Por @Alvy

Un espectacular tránsito frente a la Luna de la Estación Espacial Internacional / Andrew McCarthy
Visita a Tycho / Andrew McCarthy

El astrofotógrafo Andrew McCarthy pudo realizar hace unos años esta espectacular captura de un tránsito de la Estación Espacial Internacional frente a la Luna [zoom para más detalle] que, como resulta aparente, da para póster y como tal vende en su tienda web a diversos tamaños, calidades, con marco, sin marco, etcétera.

Lo interesante de la foto es que la Estación Espacial parece estar orbitando la Luna, allá a lo lejos, muy a lo Interestelar… cuando en realidad la Luna está a unos 384.000 km mientras que la Estación Espacial está a tan solo 420 km de altitud. El tamaño de la foto completa cubre unos 45 segundos de arco, que es realmente una mínima fracción vista desde aquí pero que hace mucho efecto con las distancias. Es todo un efecto óptico.

¿Cómo se toman estas fotos? McCarthy utiliza Transit Finder, una aplicación que te dice dónde está (y estará) la Estación Espacial en cada momento. Con eso puedes calcular cómo se verá, si merece la pena conducir un poco para pillar el tránsito, etcétera. Luego usa un teleobjetivo de 800 mm aunque uno de 350 mm puede también servir.

Como sabrá cualquiera que haya visto pasar la EEI por la noche, va toda leche. Así que el tránsito frente a la Luna dura menos de 1 segundo. El truco es tenerlo todo preparado con horas de antelación: trípode, posición exacta a la que apuntar, asegurarse con Time.gov de la hora exacta, etcétera. Entonces se lanza una ráfaga de disparos de 1/1000s y a ver si se da bien.

Felicidades por esta toma, que no es la única que ha conseguido, y muchos agradecimientos por la pequeña guía de una página que ha dejado con consejos de cómo hacer este tipo de fotos.

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Por @Wicho

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Una característica destacada de la R8 es lo pequeña y ligera que es para ser una cámara full frame – Canon

Como usuario de cámaras réflex de la marca desde hace algo más de 40 años tardé medio nanosegundo en aceptar la oferta de probar una Canon EOS R8. Mi referencia durante la prueba fue la Canon EOS 5D Mark III que es mi cámara habitual, en adelante la 5D. Los once años de diferencia entre ambas hicieron que, como era de esperar, la R8 me pareciera muy buena. Aunque ha de decir que, para mi sorpresa, descubrí algunas cosas en las que la 5D sigue siendo mejor. Mejor que la R8 en concreto y mejor que las R en general.

La Canon EOS R8 salió en abril de 2023; la 5D en marzo de 2012. Sin repetir todas las especificaciones, es una cámara full Frame sin espejo con un sensor CMOS dual pixel de 24×36 mm de 6.000×4.000 puntos que permiten capturar fotos a 24,2 megapíxeles y que es capaz de grabar vídeo hasta en 4k UHD (3.840×2.160 pixeles) a 59,94 cuadros por segundo. Aunque por supuesto tanto el fotografía como en vídeo se pueden escoger opciones de menos calidad.

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La alcaldesa de Granada. Más imágenes en Jornadas 1001 Medios 2024: El Futuro del Periodismo – Wicho

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El primer A321neo de KLM. Más en Planespotting en Barajas con la Canon EOS R8 – Wicho

Seguir leyendo: «Probamos la cámara mirrorless Canon EOS R8»

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Por @Alvy

Una paloma con una cámara en el lomo / Julius Neubronner: el pionero al que se le ocurrió colocar una cámara a una paloma para lograr fotografías aéreas

No conocía esta ingeniosa historia, pero resulta de lo más divertida. Trata sobre los avances en fotografía llevados a cabo por Julius Neubronner, un farmacéutico alemán que era aficionado al arte y técnica de la fotografía. Su «idea de bombero»: utilizar palomas mensajeras equipadas con cámaras en miniatura para realizar las tomas de imágenes desde el aire. Y funcionó.

La cámara fotográfica se inventó en 1839 y ya para 1907 las cámaras tenían un tamaño suficientemente pequeño y resultaban ligeras como para que una pájaro pudiera transportarlas. Y no, no hablamos de golondrinas en este caso, ni de experimentos bizarros de transferencia de datos, sino de palomas mensajeras. Estas aves pesan entre 300 y 400 gramos, según estén de fuertes y bien alimentadas, y pueden transportar entre 50 y 75 gramos.

La cámara de Neubronner pesaba apenas 40 gramos, así que la idea entraba dentro de lo posible. Tenía dos lentes, para aprovechar los viajes y tomar más imágenes, y un obturador activado por un pequeño globo que activaba el disparador tras perder presión durante el vuelo. El ingenioso dispositivo podía tomar desde una hasta 12 fotos en negativos de 3×6 cm, según la versión.

El artilugio se sujetaba al pecho de la paloma mediante un arnés que apuntaba al suelo. Neubronner debió pensar que era mejor perder una pequeña cámara que una buena foto si las cosas salían mal, pero de todos modos entrenó previamente a las palomas con arneses sin cámara. Las palomas podían volar a gran velocidad, soportando sin dificultad el peso y alejándose lo suficiente como para obtener fotos realmente curiosas.

Una toma aérea de una casa y su jardín, desde una paloma en vuelo / Julius Neubronner: el pionero al que se le ocurrió colocar una cámara a una paloma para lograr fotografías aéreas

Con su olfato puesto en los negocios, Neubronner patentó su invento, no sin dificultades y lo presentó en una feria internacional de fotografía, donde las fotos en forma de postales despertaron gran interés. Buscando el negocio vendía todo lo que cualquiera podría necesitar, desde los arneses y cámaras a accesorios e incluso palomas ya entrenadas. Podríamos decir que GoPro siguió esta misma estrategia en el siglo XXI; por desgracia las cámaras de cine de la época de Neubronner hubieran impedido volar a los pequeños bichos, así que no hay documentales de Netflix de la época.

Con estas aves, antecesoras de los drones actuales, Neubronner consiguió fotos interesantes incluso para los militares, aunque la idea no cuajó del todo porque la fotografía aérea desde los aviones resultó ser más práctica. Hoy en día si la tecnología falla o vuelve a haber un apagón, usar palomas para comunicarse sería toda una alternativa: práctica, económica y natural… si tienes paciencia para entrenarlas, claro.

(Vía Google Arts & Culture.)

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Por @Alvy

La chica de la perla a 108 gigapíxeles / Vermeer / Galería Real de Pinturas Mauritshuis

Los puristas dirán que no, pero esta versión de La chica de la perla a 108 gigapíxeles parece más impresionante viéndola online que visitando la Galería Real de Pinturas Mauritshuis donde está expuesta. Eso son 108.000.000.000 píxeles, que darían para una imagen de unos 330.000 × 330.000 píxeles, ahí es nada.

La chica de la perla a 108 gigapíxeles / Vermeer / Galería Real de Pinturas Mauritshuis

El nivel de zoom al que se puede llegar (×90) produce un efecto sencillamente asombroso. No es que se vean las texturas de la pintura y el craquelado (pequeñas grietas); es que puedes incluso adentrarte en esas imperfecciones causadas por el tiempo para ver qué hay dentro (!) Naturalmente, si quieres disfrutarlo al máximo, calibra los colores del monitor y visualiza el resultado en una habitación oscura para que la sensación de inmersión sea máxima. Ponerse un poco de música clásica de fondo ayuda.

En total necesitaron tomar 41.106 fotografías durante 88 horas de escaneo continuo con un soporte motorizado en una plataforma de 5 × 5 metros. La pequeña y anónima chica es en realidad un cuadro de 40 × 45 cm, de modo que el resultado, si se dibujara con todo el detalle captado, sería casi 100 veces mayor.

La chica de la perla a 108 gigapíxeles / Vermeer / Galería Real de Pinturas Mauritshuis

Además de la hiper-mega-ultra-alta resolución que han conseguido escaneando la pintura resulta que también se puede ver en 3-D además de en 2-D. Esto es porque se puede apreciar el relieve de cada gota de pintura, en una visualización que recuerda a los cráteres de la Luna o de Marte más que a una imagen de una chicha sonriente.

Lo que hay detrás de este trabajo es la tecnología de Hirox, especializados en microscopios digitales, que con un montaje que incluye soportes robotizados, cámaras automáticas y lentes capaces de hacer un ×10.000 de ampliación sin despeinarse. Impresionante.

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