — 19 de Mayo de 2024

Hace unos minutos Blue Origin ha llevado a cabo su primer lanzamiento suborbital tripulado en casi dos años. El parón ha sido debido a la explosión del cohete New Shepard en un lanzamiento no tripulado el 13 de septiembre de 2022. La explosión fue debida a un fallo en la tobera de su motor.

La vuelta al servicio del New Shepard se produjo el 19 de diciembre de 2023 en la misión NS-24, en la que volvieron a ir al espacio los instrumentos que habían volado en el lanzamiento anterior. Pero hasta hoy no había retomado los lanzamientos tripulados.

Aunque está por ver cuándo podrá seguir con ellos ya que uno de los tres paracaídas de descenso de la cápsula no se abrió correctamente. La cápsula puede aterrizar sin problemas sin uno de ellos, como así ha sido. Pero el sistema está diseñado para usar tres, así que como poco habrá que ver qué ha sucedido.

Foto oficial de la tripulación
La tripulación de la NS-25. De izquierda a derecha Gopi Thokatura, Mason Angel, Carol Schaller, Ed Dwight, Kehheth Hess y Sylvain Chiron – Blue Origin

En este séptimo lanzamiento tripulado de un New Shepard iban a bordo el piloto y aviador Gopi Thotakura; Mason Angel, inversor en Industrious Ventures, un fondo de capital riesgo; la contable jubilada Carol Schaller, a quien su médico le dijo en 2017 que probablemente iba a quedarse ciega y que desde entonces se ha propuesto ver tanto del mundo como pueda; Ed Dwight, quien pudo haberse convertido en el primer astronauta afroamericano de la historia… Si la historia hubiera sido distinta; el desarrollador de software y emprendedor Kenneth Hess; y Sylvain Chiron, el fundador de la Brasserie Mont Blanc, una de las mayores cervecerías artesanales de Francia.

La cápsula y el New Shepard alcanzaron una altitud máxima de 107 kilómetros, así que por un tiempo la tripulación estuvo por encima de la Línea de Kàrmàn, tradicionalmente considerada el límite del espacio. La misión duró nueve minutos y 53 segundos. Con el vuelo de hoy Blue Origin ha llevado a un total de 37 personas en sus vuelos suborbitales.

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Por @Wicho — 18 de Mayo de 2024

Esta pasada noche un Falcon 9 de SpaceX ha puesto en órbita un lote de 23 satélites de la constelación Starlink de acceso a Internet. Pero lo más relevante del lanzamiento es que la primera etapa del cohete, con el número de serie B1062, llevaba a cabo su vuelo número veintiuno. Y que después de cumplir con su cometido aterrizó sin problemas en el espaciopuerto flotante A Shortfall of Gravitas, con lo que podrá seguir volando.

Estrenada en noviembre de 2020, la B1062 lleva puestas ocho personas en órbita en las misiones Inspiration4 y Axiom Ax-1 y más de 500 satélites. Sobre todo satélites Starlink pero no únicamente, ya que también lanzó satélites GPS III, el Nilesat-301, el ArabSat 7B, y hasta un lote de satélites OneWeb. Su lanzamiento anterior tuvo lugar el pasado 13 de abril.

Con el de esta noche la B1062 sigue siendo la líder de la flota en cuanto a número de vuelos, aunque le siguen de cerca la B1061, con veinte vuelos, la B1063 con 18, y la B1067 con 19.

Cuando la compañía empezó a recuperar primeras etapas con éxito hablaba de poder reutilizarlas diez veces antes de tenerlas que someter a una revisión profunda. Pero según han ido viendo cómo se comportan han ido subiendo esa cifra y ahora apuntan a las 40. Aunque no sería de extrañar que esa cifra volviera a subir.

Este ha sido el lanzamiento número 51 de SpaceX en lo que va de año, el número 36 de satélites Starlink. A este ritmo no deberían tener problemas para batir su récord de lanzamientos de 2023, año en el que llegó a los 96.

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Por @Wicho — 18 de Mayo de 2024

Toma elevada de la Starliner y su módulo de servicio durante su integración con el cohete que las va a lanzar
La Starliner y su módulo de servicio durante su integración con el cohete que las va a lanzar – NASA/Frank Michaux

Boeing y la NASA han anunciado que necesitan más tiempo para solucionar la fuga de helio detectada hace unos días en el módulo de servicio de la Starliner Calypso. Así que se aplaza de nuevo el lanzamiento de su primera misión. En esta ocasión hasta por lo menos las 21:09, hora peninsular española (UTC +2) del sábado 25 de mayo.

Estos días extra serán utilizados por los equipos para evaluar más a fondo una pequeña la fuga, localizada en una brida de uno de los propulsores del sistema de control de reacción. En principio la fuga es estable y no supondría un problema durante el vuelo. Además el resto del sistema de propulsión no presenta fugas. Pero Boeing quiere darse tiempo para desarrollar procedimientos que aseguren que el sistema mantiene las prestaciones y redundancia necesarias.

Diagrama de una Starliner
Diagrama de una Starliner. El módulo de servicio es el rotulado con una B – NASA

Una vez que los tengan la NASA y sus socios de la Estación Espacial Internacional (EEI) determinarán si les parecen adecuados y si autorizan el lanzamiento de la misión, conocida como Boeing Crew Flight Test (Vuelo tripulado de prueba de Boeing, Boe CFT, o CFT a secas). Su objetivo es hacer pasar una Starliner por todas las fases de una misión tripulada a la Estación Espacial Internacional (EEI) con la idea de certificarla para entrar en servicio. Aunque en lugar de una misión de seis meses será una misión de algo más de una semana.

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Por @Wicho — 17 de Mayo de 2024

La historia de la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA) da para varios culebrones. Pero en su último capítulo la agencia europea y la NASA han firmado un acuerdo en el que retoman su colaboración para hacer aterrizar el rover Rosalind Franklin en Marte.

El rover es la segunda parte del programa ExoMars, que en 2018 puso el Trace Gas Orbiter (TGO) en órbita alrededor de Marte. El TGO, además de estudiar la composición de la atmósfera marciana, tiene como objetivo actuar como relé de comunicaciones para el rover. Junto con el TGO viajaba Schiaparelli, una plataforma para comprobar las tecnologías que la ESA y Roscosmos, en aquel momento parte del programa, iban a utilizar para hacerlo aterrizar en el planeta rojo.

Pero Schiaparelli no lo consiguió. Y otros problemas variados, incluyendo la pandemia de covid 19, fueron retrasando el lanzamiento de Rosalind Franklin. Hasta que a principios de 2022 todo parecía listo para lanzar ese otoño. Aunque la invasión de Ucrania por parte de Rusia dio al traste con todo ya que la ESA suspendió sus proyectos conjuntos con Roscosmos, la agencia espacial rusa, incluyendo ExoMars. Eso dejó al rover sin cohete lanzador –iba a ser un Protón M– y sin plataforma de aterrizaje.

Así que la ESA tuvo que replantearse todo, empezando por si seguir adelante con el lanzamiento. Aunque dado que estaba construido y listo para volar parecía un desperdicio no hacerlo. Y además hay que recordar que el rover está dotado de un taladro que podrá tomar muestras hasta a dos metros por debajo de la superficie de Marte y analizarlas in situ, algo que nunca se ha hecho hasta ahora. El objetivo es buscar señales de vida pasada en Marte.


El taladro del gemelo de Rosalind Franklin para pruebas en tierra – ESA

Tomada la decisión de seguir adelante la ESA contrataba recientemente con Thales Alenia Space el desarrollo de una nueva plataforma de aterrizaje para la misión ante la imposibilidad de utilizar la desarrollada por Roscosmos. Es un contrato valorado en 552 millones de euros.

Aunque, entre otras cosas, seguía quedando el problema del lanzador. Y aquí es dónde la NASA vuelve a entrar en la ecuación. Vuelve porque allá por 2009, cuando la misión ExoMars tomó más o menos su forma actual, la NASA se iba a encargar del lanzamiento con un cohete Atlas. Pero recortes forzados sobre todo por el coste extra del telescopio Espacial James Webb llevaron a que la agencia estadounidense se retirara del proyecto en 2012. Y es a partir de ahí cuando entró Roscosmos hasta lo de Ucrania.

En virtud del nuevo acuerdo recién firmado la NASA se encargará del lanzamiento –previsiblemente en un Falcon Heavy– y proporcionará también motores para la plataforma de descenso y las unidades de calor de radioisótopos que permitirán al rover sobrevivir al frío marciano.

El lanzamiento está previsto para 2028 con un aterrizaje en 2030 para llegar a Marte después de la temporada de tormentas de arena.

La misión está en Twitter como @ESA_ExoMars.

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