Por @Wicho — 19 de Abril de 2024

Hoy se cumplen tres años desde que el helicóptero Ingenuity hiciera su primer vuelo en Marte. Tenía que haber hecho cinco en treinta días pero al final hizo 72 en casi tres años. Este vídeo permite verlos en su conjunto.

Ingenuity no era más que una demostración de que teníamos la tecnología para hacer volar una nave más pesada que el aire en otro planeta. Pero fue mucho más que eso, ya que terminó actuando como explorador avanzado para el rover Perseverance, sirvió como inspiración para dos helicópteros parecidos que iban a ayudar con la recogida de las muestras que está tomando Percy, y su memoria estará con Dragonfly cuando vuele por los cielos de Titán.

Puede que Ingenuity no vaya a volar más, pero eso no quiere decir que no vaya a seguir trabajando. Si todo va bien, puede que aún le queden unos veinte años más de servicio en Marte recogiendo datos para el futuro.

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Por @Wicho — 18 de Abril de 2024

La NASA acaba de anunciar que ha dado el visto bueno para seguir adelante con el desarrollo del dron Dragonfly con el objetivo de lanzarlo rumbo a a Titán en julio de 2028… O al menos para intentarlo.

Dragonfly es, para mí, una de las misiones más asombrosas e ilusionantes de los últimos años. Aprobada a mediados de 2019 su objetivo es enviar un «dron» a estudiar Titán, una de las lunas de Saturno. Sí, vamos a enviar un dron a Titán. Casi nada.

Pero no será la primera nave que aterrice en Titán. Ese puesto le corresponde para siempre a Huygens, una sonda de la Agencia Espacial Europea (ESA) que se posó en ella el 14 de enero de 2005.


Impresión artística de Huygens sobre la superficie de Titán – ESA

Por todo lo que sabemos esta luna de Saturno se parece mucho ahora mismo a la Tierra primigenia. Y dado que no sabemos cómo en la tierra pasamos de química a biología, un proceso que podría estar teniendo lugar en Titán ahora, estudiar las condiciones actuales de Titán nos podría llevar a entender mejor el origen de la vida.

Originalmente tenía que haber estado listo para su lanzamiento en 2026 para llegar a su objetivo en 2034. Pero la falta de financiación –no sólo de Dragonfly sino de la NASA en general– ha ralentizado el proceso. Aunque también ha ayudado que su coste estimado ha ido creciendo, de unos 1.100 millones de dólares hasta los aproximadamente 3.500. Así que hace ya algún tiempo que se sabía que 2024 era un objetivo inalcanzable para el lanzamiento.

Pero la buena noticia es que, tras revisar la financiación disponible y, sobre todo, el nivel de madurez técnico de la misión, la NASA sigue viéndola viable, aunque para un lanzamiento en 2028. Lo que, afortunadamente, no afectará a su fecha de llegada, aún prevista para 2034.

Dragonfly es un octocóptero que durante el día en Titán –que dura ocho días terrestres– volará de un sitio a otro, o que incluso permanecerá en vuelo estático para tomar medidas con sus instrumentos y hacer observaciones con sus cámaras.


Impresión artística de Dragonfly sobre la superficie de Titán – NASA/Johns Hopkins APL/Steve Gribben

En la ilustración se pueden apreciar el generador térmico de radioisótopos, que es el cilindro que sale de su parte trasera; la antena de alta ganancia (velocidad) para el contacto con el control de la misión, que es el disco que hay en la parte superior; los rotores, fabricados en aluminio con el borde de ataque en titanio; y algunas de las aperturas para los sensores, en el morro, que incluyen un lidar (radar láser) y cámaras de navegación para identificar terreno llano para los aterrizajes.

Gracias al generador termoeléctrico de radioisótopos, similar al de Perseverance, al que le da igual que sea de día o de noche, podrá seguir operando también durante la noche para analizar las muestras tomadas con los taladros que llevará en las patas frontales de los patines y llevar a cabo estudios sismológicos, monitorizar las condiciones meteorológicas, y obtener imágenes microscópicas locales usando iluminación LED.

A estas alturas el equipo de la misión ha realizado importantes avances técnicos en el diseño de Dragonfly. Entre ellos: una serie de pruebas de los sistemas de guiado, navegación y control en los desiertos de California en una zona similar a las dunas de Titán; múltiples pruebas de los sistemas de vuelo en los túneles de viento del Centro de Investigación Langley de la NASA; y del funcionamiento en la nueva Cámara Titán del Laboratorio de física aplicada de la Universidad Johns Hopkins de un modelo a escala real con los mismos instrumentos que irán a Titán, sometido a las mismas condiciones de temperatura y presión atmosférica que tendrá que soportar.

Son precisamente estos avances los que han convencido a la NASA de la solidez de la misión y de que merece la pena seguir adelante con ella. Y por ello ha autorizado la fabricación de la unidad de vuelo de Dragonfly.

El Laboratorio de física aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, que está gestionando la misión para la NASA, está en Twitter como @JHUAPL. La misión, como tal, no tiene, o al menos no todavía, cuenta.

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Por @Wicho — 17 de Abril de 2024


La Starliner Calypso de nuevo acoplada al Atlas V que ha de lanzarla – ULA

Suena un poco a trabalenguas pero la Starliner Calypso está de nuevo acoplada a su cohete Atlas V para que Boeing intente lanzar su primera misión tripulada por tercera vez.

Y es que en junio de 2023 la NASA y Boeing tuvieron que posponer el segundo intento de lanzamiento –sin tan siquiera haber llevado el cohete a la rampa– cuando descubrieron dos serios fallos de seguridad. Por un lado la empresa había utilizado una cinta adhesiva para fijar cables en el interior de la nave que resultó ser inflamable en ciertas condiciones. Y por otro las líneas de los paracaídas eran de menos resistencia que la estipulada, con lo que no había margen de seguridad suficiente ante un posible fallo.

Pero esto llegaba después de que en agosto de 2021 la cápsula tuviera que ser devuelta a la planta en la que se ensambla cuando, ya en la plataforma de lanzamiento, resultó que más de la mitad de las válvulas del sistema de alimentación de combustible de los motores de maniobra del módulo de servicio de la cápsula estaban dando lecturas extrañas. Eso obligó a cambiar el módulo de servicio de la Calypso.

Y a todo esto hay que añadir el fiasco de la primera misión no tripulada de la Starliner en diciembre de 2019, que de hecho hubo que repetir en mayo de 2022.

Ahora mismo el plan es lanzarla hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) el próximo 7 de mayo, 6 de mayo por la noche en los Estados Unidos. El objetivo de la misión, conocida como Boeing Crew Flight Test (Vuelo tripulado de prueba de Boeing, Boe CFT, o CFT a secas) es llevar a Barry Wiltmore y Sunita Williams a la EEI. Permanecerán allí aproximadamente una semana antes de volver a tierra. Si todo va bien la NASA y Boeing creen que la primera misión regular de la Starliner podría producirse antes de fin de año.

Para la NASA todos estos retrasos son un poco una pesadilla de relaciones públicas, aunque afortunadamente tiene la Crew Dragon en servicio. Pero, unidos a todos los problemas con su división de aviones comerciales, que recientemente le costaban el puesto a su cùpula directiva, para la imagen de Boeing es el horror. Les ha ganado la carrera, y con holgura, una empresa nueva en todo esto: Boe CFT es la misión equivalente a la Crew Dragon Demo-2, llevada a cabo con éxito en agosto de 2020.

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Por @Wicho — 17 de Abril de 2024


Ingenuity a la derecha de la imagen sobre las dunas en las que quedará para siempre y el aspa rota de su rotor a la izquierda del centro de la imagen – NASA/JPL-Caltech/LANL/CNES/CNRS

El pasado 25 de enero la NASA daba por terminada la misión del helicóptero Ingenuity en Marte tras un vuelo en el que al menos una de sus aspas resultó dañada. Pero según acaban de contar el pequeño helicóptero aún tiene trabajo, y para muchos años: actuará como una especie de estación meteorológica y de recogida de datos en la superficie de Marte. Pero serán datos para un eventual uso futuro.

Para el futuro porque la radio de Ingenuity no tiene potencia para comunicarse con el control de la misión, tan siquiera utilizando las sondas que hay en órbita alrededor de Marte que pueden actuar como relé de comunicaciones. Así que no podrá enviarlos a ningún sitio. De hecho era el rover Perseverance el que hacía de relé de comunicaciones para él. Pero al irse alejando para continuar con su misión ya no podrá hacer tal cosa. Su última sesión de comunicaciones con Ingenuity tuvo lugar ayer, 16 de abril de 2024.


La sombra de un aspa rota que marca el fin de una impresionante misión – NASA/JPL-Caltech

Pero como salvo el rotor dañado todo funciona todavía a bordo de Ingenuity el plan a partir de ahora es que se despierte una vez al día. Y así aprovechará para medir el funcionamiento de su panel solar, baterías y equipos electrónicos. Además, tomará imágenes de la superficie con su cámara en color y recogerá la temperatura de varios sensores que monta.

Todos esos datos quedarán grabados en su memoria, que aunque se quede sin electricidad no pierde los contenidos. El equipo de la misión calcula que si nada falla Ingenuity tiene memoria como para almacenar veinte años de datos diarios antes de que se llene.

La idea es que en un futuro alguien o algo pueda ir junto a Ingenuity –a lo Mark Watney– y recoger todos esos datos. Aunque probablemente no sucederá tal cosa. Pero como a la NASA no le cuesta nada dejar a Ingenuity en funcionamiento sobre Marte mientras dure tiene una cierta lógica que lo hayan programado para ello.

Y más allá de toda lógica nuestro corazoncito geek se alegra enormemente. Aunque nunca más volvamos a saber de él. Al menos no en nuestras vidas.

Además no hay que olvidar que Ingenuity era una demostración tecnológica para ver si éramos capaces de hacer volar una máquina más pesada que el aire en la tenue atmósfera marciana, 100 veces menos densa que la terrestre. Para ello tenía que hacer cinco vuelos en 30 días… Y al final ha hecho 72 vuelos en casi tres años, acumulando algo más de dos horas y ocho minutos en el aire. Así que se merece todo y más.

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