Por @Wicho

Imagen de la competición en la que tres cohetes rodean un planeta que a la vez podría verse como una e de Europa

La Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de publicar la lista de las cinco empresas que ha escogido como finalistas del European Launcher Challenge (ELC). Nuestros amigos de PLD Space están entre ellas.

El ELC tiene como objetivo el desarrollo de lanzadores europeos que nos permitan no depender de otros países. En principio se trata de lanzadores pequeños pero podría significar el principio del camino para buscar un sucesor del Ariane 6.

Las empresas que han pasado el primer corte y que por tanto pasan a la siguiente fase son Isar Aerospace, MaiaSpace, Orbex, PLD Space y Rocket Factory Augsburg. Según la agencia los criterios que han sido tenidos en cuenta fueron la madurez técnica del proyecto, la madurez de las empresas propiamente dichas, la sostenibilidad de los proyectos, el mercado institucional al que pretenden servir, y el cumplimiento de las normas de contratación. Aunque no entiendo muy bien que esto último haya sido un criterio: si no las cumples quedas fuera y listo, ¿no?

En la siguiente fase la ESA iniciará un diálogo con las empresas seleccionadas y con los estados miembros de los que son para perfilar mejor las propuestas de cara al consejo ministerial de noviembre de 2025 en el que se espera que los países miembros confirmen los fondos para la iniciativa.

Después de esto será cuando por fin se adjudiquen los contratos, que en una primera fase se centrarán en lanzadores que den servicio a la propia agencia y a otros clientes institucionales europeos en el periodo que va de 2026 a 2030. Y en una segunda fase incluirán el desarrollo de una versión mejorada de los lanzadores que hayan pasado la primera fase.

En el caso de PLD Space su propuesta incluye al Miura 5 para esta primera fase y al cohete reutilizable Miura Next para la segunda. Al Miura 5 ya lo conocíamos. El Miura Next fue, junto con la cápsula tripulada Lince, la gran sorpresa del ambicioso plan que la empresa presentó en octubre de 2024, aún antes de que el ELC por fin arrancara.

Las empresas seleccionadas tras esta primera fase, que serán las únicas que se puedan presentar, pueden recibir contratos en una o ambas fases, valorados en un máximo de 169 millones de euros por participante.

¡Enhorabuena a los premiados, y en especial a PLD!

La ESA publica en Bluesky como @es.esa.int.

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Por @Wicho

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La Progress MS-31 a punto de acoplarse a la Estación Espacial Internacional – NASA TV

Poco antes de esta pasada medianoche, poco más de dos días después de su lanzamiento, la cápsula de carga Progress MS-31 se acoplaba automáticamente al puerto superior del módulo Poisk de la Estación Espacial Internacional que había dejado libre la Progress MS-29 unos días antes.

Lleva a bordo un total de 2.625 kilos de carga, que comprenden 1.205 kilos de suministros variados para la Estación y su tripulación en su compartimento de carga presurizado. Además lleva 950 kilos de combustible en sus depósitos. Parte de él será utilizado, si es necesario, para subir la altitud de la órbita de la Estación, mientras que el que sobre será transferido a los depósitos de ésta. Su carga también incluye 420 kilos de agua para el segmento ruso de la estación y 50 kilos de nitrógeno.

El agua el nitrógeno son necesarios porque aunque hay mecanismos de reciclado ninguno es eficiente al 100 % y por eso de vez en cuando hay que reponer. El agua no sirve para el segmento estadounidense porque utilizan diferentes productos químicos para su esterilización y si los mezclas la vas a liar parda. El nitrógeno se va liberando poro a poco en la atmósfera de la Estación para mantener su presión relativa dentro de los límites necesarios.

La Progress MS-31, que la NASA llama Progress 92 porque es la número 92 que llega a la EEI, en realidad es la número 184 de estas cápsulas, que llevan en servicio desde 1978, y desde entonces han dado servicio a varias estaciones espaciales como las Salyut 6, Salyut 7 y Mir.

Permanecerá unos seis meses atracada en la Estación antes de partir para el fin de su misión, que como siempre será con una reentrada controlada en la atmósfera sobre el Pacífico sur en la que tanto la cápsula como su contenido se desintegrarán. El contenido para aquel entonces serán materiales de desecho y ya no necesarios a bordo de la Estación.

El lanzamiento, como es habitual, corrió a cargo de un cohete Soyuz-2.1a. Pero en lugar del habitual acabado gris verdoso y naranja de estos cohetes este iba pintado en blanco porque en principio estaba destinado para Glavkosmos, la subsidiaria comercial de Roscosmos, la agencia espacial rusa.

Aunque ya sea por el aislamiento internacional del país por la invasión de Ucrania, lo que complica conseguir contratos a la empresa, o por los problemas de financiación de Roscosmos en particular y del país en general, también parcialmente atribuibles a la invasión de Ucrania, o por una combinación de todo eso, al final lo ha utilizado Roscosmos.

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Logo conmemorativo del 50 aniversario de la misión Apolo-Soyuz – Roscosmos

Un detalle del cohete es que la cofia que protege a la cápsula durante los primeros minutos del lanzamiento llevaba pintada un motivo conmemorativo del 50 aniversario de la misión conjunta Apolo-Soyuz, de la que el próximo día 15 se cumplen 50 años.

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Por @Wicho

Hace unas horas un Falcon 9 de SpaceX ponía en órbita un lote de satélites Starlink en lo que era casi un lanzamiento de rutina más. Aunque tenía dos peculiaridades: la primera etapa, con el número de serie B1067, volaba en su misión número veintinueve, lo que es un nuevo récord de reutilización. Y además, para redondear el asunto, era el lanzamiento número 500 de un Falcon 9.

Aparte de misiones Starlink como esta, de las que lleva ya unas cuantas, la B1067 ha lanzado a lo largo de su carrera las misiones tripuladas Crew 3 y Crew 4 a la Estación Espacial Internacional (EEI); las cápsulas de carga Dragon 22 y Dragon 25, también a la EEI; y toda una serie de satélites de telecomunicaciones así como los satélites FOC FM26 y FM32 del sistema europeo de navegación Galileo.

Aterrizó sin problemas en el espaciopuerto flotante A Shortfall of Gravitas, así que seguirá pudiendo acumular vuelos hasta encontrar dónde está el límite de su aguante.

A la B1067 le siguen de cerca las B1063 y B1071 con 26 vuelos cada una y las B1069 y la B1076 con 25 vuelos.

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Por @Wicho

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Impresión artística del Meteosat MTG-S1 en órbita sobre la Tierra – ESA/Mlabspace

Esta pasada noche un Falcon 9 de SpaceX ha lanzado el segundo satélite meteorológico Meteosat de tercera generación (MTG-S1) junto con el primer instrumento Sentinel 4, que en unas semanas alcanzarán su posición final en órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altitud sobre el ecuador.

Aunque el MTG-S1 es el segundo Meteosat de tercera generación en ser lanzado es el primero de tipo S en ser lanzado. Su instrumento principal es el Infrared Sounder (IRS, Sonda infrarroja), del que viene la S de su nombre. Con él proporciona datos acerca de la humedad y temperatura de la atmósfera a distintas alturas sobre Europa cada 30 minutos.

Pero también lleva a bordo el espectrómetro UVN (ultravioleta, visible e infrarrojo cercano) de la misión Sentinel-4, que obtiene información acerca de la composición de la atmósfera sobre Europa y África cada hora y obtiene información acerca de aerosoles, ozono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre. Complementa La las misiones Sentinel-5 y Sentinel-5P, que proporcionan observaciones desde sus órbitas polares.

Y es que los Meteosat de tercera generación son de dos tipos, los ya citados S y los de tipo I, que por su parte montan como instrumento principal el Flexible Combined Imager (FCI), que obtiene una imagen completa de nuestro planeta cada 10 minutos en 16 canales distintos en resolución estándar y cuatro más en alta resolución. Llevan también a bordo el Lightning Imager (LI), que es un detector de rayos compuesto por cuatro cámaras que permiten detectar tormentas 24/7. Las imágenes del FCI dan información acerca de las nubes y sus propiedades y las de la superficie de la tierra y el mar.

Cuando esté completa la constelación Meteosat de tercera generación (MTG) estará compuesta por seis satélites que operarán en dos grupos de tres. En cada grupo de tres habrá uno que obtenga imágenes –el del tipo I– y dos que obtengan datos de la atmósfera a distintas alturas, los de tipo S.

El primer MTG-I, el MTG-I1, fue lanzado el 13 de diciembre de 2022. Está planeado que haya tres de cada tipo en servicio.

Según Phil Evans, Director General de Eumetsat: «MTG-S1 proporcionará datos completamente nuevos que ayudarán a los especialistas de los Estados miembros de Eumetsat a detectar signos de inestabilidad atmosférica incluso antes de que comiencen a formarse nubes. Combinado con datos de los satélites de imágenes MTG, ofrecerá por primera vez una visión espacial del ciclo de vida completo de las tormentas convectivas. Esto proporcionará un apoyo fundamental a los servicios meteorológicos nacionales en el desempeño vital de su trabajo, ayudando a salvar vidas, reducir interrupciones y fortalecer la resiliencia.»

Las misiones Sentinel, por su parte, son los ojos en el espacio del programa Copérnico de la Unión Europea y uno de sus principales activos, ya que cada día proporcionan montones y montones de datos que son almacenados y puestos a disposición de quien quiera utilizarlos. Algunas son satélites independientes; otras, como Sentinel-4, son instrumentos que vuelan a bordo de otros satélites.

Este lanzamiento está rodeado de una cierta polémica, pues el principio el Meteosat MTG-S1 tenía que haber sido lanzado en un Ariane 6, pero en junio de 2024 Eumetsat anunció que lo había pasado a un Falcon 9, sin dar muchas explicaciones al respecto.

Aunque también es cierto que estaba previsto lanzar el MTG-S1 en un Ariane A64, la versión con cuatro propulsores de combustible sólido. Pero esa versión todavía no ha volado, así que habría que lanzarlo en un A62, la versión con dos propulsores. Y esto obligaría a utilizar las reservas de propelentes del satélite para colocarlo en su ubicación orbital definitiva, lo que acortaría su vida útil.

En cualquier caso la primera etapa del Falcon 9, la B1085, que volaba en su novena misión, aterrizó sin problemas en el espaciopuerto flotante Just Read The Instructions tras cumplir con su tarea, así que podrá volver a ser utilizada.

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