Los puristas dirán que no, pero esta versión de La chica de la perla a 108 gigapíxeles parece más impresionante viéndola online que visitando la Galería Real de Pinturas Mauritshuis donde está expuesta. Eso son 108.000.000.000.000 píxeles, que darían para una imagen de unos 10.000.000 × 10.000.000 píxeles, ahí es nada.
El nivel de zoom al que se puede llegar (×90) produce un efecto sencillamente asombroso. No es que se vean las texturas de la pintura y el craquelado (pequeñas grietas); es que puedes incluso adentrarte en esas imperfecciones causadas por el tiempo para ver qué hay dentro (!) Naturalmente, si quieres disfrutarlo al máximo, calibra los colores del monitor y visualiza el resultado en una habitación oscura para que la sensación de inmersión sea máxima. Ponerse un poco de música clásica de fondo ayuda.
En total necesitaron tomar 41.106 fotografías durante 88 horas de escaneo continuo con un soporte motorizado en una plataforma de 5 × 5 metros. La pequeña y anónima chica es en realidad un cuadro de 40 × 45 cm, de modo que el resultado, si se dibujara con todo el detalle captado, sería casi 100 veces mayor.
Además de la hiper-mega-ultra-alta resolución que han conseguido escaneando la pintura resulta que también se puede ver en 3-D además de en 2-D. Esto es porque se puede apreciar el relieve de cada gota de pintura, en una visualización que recuerda a los cráteres de la Luna o de Marte más que a una imagen de una chicha sonriente.
Lo que hay detrás de este trabajo es la tecnología de Hirox, especializados en microscopios digitales, que con un montaje que incluye soportes robotizados, cámaras automáticas y lentes capaces de hacer un ×10.000 de ampliación sin despeinarse. Impresionante.
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