Por @Wicho

Este pasado fin de semana un cohete H-IIA ponía en órbita el satélite medioambiental GOSAT-GW para la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA). Fue en lanzamiento número cincuenta de este cohete. Y será el último ahora que el H3 parece estar ya funcionando de forma fiable.

En servicio desde el 29 de agosto de 2011, a lo largo de su carrera el H-IIA sólo ha experimentado un fallo, cuando el 29 noviembre de 2003 el lanzamiento de dos satélites de reconocimiento falló al no separarse uno de los propulsores laterales del cohete. El peso extra del propulsor hizo imposible que el cohete alcanzara la órbita deseada, con lo que fue destruido desde tierra unos diez minutos después del lanzamiento. Pero por lo demás ha sido el principal lanzador japonés a lo largo de estos años, tanto para cargas civiles como militares.

Será sustituido por el H3, que tras fallar en su lanzamiento inicial en marzo de 2023 a estas alturas lleva ya tres lanzamientos con éxito. El H3 está diseñado para ser más barato de lanzar que el H-IIA, lo que en principio facilitará que consiga contratar más lanzamientos.

El H3 es también el que se encargará de lanzar el HTV-X, el carguero espacial japonés de nueva generación que sustituirá al HTV en los lanzamientos de suministros para la Estación Espacial Internacional. El HTV fue retirado en agosto de 2020 y en aquel entonces se esperaba que el HTV-X entrara en servicio en febrero de 2022. Pero ahora su primer lanzamiento está ahora previsto para octubre de este año.

Relacionado,

Compartir en Flipboard Publicar
PUBLICIDAD


Por @Wicho

Después de varios aplazamientos porque la meteorología no colaboraba Blue Origin lanzaba hace unas horas su misión tripulada NS- 33. En ella seis personas más han estado unos minutos en caída libre por encima de la línea de Von Kármán, lo que les permite decir que han estado en el espacio.

Con ella el New Shepard, en la que ha sido su decimotercera misión tripulada, ha llevado a un total de 70 personas al espacio, de las que cuatro han hecho el viaje dos veces. Según la gente de Shuttle Almanac, que lleva las cuentas de estas cosas, la misión ha llevado el número de personas que han ido al espacio a 750. De ellas 639, incluidas 84 mujeres, han entrado en órbita. 119, incluyendo 29 mujeres, han participado en vuelos suborbitates.

Aunque de esas 119 personas sólo 75 han volado por encima de la ya citada línea de von Kármán, situada a los 100 kilómetros de altitud y tradicionalmente considerada el límite del espacio; el resto han superado los 80 kilómetros que en los Estados Unidos se consideran suficientes para decir que has ido al espacio.

En el caso de la NS-33 la cápsula tripulada alcanzó una altitud máxima de 106 kilómetros, con lo que no hay duda de que estuvieron en el espacio, aunque fuera una visita breve. Y es que la duración total de la misión, desde el lanzamiento hasta el aterrizaje, ha sido de tan sólo diez minutos y 14 segundos.

Blue Origin no ha hecho público el precio de los billetes en estos lanzamientos. Pero las estimaciones dicen que el precio final anda entre los 200.000 y los 300.000 dólares. Así que me da un poco la risa floja al pensar en el precio por segundo de vuelo. Pero por lo que pude experimentar cuando hice un vuelo en caída libre, ¡vaya experiencia que tiene que ser!

Relacionado,

Compartir en Flipboard Publicar
PUBLICIDAD


Por @Wicho

La PSP en primer plano vista desde atrás con el Sol al fondo de la imagen
La PSP mirando hacia el Sol – NASA/Johns Hopkins APL/Steve Gribben

Hace unos días la Parker Solar Probe de la NASA informaba al control de la misión de que había sobrevivido al vigésimo cuarto perihelio de su órbita alrededor del Sol. Es el punto de ella en el que más se aproxima a nuestra estrella, en el que se coloca a tan sólo 6,2 millones de kilómetros de su superficie. Eso marca el fin de su misión, pues ya ha cumplido todos los objetivos previstos.

Lanzada el 13 de agosto de 2018 su objetivo era introducirse en la corona, para estudiarla con más detalle que nunca hasta ahora. Para ello utilizó varias asistencias gravitacionales de Venus hasta que en su sobrevuelo del planeta del seis de noviembre de 2024 la órbita quedó establecida en la actual, de 6,2×68 millones de kilómetros sobre la superficie del Sol.

Así la PSP se convertía en la nave espacial que más se ha acercado nunca al Sol. Y cuando está en el perihelio de su órbita, en el que alcanza los 687.000 kilómetros por hora, es también la más rápida. Esta velocidad es, junto con su escudo térmico, lo que le permite sobrevivir tan cerca del Sol. Salvando todas las distancias, es como cuando, aunque tengas el horno a 200 grados, metes algo en él. Mientras no toques las paredes internas si lo haces lo suficientemente rápido no te quemarás; la PSP no se quema porque la Corona es muy poco densa aunque está a entre uno y dos millones de grados Celsius.

La Parker Solar Probe y sus instrumentos están diseñados para que nos proporcionen información más detallada que nunca sobre nuestro Sol, cuyo estado llega a afectar a la Tierra y a otros astros. Está estudiando cómo se mueven la energía y el calor a través de la atmósfera del Sol y lo que acelera el viento solar y las partículas de energía solar.

La idea es que con los datos que obtengamos gracias a ella podremos entender mejor el clima espacial y protegernos mejor contra él; no hay que olvidar que el viento solar afecta a la magnetosfera terrestre.

Dos de las cosas que ha podido observar son inversiones repentinas del campo magnético del viento solar, conocidas como retrocesos magnéticos, que generan calor que contribuye a aumentar la temperatura de la corona; y ondas de Alfvén, un fenómeno teorizado en 1942 por Hannes Alfvén que es el que causante principal de la enorme temperatura de la corona en comparación con la de la superficie, que «apenas» está a unos 5.500 grados Celsius. También ha sido la primera sonda en detectar una inestabilidad Kelvin-Helmholtz en una eyección de masa coronal, algo que hace tiempo que sospechábamos que debía pasar pero que nunca habíamos visto.

Y si la Parker Solar Orbiter nos está permitiendo ver el Sol desde más cerca que nunca la Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea nos está permitiendo verlo desde nunca lo habíamos visto antes, pues acaba de conseguir las primeras imágenes de su polo sur que hayamos visto jamás.

En cualquier caso el perihelio de la PSP del pasado día 19 ha sido el tercero a 6,2 millones de kilómetros. Pero no será el último. De hecho se producirán otros dos más este año. Y como la mecánica orbital es la que es, la PSP seguirá girando alrededor del Sol durante los próximos millones de años. Lo que no podrá hacer es variar más su órbita ya que después del sobrevuelo de Venus del pasado mes de noviembre ya siempre estará más cerca del Sol que el planeta.

Así que por ahora, y suponiendo que la administración Trump no le de el matarile, la PSP seguirá observando el Sol órbita tras órbita mientras tenga combustible de maniobra para mantener sus antenas orientadas hacia la Tierra.

Por cierto que el nombre de la sonda es un homenaje a Eugene Newman Parker, un astrofísico estadounidense, no a la consola de Sony. En la década de los 50 Parker predijo la existencia del viento solar y la forma que tendría el campo magnético del Sol en el sistema solar exterior, hoy conocida como espiral de Parker. También propuso, pero ya en 1987, que la elevadísima temperatura de la corona solar podía ser producida por innumerables fulguraciones solares en miniatura.

Fue la primera vez en la historia de la NASA que una misión ha recibido el nombre de alguien todavía vivo en el momento de su lanzamiento. Aunque Eugene Parker falleció el 15 de marzo de 2022, con lo que aunque no vio como la sonda alcanzaba su distancia mínima al Sol sí que pudo enterarse de cómo iba cumpliendo la misión sin mayore problemas hito tras hito.

Relacionado,

Compartir en Flipboard Publicar
PUBLICIDAD


Por @Wicho

Las manos de una persona manejando un portátil que proyecta ventanas en el aireCon la entrada a primera hora de esta tarde del astronauta polaco Sławosz Uznański-Wiśniewski en la Estación Espacial Internacional (EEI), a la que ha llegado en la misión Axiom Ax-4, daba comienzo la misión Ignis de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Durante las dos semanas que tiene previstas de duración Sławosz llevará a cabo 13 experimentos propuestos por empresas e instituciones polacas y desarrollados junto con la ESA. Estos experimentos se dividen en cuatro campos: investigación sobre el cuerpo humano; demostraciones de tecnología; ciencia de materiales; y biotecnología.

  • En el primero de estos campos el experimento Human Gut Microbiota explorará cómo afecta el espacio a la digestión observando cambios en las bacterias en el sistema digestivo. Para observar cómo cambia el cuerpo en el espacio, Mollis Textus (AstroPerformance) examinará músculos y tendones, mientras que Immune Multiomics estudiará los cambios en las células inmunitarias y la actividad de los genes para entender cómo se adapta el sistema inmunitario en órbita.
    Siguiendo en el campo de cómo afecta el espacio a nuestros cuerpos el experimento EEG Neurofeedback explorará cómo la estimulación cerebral puede reducir el estrés y mejorar el rendimiento, algo vital para los astronautas que se enfrentan al aislamiento y la presión durante misiones largas; AstroMentalHealth hará un seguimiento del estado de ánimo y el bienestar mental general a lo largo de la misión; y PhotonGrav estudiará cómo el cerebro puede controlar los ordenadores directamente a través del pensamiento, utilizando luz casi infrarroja para controlar la atención y la concentración, sin mover un músculo.
    Finalmente Wireless Acoustics, tiene como objetivo mejorar el confort y la seguridad de los astronautas probando una nueva forma de controlar los niveles sonoros mediante sensores inalámbricos conectados al sistema médico de la estación.
  • En el campo de las demostraciones de tecnología LeopardISS intentaré ver cómo la inteligencia artificial podría ayudar a rovers navegar y tomar decisiones más rápidas e inteligentes por sí solos, sin necesidad de depender de la Tierra. Por su parte, RadMon-on-ISS controlará los niveles de radiación y su efecto en los circuitos integrados, lo que contribuirá al desarrollo de sistemas más resistentes para satélites y futuras misiones espaciales.
  • MXene in LEO es el experimento en ciencia de materiales de la misión. Pondrá a prueba un nanomaterial que podría algún día utilizarse en dispositivos de llevar puestos como por ejemplo una pulsera de control del ritmo cardíaco, para mejorar la salud de los astronautas.
  • Finalmente, en el campo de le biotecnología Space Volcanic Algae utilizará algas resistentes de regiones volcánicas para ver cómo pueden sobrevivir y producir oxígeno en el espacio, algo clave para futuros sistemas de soporte vital en misiones largas; el experimento Stability of Drugs estudiará hasta qué punto puede prolongarse la vida útil de medicamentos comunes almacenándolos en un soporte especial, similar a un envoltorio de plástico, durante misiones espaciales de larga duración; y Yeast TardigradeGene estudiará si la levadura mejorada con una proteína del tardígrado –los famosos osos de agua que aguantan lo que les eches– puede sobrevivir a las duras condiciones que reinan en el espacio, abriendo las puertas a la producción de alimentos y combustible lejos de casa.


El jefe del Centro europeo de astronautas (EAC) Frank De Winne y el astronauta de la ESA Alexander Gerst (de rojo) dan la bienvenida a Sławosz Uznański (de blanco) en su primer día en el EAC para su entrenamiento para Ignis – ESA

Sławosz está en la EEI como un astronauta de proyecto de la ESA, que es una fórmula que permite a un país miembro de la agencia enviar a un astronauta de reserva a la Estación para misiones de corta duración en paralelo a las misiones de larga duración programadas para los astronautas en activo de la agencia. Es la misma fórmula que ya usó el gobierno sueco para enviar a Marcus Wandt en la misión Muninn a principios de 2024.

Esta fórmula exige que el gobierno en cuestión la financie aparte del resto de sus contribuciones a la agencia. En este caso la misión de Sławosz ha sido patrocinada por el gobierno polaco y respaldada por La ESA, el Ministerio polaco de Desarrollo Económico y Tecnología (MRiT) y la Agencia Espacial polaca (POLSA).

El caso es que gracias a esta fórmula tanto Sławosz como Marcus, ambos astronautas de reserva de la ESA, han volado al espacio antes que ninguno de los astronautas de carrera que entraron con ellos en la agencia en noviembre de 2022.

Aunque ahora, salvo que haya grandes cambios, la próxima astronauta de la ESA en ir al espacio será Sophie Adenot, quien se convertirá en la primera astronauta de carrera de esta promoción en volar a la Estación Espacial Internacional en una misión de larga duración, que ya ha sido bautizada como εpsilon. Está prevista para 2026.

Aparte de todo lo demás, Sławosz es el segundo polaco en ir al espacio. El primero en hacerlo fue Mirosław Hermaszewski, quien despegó el 27 de junio de 1978 en la Soyuz 20.

Compartir en Flipboard Publicar
PUBLICIDAD