Por @Alvy — 22 de Octubre de 2025

Caps Lock / GrokComo cada 22 de octubre, hoy se celebra el Día internacional del bloqueo de mayúsculas, esa peculiar forma de escritura que usamos para simbolizar ESTAR GRITANDO o –cuando no se abusa de ello ni se hace con mala intencion– enfatizar una palabra o expresión.

Qué mejor día para explorar desde cuándo existe la diferenciación entre letras mayúsculas y minúsculas, un origen que está razonablemente bien documentado.

De roma al siglo VIII

¿Te habías fijado en que los griegos y los romanos SÓLO USABAN MAYÚSCULAS al escribir? Esto es así porque en aquella época no existían las minúsculas y todas las letras y signos se escribían en capitalis monumentalis, que es como llamaban a las mayúsculas.

Hacerlo así debía resultar poco expresivo además de dar lugar a algunas confusiones. Por no hablar de que al ser más elaboradas era más lento escribirlas (sobre todo al picar en piedra, ¡ja!)

Uncial

Así que a partir del siglo IV los escribas desarrollaron la caligrafía uncial y la semiuncial, que resultaba más rápida y práctica. No había unas reglas fijas y todos los manuscritos de la época muestran cierta variedad.

Del siglo VIII a la imprenta, hasta la actualidad

Uncial

Hacia el siglo VIII o IX los escribas del imperio carolingio plantean una renovación y unifican el uso de las letras, fijando las reglas que perdurarían para siempre:

  • Mayúsculas al inicio de las frases y de los nombres propios.
  • Minúsculas para el resto del texto.

Uncial

En el siglo XII el sistema ya se había consolidado en toda Europa, especialmente con la invención de la imprenta de Gutenberg en el siglo XV, donde se usaban tipos góticos con letras tanto en mayúsculas como minúsculas. En aquella época se llamaban de «caja alta» y «caja baja» porque las mayúsculas estaban en una caja encima de las minúsculas (que eran más accesibles al ser más comunes).

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Imágenes: Grok, Wikimedia Commons, (DP) Leiden University Libraries, (CC) Albert Efraim.

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Por @Alvy — 20 de Octubre de 2025

Pop Quiz ClockEn la noche del próximo sábado 25 al domingo 26 de octubre hay que retrasar los relojes. A las 3:00 volverán a ser las 2:00. Un cambio en el que ganamos una hora para dormir pero perdemos la ilusión porque vuelven las tinieblas. Y es que en el llamado cambio al horario de invierno se hace de noche antes, y el anochecer, que estaba empezando a las 19:30 (según zonas), pasará a ser a las 18:30 (!) Para compensar un poco, también amanece antes.

El Gobierno español ya ha planteado en Bruselas eliminar los cambios de hora por considerarlos inútiles y perjudiciales. Dicen, como les han repetido los expertos y científicos, que es una «práctica obsoleta» que ya no produce ahorro energético y que además tiene efectos negativos sobre la salud y los ritmos biológicos.

Lo curioso es que esta iniciativa ya se votó hace seis años a nivel europeo: en 2018 una consulta pública reunió 4,6 millones de participantes, de los cuales el 84% de los europeos apoyaron eliminar los cambios. Luego en 2019 el Parlamento Europeo respaldó la medida con un 63% de los votos… Pero su aplicación quedó bloqueada por la falta de acuerdo entre los Estados miembros. (Uno se pregunta para qué sirven entonces las votaciones y mayorías).

Le damos al Parlamento Europeo el premio a la procrastinación y a ver si para algún año de estos puede ser y nos quedamos viviendo para siempre en el horario de verano.

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Por @Alvy — 14 de Octubre de 2025

El nuevo semáforo con luz blanca: una propuesta para coordinar coches autónomos y conductores humanos / GPT-5Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte proponen añadir una cuarta luz blanca a los semáforos para mejorar el tráfico en entornos donde circulen vehículos autónomos. Si suena futurista es porque lo es… ¿Quién habría pensado que algo tan añejo como el diseño de los semáforos sería mejorable o «apto para robots»?

El sistema, llamado fase blanca, funcionaría con los coches autónomos que colaboraran tanto con los semáforos como entre sí, mediante comunicaciones inalámbricas. Con suficientes vehículos autónomos en un cruce se activaría una luz blanca que indicaría a los conductores humanos que deben seguir al vehículo que les precede. Si predominan los coches tradicionales, el semáforo volvería al modo clásico rojo-ámbar-verde.

Este nuevo modelo emplea computación distribuida: cada vehículo autónomo contribuye al control de la intersección comunicándose entre ellos, reduciendo fallos y mejorando la fluidez incluso si se pierde la conexión con el semáforo. Es como el cruce de la muerte pero en versión funcional.

Dicen que, en las simulaciones, con un 10% de vehículos autónomos se reducen en un 3% los atascos y con un 30%, hasta un 11%. En situaciones con muchos más vehículos de este tipo las mejoras podrían superar el 90%. Lo cual es casi «la ciudad sin atascos». Habría que ver si es una cifra realista, pero las previsiones no están nada mal.

Cambiar todas las infraestructuras de las ciudades y carreteras sería caro y complicado, pero para empezar proponen hacer pruebas en entornos controlados, como puertos, campus universitarios y zonas logísticas, donde puedan circulan más vehículos automatizados.

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Por @Alvy — 14 de Octubre de 2025

La fusión del arte y la tecnología: D3 gallery y D3 | Observable forman un nuevo dúo dinámico

La galería D3 de Mike Bostock incluye unos preciosos ejemplos de proyecciones cartográficas del mapa del mundo, más en concreto de algo parecido a las indicatrices de Tissot (aunque no exactamente iguales). Estas indicatrices son básicamente círculos o elipses ubicados sobre el mapa y deformados según los ángulos y distorsiones de cada proyección. Basta concentrarse pensando en ellos como en que todos los círculos son iguales en realidad, y guardan la mismas distancias, se vean como se vean dibujados sobre el plano.

Lo mejor es que en la galería de indicatrices de Tissot que Bostock mantiene en Observable se pueden ver decenas de proyecciones distintas: desde las que deforman su aspecto con suaves curvas a otras más poligonales y radicales; algunas son continuas, otras parecen cortadas en lóbulos por el vacío espacial… La que ilustra esta anotación es la proyección de Robinson, que mantiene bastante bien los tamaños de los círculos aunque se aproximan y solapan en las latitudes extremas.

La galería tiene su código para quien esté interesado en ver cómo funciona todo. Permite construir una malla global de círculos entre las latitudes -80° y 80° y las longitudes -180° a 180°, espaciados cada 10°. Ideal para crear mapas interactivos o modelos visuales de distribución de datos planetarios. O para ver cómo sería un mundo imaginario con su mapa 2D equivalente a la superficie que hayas diseñado a medida.

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