Por @Alvy

Un anteproyecto de ley para acabar con la obsolescencia programada, el greenwashing y la publicidad de la gasolina y los vuelos cortos

Se ha presentado hoy un anteproyecto de ley –lo cual quiere decir que habrá de pasar tiempo hasta que se vea en qué acaba– con el título de Ley de Consumo Sostenible que pretende dar los primeros pasos para acabar con algunas lacras del mundo moderno. Aquí van los puntos más relacionados con los temas que solemos tratar:

  • Limitación de la obsolescencia programada, incentivando la reparación y ampliando la garantía de los productos si se opta por reparar en lugar de sustituir. Esto incluye una Plataforma pública de reparadores (?!), que habrá de ser accesible para facilitar presupuestos y servicios de reparación. (Sinceramente: raro será que no acabe siendo otra web oficial inútil).
  • Obligación de informar sobre actualizaciones de software que perjudiquen al producto o que no sean necesarias. (Un poco absurdo porque los fabricantes dirán que todas son necesarias y ninguna perjudicial.)
  • Prohibición de publicidad de combustibles fósiles, vehículos de gasolina o diésel y productos energéticos no renovables.
  • Prohibición de publicidad de los vuelos cortos siempre que exista una alternativa menos contaminante y cuya duración no supere las 2,5 horas.
  • Prohibición del postureo ecológico (greenwashing), esto es, el uso de términos como «verde» o «biodegradable» sin justificación científica. También se incluye la posibilidad de anular marcas engañosas, cuyos nombres o logotipos confundan sobre su impacto ambiental.

Además de esto se quiere eliminar la publicidad asustaviejas («publicidad del miedo»), es decir la de los Securitas Direct y similares, que generan temor o ansiedad. Veremos si los antivirus o incluso las VPN se incluyen en la lista.

También hay un apartado para evitar la reventa de entradas con precios por encima del original, que habrá que ver si funciona porque las triquiñuelas para la reventa existen desde la época del coliseo romano, me parece a mi.

Más detalles:

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Imagen: GPT-4o.

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Por @Alvy

Cruce de cables 43 (28 de junio de 2025)

Teclado de teléfono / GPT-4o¿Por qué los números de los teclados de teléfonos y calculadoras están ordenados de esa manera? [~12:40] – En este episodio hablamos de un tema recurrente en el que todos nos fijamos cada vez que marcamos un número o vamos al cajero automático. Si te fijas, resulta que los teclados de calculadoras y por extensión ordenadores tienen el cero abajo y los grupos 123/456/789 van «subiendo». En los teléfonos fijos de teclas y por imitación en los móviles es, en cambio, al revés: utilizan el orden natural de lectura 123/456/789 y el cero también va abajo. ¿Por qué?

  • Ambos aparatos (calculadoras electrónicas y teléfonos con marcado por teclas) tuvieron su origen moderno electrónico más o menos de la década de los 50; no parece que uno pudiera haberse impuesto al otro por cuestión de antelación histórica.
  • Hay datos desde el siglo XIX que apoyan muchas teorías. Podría haber una combinación de diversas razones o bien ser el típico caso de desarrollos independientes sobre dispositivos similares, que acabaron por caminos diferentes.

En la charla con David de RNE examinamos algunas fechas, nombres de inventores y razones posibles de este curioso fenómeno.

Además de eso… algo que mencionamos sólo de pasada: ¿Por qué los cajeros automáticos usan el diseño telefónico? Es un estándar familiar, heredado del hardware telefónico: La mayoría de usuarios están más acostumbrados al teclado del teléfono; resulta consistente. Pero la normativa ISO/IEC 9995 como recomendación internacional favorece esta disposición. Este diseño genera lo que se llama una paradoja funcional: en un dispositivo de entrada de números como una calculadora, se adopta el diseño del teléfono, no el más eficiente desde el punto de vista histórico o lógico para realizar cálculos.

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Imagen: GPT-4o.

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Por @Alvy

Un aplicación de meteorología mediante IA tan realista como práctica / Weather Watching

Weather Watching es una idea divertida de Riley Walzr acerca de cómo informar o incluso crear un pronóstico fiable a partir de la ropa y accesorios que se ve llegar a la agente por la calle.

El asunto consiste básicamente en apuntar una webcam a la calle y programar una IA para que indique qué lleva la gente como ropa y complementos: camisetas, abrigos, pantalones cortos, pantalones largo, paraguas… En base a eso puedes saber cómo es la meteorología real en esos momentos en Manhattan.

En este caso se trata de una calle de Nueva York, pero incluso –diría yo– esos datos sobre los complementos («un 25% va con paraguas») podría servir para crear una predicción meteorológica «de las masas» a muy corto plazo. Para comparar, la parte inferior muestra los datos de temperaturas reales.

Una idea tan sencilla, jocosa y práctica puede empero verse con problemas si alguien se pone especialmente pijotero con las cuestiones de privacidad: la cámara analiza las imágenes de la calle (aunque no se fija en los individuos, sino en su ropa, ni creo que grabe), así que estaría «incumpliendo la ley» según donde vidas.

En cualquier caso aquí no dan la ubicación real de la cámara, sólo dicen que está al sur de la Calle 14 de Manhattan, pero vamos, nada muy difícil de doxear. Un ejemplo también de cómo el tocahuevismo de las leyes sobre la supuesta privacidad nos impiden disfrutar a gran escala de servicios útiles y divertidos a la vez.

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Por @Alvy

Así funcionan los relojes mecánicos de pulsera: obras maestras en miniatura

El ingeniero y divulgador Bartosz Ciechanowski lo ha vuelto a hacer. Tras sus asombrosas visualizaciones interactivas sobre cámaras y lentes, arquitectura naval o GPS, ahora explica el fascinante mundo de los relojes mecánicos de pulsera. Su artículo es una clase magistral visual e interactiva sobre el funcionamiento interno de estos relojes que no requieren electrónica, porque se mueven solo por engranajes y muelles con precisión milimétrica.

Energía sin pilas

El artículo comienza explicando cómo un simple muelle enrollado (resorte) almacena la energía, y cómo esa energía se regula a través de engranajes y el llamado «escape». Este mecanismo libera la energía poco a poco, gracias a la oscilación de una rueda de volante y al muelle espiral, que marcan el ritmo.

Cada elemento —ruedas dentadas, ejes, contrapesos— cumple una función clave, y Ciechanowski los va mostrando y desmontando uno a uno, con animaciones que pueden girarse, pausarse y explorarse como si se tratara de un reloj real.

El artículo también detalla el sistema de carga automática mediante un rotor que gira con el movimiento del brazo, el mecanismo de ajuste de fecha y hora y la increíble precisión de todos los componentes ensamblados sobre la platina principal. Todo cabe en un espacio más pequeño que una tarjeta de crédito.

Fascinantes mecanismos de pulsera

Con más de un centenar de piezas y una ingeniería refinada durante siglos, el reloj mecánico —aunque haya sido superado por los modelos electrónicos— sigue siendo un ejemplo insuperable de belleza técnica y funcionalidad.

Yo todavía guardo en mi pequeña colección de relojes curiosos muchos digitales, pero alguno mecánico queda. También es mecánico, aunque hay que «darle cuerda» un reloj de ajedrez Garde que funciona básicamente con los mismos principios, o al menos eso recuerdo de la última vez que me tocó repararlo.

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