Jon Pauluritis tiene algunas disquisiciones personales pero interesantes sobre por qué se dice que hay cuatro, cinco, seis, siete o n continentes y los expertos no terminan en ponerse de acuerdo ni fijar una cifra. Así que puede considerarse una buena pregunta de Trivial con trampa.
Generalmente cuando se habla de 4, 5, 6 o 7 continentes se refieren a:
7 continentes: África, Antártida, Asia, Europa, América del Norte, América del Sur, Oceanía
Pero como puede verse en la imagen se puede ampliar la definición a decenas de ellos, según diversos criterios: el tamaño, si hay gente habitándolo (esto elimina la Antártida), si la placa tectónica es en su mayor parte agua o tierra… Lo de que Europa sea o no sea es fruto de mucho debate, porque parece más un rollo político, tradicional e histórico que físico.
A mi me lo enseñaron en la escuela con cinco, y por supuesto el criterio válido considero que es del Risk: seis continentes, aunque con las Américas separadas en Norte y Sur y sin Antártida.
Para ver el caos clasificatorio basta considerar una forma de dividir el planeta que tiene ni más ni menos que 11 continentes: África, Antártida, Asia, Europa, América del Norte, América del Sur, Oceanía, Zealandia, India, Península Arábiga, Groenlandia. A todo esto Zealandia, del que quizá nunca hayas oído hablar, es un continente casi sumergido en el que está Nueva Zelanda.
¡Tanto trozo de Tierra y una clasificación tan confusa! Desde luego geólogos y geógrafos tienen entretenimiento para rato.
El día uno de julio el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides, más conocido como ATLAS, por sus siglas en inglés, detectaba un objeto que por su trayectoria y velocidad tenía pinta de poder ser un objeto interestelar. Nuevas observaciones por parte de ATLAS y otros telescopios del mundo lo han confirmado. Así que 3I/ATLAS se convierte en el tercer objeto interestelar que vemos pasar por el Sistema Solar.
De hecho la I de su nombre provisional viene de Interestelar, mientras que el 3 es su ordinal, pues viene detrás del asteroide 1I/Oumuamua y del cometa 2I/Borisov. En el caso de 3I/ATLAS ha recibido la calificación de cometa porque se observa una coma a su alrededor típica de estos astros.
Trayectoria prevista de 3I/ATLAS por el Sistema Solar – NASA/JPL-Caltech
Viene de la dirección de la constelación de Sagitario –lo que no quiere decir que venga de allí– y se desplaza a unos 60 kilómetros por segundo, mientras que su tamaño está estimado en unos 20 kilómetros. Pero no representa ningún tipo de amenaza.
Y es que ahora mismo está a unos 670 millones de kilómetros de nosotros y la distancia mínima a la que pasará de la Tierra será de unos 240 millones de kilómetros. Su aproximación máxima al Sol será sobre el 30 de octubre, cuando pase a 210 millones de kilómetros de él.
Mientras está de visita por nuestro barrio estelar telescopios de todo tipo en todo el mundo seguirán observándolo para aprender todo lo posible de él mientras esperamos a que llegue Rama. O por lo menos la película.
Impresión artística del Meteosat MTG-S1 en órbita sobre la Tierra – ESA/Mlabspace
Esta pasada noche un Falcon 9 de SpaceX ha lanzado el segundo satélite meteorológico Meteosat de tercera generación (MTG-S1) junto con el primer instrumento Sentinel 4, que en unas semanas alcanzarán su posición final en órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altitud sobre el ecuador.
Aunque el MTG-S1 es el segundo Meteosat de tercera generación en ser lanzado es el primero de tipo S en ser lanzado. Su instrumento principal es el Infrared Sounder (IRS, Sonda infrarroja), del que viene la S de su nombre. Con él proporciona datos acerca de la humedad y temperatura de la atmósfera a distintas alturas sobre Europa cada 30 minutos.
Pero también lleva a bordo el espectrómetro UVN (ultravioleta, visible e infrarrojo cercano) de la misión Sentinel-4, que obtiene información acerca de la composición de la atmósfera sobre Europa y África cada hora y obtiene información acerca de aerosoles, ozono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre. Complementa La las misiones Sentinel-5 y Sentinel-5P, que proporcionan observaciones desde sus órbitas polares.
Y es que los Meteosat de tercera generación son de dos tipos, los ya citados S y los de tipo I, que por su parte montan como instrumento principal el Flexible Combined Imager (FCI), que obtiene una imagen completa de nuestro planeta cada 10 minutos en 16 canales distintos en resolución estándar y cuatro más en alta resolución. Llevan también a bordo el Lightning Imager (LI), que es un detector de rayos compuesto por cuatro cámaras que permiten detectar tormentas 24/7. Las imágenes del FCI dan información acerca de las nubes y sus propiedades y las de la superficie de la tierra y el mar.
Cuando esté completa la constelación Meteosat de tercera generación (MTG) estará compuesta por seis satélites que operarán en dos grupos de tres. En cada grupo de tres habrá uno que obtenga imágenes –el del tipo I– y dos que obtengan datos de la atmósfera a distintas alturas, los de tipo S.
Según Phil Evans, Director General de Eumetsat: «MTG-S1 proporcionará datos completamente nuevos que ayudarán a los especialistas de los Estados miembros de Eumetsat a detectar signos de inestabilidad atmosférica incluso antes de que comiencen a formarse nubes. Combinado con datos de los satélites de imágenes MTG, ofrecerá por primera vez una visión espacial del ciclo de vida completo de las tormentas convectivas. Esto proporcionará un apoyo fundamental a los servicios meteorológicos nacionales en el desempeño vital de su trabajo, ayudando a salvar vidas, reducir interrupciones y fortalecer la resiliencia.»
Las misiones Sentinel, por su parte, son los ojos en el espacio del programa Copérnico de la Unión Europea y uno de sus principales activos, ya que cada día proporcionan montones y montones de datos que son almacenados y puestos a disposición de quien quiera utilizarlos. Algunas son satélites independientes; otras, como Sentinel-4, son instrumentos que vuelan a bordo de otros satélites.
Este lanzamiento está rodeado de una cierta polémica, pues el principio el Meteosat MTG-S1 tenía que haber sido lanzado en un Ariane 6, pero en junio de 2024 Eumetsat anunció que lo había pasado a un Falcon 9, sin dar muchas explicaciones al respecto.
Aunque también es cierto que estaba previsto lanzar el MTG-S1 en un Ariane A64, la versión con cuatro propulsores de combustible sólido. Pero esa versión todavía no ha volado, así que habría que lanzarlo en un A62, la versión con dos propulsores. Y esto obligaría a utilizar las reservas de propelentes del satélite para colocarlo en su ubicación orbital definitiva, lo que acortaría su vida útil.
En cualquier caso la primera etapa del Falcon 9, la B1085, que volaba en su novena misión, aterrizó sin problemas en el espaciopuerto flotante Just Read The Instructions tras cumplir con su tarea, así que podrá volver a ser utilizada.
Ya se puede descargar Comunicando ciencia con ciencia, un libro que «que tiene el objetivo de facilitar formación y recursos útiles sobre las estrategias y los modelos que, basados en evidencias, mejor funcionan en la comunicación social de la ciencia y que son más efectivas a la hora de acercar la ciencia a la sociedad.»
Su público objetivo son investigadores y docentes, periodistas y divulgadores. Pero yo creo que le puede interesar a cualquier persona mínimamente preocupada por el papel de la ciencia en nuestras vidas; creo que puede dar herramientas útiles a la hora de intentar razonar con «cuñaos» y similares sobre estos temas.
Aunque reconozco que mi opinión puede no ser la más objetiva del mundo ya que soy una de las 36 personas que han contribuido a escribirlo. 36 personas porque cada capítulo está escrito a cuatro manos, dos de alguien con un perfil más académico y dos de alguien más metido en el día a día.
De todas formas como el libro es gratis lo único que pierdes si te lo descargas y no te gusta es un poco de tiempo. Así que anímate a echarle un ojo. O los dos.
Comunicando ciencia con ciencia es una iniciativa de la Fundación Lilly, en colaboración con la Asociación Española de Comunicación Científica (AEC2) y The Conversation España, y forma y completa una trilogía junto con Enseñando ciencia con ciencia e Informando de ciencia con ciencia.