Lanzada el 10 de febrero de 2020, la sonda Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha hecho ya varios sobrevuelos de Venus con el objetivo de ir dejando el plano de la eclíptica –aquel en el que están los planetas– y ponerse en una órbita inclinada. Eso le ha permitido obtener las primeras imágenes del polo sur del Sol que hayamos visto jamás.
En el vídeo de arriba se puede comparar la vista de Sol que tenemos nosotros, en gris, con la que tiene ahora la Solar Orbiter, en amarillo, desde su órbita inclinada 17 grados respecto a la eclíptica. La sonda alcanzó esa inclinación el pasado mes de febrero, y la ESA espera que para octubre tengamos las correspondientes primeras imágenes del polo norte de nuestra estrella.
Estas imágenes muestran la vista del polo sur del Sol captada por los distintos instrumentos de la Solar Orbiter durante los días 16 y 17 de marzo de 2025, desde un ángulo de visión de unos 15° por debajo del ecuador solar, aún camino de conseguir los 17° – ESA & NASA/Solar Orbiter/PHI, EUI and SPICE Teams
El objetivo de la misión es estudiar cómo el Sol genera y «controla» la heliosfera, esa enorme burbuja de partículas que flotan alrededor de él y que el viento solar lanza hacia el sistema solar y que tanto influye en el tiempo espacial.
Para ello lleva a bordo diez instrumentos diseñados para observar la superficie del Sol y estudiar los cambios que se producen en el viento solar. Ocho de los instrumentos son de la ESA; los otros dos los proporcionó la NASA en mejores tiempos para la ciencia en los Estados Unidos.
Ubicación de los instrumentos de la Solar Orbiter – ESA
La misión tiene cuatro áreas principales de investigación:
Viento solar: ¿Qué impulsa el viento solar y la aceleración de las partículas del viento solar?
Regiones polares: ¿Qué ocurre en las regiones polares cuando el campo magnético solar invierte su polaridad?
El campo magnético: ¿Cómo se genera el campo magnético dentro del Sol y cómo se propaga a través de la atmósfera del Sol y hacia el espacio?
El clima espacial: ¿Cómo impactan en el Sistema Solar eventos repentinos como llamaradas y eyecciones de masa coronal? ¿Cómo producen las erupciones solares las partículas energéticas que llevan a un clima espacial extremo en la Tierra?
Y el poder ver los dos polos del Sol ayudará sin duda a entender nuestro astro como nunca antes.
Falta que ispace se rinda a la evidencia y lo confirme, pero unos datos de telemetría que indicaban una velocidad de 187 kilómetros por hora a 52 metros de altitud y la posterior pérdida de las comunicaciones con el aterrizador de la misión Hakuto-R Resilience indican que también ha terminado estampada contra la superficie de la Luna.
También porque esta era el segundo intento de la empresa de colocar uno de sus aterrizadores Hakuto R sobre la superficie de nuestro satélite y el primero también terminó estrellándose. En ese caso por ajustes erróneos del software de a bordo que llevaron a la sonda a creer que estaba casi sobre la superficie de la Luna cuando en realidad estaba a unos tres kilómetros más arriba de lo que pensaba.
Resilience había sido lanzado el pasado 15 de enero en una trayectoria de baja energía que le ha llevado a recorrer algo más de 1,1 millones de kilómetros cuando la distancia que nos separa de la Luna es de unos 380.000.
El aterrizador estrellado llevaba a bordo un rover y varios instrumentos diseñados por la empresa y quería servir como un demostrador tecnológico de la valía de la plataforma Hakuto para colocar cargas útiles en la Luna.
Así que toca analizar los datos para ver qué ha sucedido y luego ver si ispace tiene los recursos y la credibilidad para un tercer intento.
Jared Isaacman durante su comparecencia ante el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado el pasado mes de abril - NASA/Bill Ingalls
Siempre he dicho que no me gustaba Jared Isaacman como posible director de la NASA. Pero ahora ya nunca sabremos si lo hubiera hecho bien, mal, regular, o de ninguna otra manera porque la administración Trump ha retirado su candidatura. Si no me equivoco, es la primera vez en la historia de la agencia que sucede una cosa así.
A mí Isaacman, que tiene unas credenciales impresionantes como aero y espaciotrastornado, pues sin ir más lejos es tiene un grado en aeronáutica y es un experimentado piloto, con más de 7.000 horas de vuelo en aviones de varios tipos, no me convencía porque tengo mis dudas de que tuviera lo que hay que tener para manejarse en el entorno altamente politizado que rodea las decisiones que atañen a la agencia.
Además, me parecía un candidato demasiado próximo a Elon Musk, pues Isaacman ha pagado ya de su bolsillo las misiones espaciales tripuladas Inspiration4 y Polaris Dawn, ambas voladas en sendas Crew Dragon de SpaceX. Así que tampoco tenía nada claro que fuera a ser capaz de pararle los pies a las ideas más descabelladas de Musk y, por ende, de Trump.
Sin embargo el proceso para su nombramiento estaba discurriendo sin mayores problemas. Y es que a fin de cuentas, teniendo en cuenta el nivel de los otros nombramientos de la administración Trump, Isaacman estaba claramente por encima de la media.
Pero tiene toda la pinta de que la ruptura del idilio entre Musk y Trump ha contribuido a llevarse por delante la candidatura de Isaacman. Que sí, que se supone que Musk ha dejado su papel en el gobierno de Trump porque se ha terminado el tiempo que el contrato que tenía le permitía estar asociado a él. Pero si Trump hubiera querido se habría pasado por el forro de sus caprichos esa limitación. A fin de cuentas sólo se trataría de una pequeña ilegalidad cuando prácticamente a diario está tomando decisiones de dudosa constitucionalidad.
Probablemente también haya ayudado que el círculo más íntimo de Trump no ve a Isaacman lo suficientemente MAGA. De hecho Isaacman, en respuestas escritas a preguntas de miembros de la Comisión de Comercio del Senado el pasado mes de abril, durante el proceso previo a su ratificación como director de la NASA, dijo que si bien no estaba tomando parte en las discusiones sobre el presupuesto de la agencia, los recortes propuestos, que alcanzan casi un 50% en el caso de la división de ciencia, «no parecían un resultado óptimo.» Y eso por no hablar de que en su momento hizo donaciones al partido demócrata.
Todo eso encaja con estas declaraciones de Liz Huston, una portavoz de la Casa Blanca, decía esto sobre la decisión de retirar la candidatura:
El director de la NASA ayudará a llevar a la humanidad al espacio y a ejecutar la audaz misión del Presidente Trump de plantar la bandera estadounidense en el planeta Marte. Es esencial que el próximo líder de la NASA esté en completa alineación con la agenda América Primero del presidente Trump y un reemplazo será anunciado directamente por el presidente Trump pronto.
Estoy increíblemente agradecido al Presidente Trump, el Senado y a todos los que me han apoyado a lo largo de este viaje. Los últimos seis meses han sido esclarecedores y, sinceramente, un tanto excitantes. He adquirido una apreciación mucho más profunda de las complejidades del gobierno y del peso que soportan nuestros líderes políticos.
Puede que no siempre sea obvio a través del ruido y la turbulencia, pero hay muchas personas competentes y dedicadas que aman a este país y se preocupan profundamente por la misión. Esto quedó patente durante mi audiencia, en la que los líderes de ambos bandos dejaron claro que están dispuestos a luchar por la agencia espacial con más logros del mundo.
El Presidente, la NASA y el pueblo estadounidense se merecen lo mejor: un Administrador dispuesto a reorganizar, reconstruir y movilizar a los mejores y más brillantes cerebros para conseguir los avances revolucionarios que cambiarán el mundo y para cuya creación se creó la NASA.
No he volado mi última misión, sea cual sea la forma que adopte en última instancia, pero sigo siendo increíblemente optimista y creo que la humanidad tiene por delante sus mejores días en el espacio. Siempre estaré agradecido por esta oportunidad y animaré a nuestro Presidente y a la NASA mientras nos guían en la mayor aventura de la historia de la humanidad.
Eliminado Isaacman del tablero de juego, y mientras esperamos a ver quién lo sustituye, nominación que probablemente validará una vez más aquello de que otro vendrá que bueno me hará, la administración Trump sigue adelante con su idea de meter un enorme tijeretazo al presupuesto de la NASA, con una lista de misiones que serían eliminadas da miedo.
Sin embargo, la Casa Blanca no decide el presupuesto de la NASA, sino que son el Congreso y en Senado los que tienen la última palabra. Así que toca negociar. Claro que viendo la durísima oposición que están mostrando a las decisiones más polémicas y dudosas de Trump, el asunto no tiene muy buena pinta.
Salvo que todas esas misiones que Trump quieres cargarse suponen dinero y puestos de trabajo en los estados por los que han sido escogidos esos congresistas y senadores que tienen que pararle los pies –o no– a Trump. Y ese dinero y esos puestos de trabajo se traducen en votos de cara a una futura reelección. Así que aunque sólo sea por eso, a ver qué pasa.
Pero dese luego no corren buenos tiempos para la NASA. Ni, en general, para los Estados Unidos. Y no tiene mucha pinta de que la situación vaya a mejorar a corto plazo.
Hace unos minutos Blue Origin llevaba seis personas más al espacio por unos minutos con la misión NS-32. Como dice Daniel Marín, seis suborbinautas, ya que su trayectoria ha sido suborbital. Lo que no quita para que sea toda una experiencia en la que durante unos minutos estás en caída libre y además puedes ver nuestro planeta recortado contra la negrura del espacio.
Afortunadamente en esta ocasión la empresa no ha intentado vender ninguna moto. Simplemente –y sí, ya sé que no tiene nada de simple ir al espacio aunque sea durante unos minutos– se trata de seis personas que tienen el dinero para pagarse el viaje o la suerte de que se lo hayan pagado.
Los suborbinautas. De izquierda a derecha la Dra. Gretchen Green, radióloga; Jesse Williams, empresario; Paul Jeris, emprendedor; Aymette Medina Jorge, profesora de STEM en primaria y secundaria; Mark Rocket (sí, Rocket, no es coña), ejecutivo de la industria aeroespacial; y Jaime Alemán, ex embajador de Panamá en los Estados Unidos – Blue Origin
Y es que aunque Blue Origin nunca ha publicado el precio de los billetes sí se sabe que es necesario un depósito de 150.000 dólares para que empiecen a hablar contigo. Las estimaciones dicen que el precio final está entre los 200.000 y los 300.000 dólares.
En cualquier caso la cápsula con los suborbinautas ha alcanzado hoy una altitud máxima de 105 kilómetros sobre el nivel medio del mar, lo que la coloca cinco kilómetros por encima de la línea de Kármán, por convenio situada a los 100 km e históricamente considerada el límite del espacio. La duración total del vuelo ha sido de diez minutos y siete segundos. No sé si quiero calcular el coste por minuto.
Ha sido la decimosegunda misión tripulada del New Shepard, que en total ha llevado a 64 personas al espacio –dos han repetido– y más de 175 experimentos en sus 32 lanzamientos totales.