Por @Wicho — 29 de Octubre de 2025

Registro de aquella primera conexión
Registro de aquella primera conexión en el cuaderno de utilización del IMP de UCLA

A veces, como sucede cuando uno se pregunta cuál fue el primer ordenador de la historia, la respuesta depende de en qué términos se formule la pregunta, con lo que hay varias fechas que se pueden considerar como el cumpleaños de Internet. Aunque personalmente siempre he pensado que la más adecuada es precisamente el 29 de octubre, por ser el día en el que en 1969 circularon los primeros paquetes de datos entre los dos primeros nodos de ARPANET.

Como es casi de rigor, en el primer intento se colgó uno de los ordenadores encargados de gestionar la conexión, conocidos como Interface Message Processor, o IMP. Pero a eso de las 22:30 de aquel día Charley Kline estaba ya conectado a y usando el SDS-940 del Stanford Research Institute desde el Sigma-7 de la Universidad de California en Los Angeles sin que los cientos de kilómetros que separaban ambas máquinas en el MundoReal™ fueran un problema para ello.

Es cierto que aquellas dos máquinas no usaban el protocolo TCP/IP que el 1981 se convertiría en el estándar de Internet, pero junto con otras dos instaladas en la Universidad de California en Santa Bárbara y en la Universidad de Utah fueron el germen de ARPANET, la red precursora de Internet, que en diciembre de 1969 ya contaba con cuatro nodos.

La descripción
Los primeros cuatro nodos de ARPANET - Cortesía de Alex McKenzie

Desde aquel día, que probablemente nadie, y desde luego ninguno de los implicados en aquella primera prueba, imaginaba como histórico, Internet se ha convertido en uno de los fenómenos que más ha influido y cambiado en el mundo -al menos para los que estamos al lado correcto de la brecha digital- en maneras que aquellos a los que se le ocurrió la idea original de conectar los ordenadores entre si para poder compartirlos nunca habrían podido imaginar.

Y lo diré una vez más, aunque con pocas esperanzas de conseguir desmontar la leyenda urbana montada a su alrededor, pero el verdadero origen de Internet no está en un proyecto para montar una red capaz de sobrevivir a un eventual ataque nuclear soviético.

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Por @Wicho — 27 de Octubre de 2025

Una mano robot y una mano humana cuyos dedos índices están a punto de tocarse como en La Creación de Adán de Miguel ÁngelEl pasado lunes fue un lunes muy lunes en España, ya que no sólo tuvimos que lidiar con la caída de los servicios en la nube de Amazon, sino que además durante unas horas de esa mañana fallaron los pagos a través de RedSys, que da servicio a cosa de un millón y medio de establecimientos. Así que era un poco inevitable hablar de eso en Cruce de cables, el programa sobre tecnología de RNE en el que colaboramos todas las semanas.

Puedes escuchar mi intervención aquí:

El resumen es que:

  • Falló el DNS del centro de datos US‑EAST‑1 de Amazon. El DNS es el sistema que le dice a los ordenadores que quieren conectarse a otros «a dónde tienen que llamar» así que aunque las máquinas de Amazon funcionaban, muy pocos ordenadores sabían cómo conectarse con ellas.
  • Se supone que los servicios web de Amazon están distribuidos en 120 centros de datos en 38 zonas geográficas distintas. Pero US‑EAST‑1 es la opción por defecto cuando activas ciertos servicios de AWS. Así que soporta más tráfico que otros centros de datos.
  • Se supone también que los sistemas de Amazon detectan caídas de forma automática y redirigen el tráfico a otros centros de datos llegado el caso. Pero quizás la capacidad de respuesta no era suficiente frente a las demandas las que se ve sometido US-EAST-1.
  • Al parecer también hay ciertos servicios de AWS que, aunque estén replicados en otras zonas y centros de datos, dependen directamente del que tuvo problemas.
  • Así que varios miles de servicios y webs se vieron afectadas, desde cosas más o menos triviales como el Wordle hasta el equivalente británico de la Agencia tributaria.
  • Con el mercado mundial de este tipo de servicios, que por mucho que «estén en la nube» no dejan de ser utilizar un ordenador en remoto, en manos básicamente de Amazon, Google y Microsoft, es complicado que podamos escapar de ahí.
  • Pero quizás lo del pasado lunes sirva de toque de atención para que los departamentos de informática –y los usuarios de a pie– revisemos la configuración de las cosas y las garantías que nos dan esos servicios en la nube. Aunque no parece muy probable.

Aunque si quieres leer la versión de Amazon hay un resumen técnico detallado publicado por Amazon bajo el título Summary of the Amazon DynamoDB Service Disruption in the Northern Virginia (US-EAST-1) Region. Pero como dirían los joveznos, «demasiado texto».

Lo de la caída de RedSys fue una coincidencia debido, al parecer, a problemas de comunicación en su red, pero toda una faena.

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Por @Alvy — 23 de Octubre de 2025

Atlas, el navegador ChatGPT de OpenAI que va a degüello a por su cuota del mercado. En la mirilla: Google Chrome

Atlas es el nombre del nuevo navegador web de OpenAI, creadores de ChatGPT. Google Chrome nació con la novedad de la Omnibox: se podían teclear la dirección web (URL) o bien unos términos de búsqueda en la barra de direcciones, y en ambos casos se obtenían resultados. OpenAI lo ha llevado un paso más allá. Atlas funciona, de momento, en MacOS; Windows, iOS y Android lo verán próximamente.

Ahora que la gente usa ChatGPT para buscar, OpenAI lanza un navegador donde se puede hacer la pregunta en lenguaje natural y obtener la respuesta directamente. Chrome de Google hace lo mismo, incorporando el «Modo IA» y respuestas de Gemini en la primera posición, para desesperación de medios de comunicación que han sufrido ataques paranoides de cuernos cuando Google ha desviado «el tráfico» (los visitantes) a sus propiedades, con artes un tanto letales, pero para nada ilegales.

Funciones IA, mejores que las de los plug-in

Hasta ahora se podía integrar ChatGPT mediante diversas extensiones o plug-ins, y unos navegadores más que otros habían incorporado ya la IA como funcionalidad, por ejemplo Microsoft con Copilot o Brave con su asistente Leo, poniéndolos a un clic de distancia.

Pero la integración de Atlas va un poco más allá y garantiza que los resultados del LLM favorito de mucha gente sean el motor de IA que responda entre bambalinas. Y además de forma personalizada, porque naturalmente se puede conectar la cuenta de ChatGPT con la de Atlas. Tanto el historial de chats con la IA como las interacciones del navegador se pueden combinar para obtener resultados más a medida. Menos copiar-y-pegar entre ventanas. En una época en la que la gente, quien más, quien menos, navega con dos, tres o más navegadores (uno para cada tarea) no es mala opción.

En su aspecto natural, la zona de la izquierda de la ventana se dedica a ChatGPT (opciones e histórico de chats) y la derecha también («Preguntar a ChatGPT»). Es muy cómodo –y rápido– ir haciendo preguntas en la parte de la derecha porque GPT ha leído la página que se está visualizando y entiende de qué se le está hablando: ¿Quién ha escrito este artículo? ¿Cuántas personas robaron el Louvre? Las fuentes aparecen con sus iconos y enlaces. Y seleccionando un texto se accede con un botón flotante a una nueva consulta al respecto. ¿Puedes resumir esto? También un clic con el botón derecho en las imágenes con el botón derecho permite preguntar sobre fotografías o productos. Y, naturalmente, hay pestañas para organizar varias visitas a la vez.

En la página de Atlas hay un vídeo que, la verdad, resulta muy autoexplicativo, con algunas ideas y detalles sobre lo que es capaz de hacer el nuevo navegador.

Un navegador digno, y más para una primera versión

ChatGPT Atlas navegando por Amazon.es

Además Atlas utiliza como motor Chromium (con Blink para el renderizado) y ofrece buen rendimiento. Todavía está un poco verde en cuanto a funciones, pero todo se irá andando. Admite extensiones (plug-ins), tiene gestor de contraseñas y modo anónimo (incógnito). No he visto que permita tener varias cuentas/perfiles a la vez, pero ofrece cierto control granular de los datos que guarda: chats, cookies, exportación y pide permiso, porque no hay nada «activado por defecto» para guardar datos de navegación, voz, y las «memorias» o recuerdos a largo plazo que se le pueden incluir para reforzar datos importantes.

Fiel a probar todo lo nuevo que tiene pinta interesante, le daré una oportunidad importando mis marcadores (Safari, Chrome) y usándolo de vez en cuando para apreciar las diferencias, ventajas y desventajas. Lo que se me ha hecho más raro es precisamente que teclear algo en la barra de direcciones no te lance una búsqueda de Google. No es la idea, y se puede configurar de ser imprescindible, aunque, como marcan los tambores de guerra, la aplicación lo permite de una forma tan enrevesada como les ha sido posible. El resto, en cambio, es ágil, limpio y fácil de usar. Veremos cómo evoluciona.

Relacionado:

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Por Microsiervos — 14 de Octubre de 2025

Encuesta anual entre los usuarios de Internet en EspañaSe puede participar hasta el próximo lunes, 8 de diciembre:

Como cada año, llega la tradicional encuesta de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), también conocida como Navegantes en la Red:

En la encuesta del año pasado se obtuvieron casi 15.000 respuestas para profundizar en el conocimiento de Internet en nuestro país. Estos resultados, así como los de ediciones anteriores, pueden consultarse en el sitio web de AIMC.

En la nueva encuesta de 2025 hay preguntas sobre temas adaptados a las inquietudes actuales: las inteligencias virtuales personalizadas, la posesión de documentos oficiales en el móvil o los ciberdelitos., entre otros.

Completar el cuestionario requiere entre 20 y 30 minutos. Para compensar un poco el esfuerzo por aportar al bien común todos esos los datos –siempre de forma anónima– si se facilita un teléfono de contacto al final de la encuesta se puede participar en un sorteo de varios regalos, entre ellos un iPhone 17, un Apple Watch Series 11, unos auriculares inalámbricos Google Pixel Buds A-Series y otros gadgets.

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