Por @Wicho

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El día uno de julio el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides, más conocido como ATLAS, por sus siglas en inglés, detectaba un objeto que por su trayectoria y velocidad tenía pinta de poder ser un objeto interestelar. Nuevas observaciones por parte de ATLAS y otros telescopios del mundo lo han confirmado. Así que 3I/ATLAS se convierte en el tercer objeto interestelar que vemos pasar por el Sistema Solar.

De hecho la I de su nombre provisional viene de Interestelar, mientras que el 3 es su ordinal, pues viene detrás del asteroide 1I/Oumuamua y del cometa 2I/Borisov. En el caso de 3I/ATLAS ha recibido la calificación de cometa porque se observa una coma a su alrededor típica de estos astros.

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Trayectoria prevista de 3I/ATLAS por el Sistema Solar – NASA/JPL-Caltech

Viene de la dirección de la constelación de Sagitario –lo que no quiere decir que venga de allí– y se desplaza a unos 60 kilómetros por segundo, mientras que su tamaño está estimado en unos 20 kilómetros. Pero no representa ningún tipo de amenaza.

Y es que ahora mismo está a unos 670 millones de kilómetros de nosotros y la distancia mínima a la que pasará de la Tierra será de unos 240 millones de kilómetros. Su aproximación máxima al Sol será sobre el 30 de octubre, cuando pase a 210 millones de kilómetros de él.

Mientras está de visita por nuestro barrio estelar telescopios de todo tipo en todo el mundo seguirán observándolo para aprender todo lo posible de él mientras esperamos a que llegue Rama. O por lo menos la película.

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Por @Wicho

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Impresión artística del Meteosat MTG-S1 en órbita sobre la Tierra – ESA/Mlabspace

Esta pasada noche un Falcon 9 de SpaceX ha lanzado el segundo satélite meteorológico Meteosat de tercera generación (MTG-S1) junto con el primer instrumento Sentinel 4, que en unas semanas alcanzarán su posición final en órbita geoestacionaria a 36.000 kilómetros de altitud sobre el ecuador.

Aunque el MTG-S1 es el segundo Meteosat de tercera generación en ser lanzado es el primero de tipo S en ser lanzado. Su instrumento principal es el Infrared Sounder (IRS, Sonda infrarroja), del que viene la S de su nombre. Con él proporciona datos acerca de la humedad y temperatura de la atmósfera a distintas alturas sobre Europa cada 30 minutos.

Pero también lleva a bordo el espectrómetro UVN (ultravioleta, visible e infrarrojo cercano) de la misión Sentinel-4, que obtiene información acerca de la composición de la atmósfera sobre Europa y África cada hora y obtiene información acerca de aerosoles, ozono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre. Complementa La las misiones Sentinel-5 y Sentinel-5P, que proporcionan observaciones desde sus órbitas polares.

Y es que los Meteosat de tercera generación son de dos tipos, los ya citados S y los de tipo I, que por su parte montan como instrumento principal el Flexible Combined Imager (FCI), que obtiene una imagen completa de nuestro planeta cada 10 minutos en 16 canales distintos en resolución estándar y cuatro más en alta resolución. Llevan también a bordo el Lightning Imager (LI), que es un detector de rayos compuesto por cuatro cámaras que permiten detectar tormentas 24/7. Las imágenes del FCI dan información acerca de las nubes y sus propiedades y las de la superficie de la tierra y el mar.

Cuando esté completa la constelación Meteosat de tercera generación (MTG) estará compuesta por seis satélites que operarán en dos grupos de tres. En cada grupo de tres habrá uno que obtenga imágenes –el del tipo I– y dos que obtengan datos de la atmósfera a distintas alturas, los de tipo S.

El primer MTG-I, el MTG-I1, fue lanzado el 13 de diciembre de 2022. Está planeado que haya tres de cada tipo en servicio.

Según Phil Evans, Director General de Eumetsat: «MTG-S1 proporcionará datos completamente nuevos que ayudarán a los especialistas de los Estados miembros de Eumetsat a detectar signos de inestabilidad atmosférica incluso antes de que comiencen a formarse nubes. Combinado con datos de los satélites de imágenes MTG, ofrecerá por primera vez una visión espacial del ciclo de vida completo de las tormentas convectivas. Esto proporcionará un apoyo fundamental a los servicios meteorológicos nacionales en el desempeño vital de su trabajo, ayudando a salvar vidas, reducir interrupciones y fortalecer la resiliencia.»

Las misiones Sentinel, por su parte, son los ojos en el espacio del programa Copérnico de la Unión Europea y uno de sus principales activos, ya que cada día proporcionan montones y montones de datos que son almacenados y puestos a disposición de quien quiera utilizarlos. Algunas son satélites independientes; otras, como Sentinel-4, son instrumentos que vuelan a bordo de otros satélites.

Este lanzamiento está rodeado de una cierta polémica, pues el principio el Meteosat MTG-S1 tenía que haber sido lanzado en un Ariane 6, pero en junio de 2024 Eumetsat anunció que lo había pasado a un Falcon 9, sin dar muchas explicaciones al respecto.

Aunque también es cierto que estaba previsto lanzar el MTG-S1 en un Ariane A64, la versión con cuatro propulsores de combustible sólido. Pero esa versión todavía no ha volado, así que habría que lanzarlo en un A62, la versión con dos propulsores. Y esto obligaría a utilizar las reservas de propelentes del satélite para colocarlo en su ubicación orbital definitiva, lo que acortaría su vida útil.

En cualquier caso la primera etapa del Falcon 9, la B1085, que volaba en su novena misión, aterrizó sin problemas en el espaciopuerto flotante Just Read The Instructions tras cumplir con su tarea, así que podrá volver a ser utilizada.

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Por @Wicho

Portada del libroYa se puede descargar Comunicando ciencia con ciencia, un libro que «que tiene el objetivo de facilitar formación y recursos útiles sobre las estrategias y los modelos que, basados en evidencias, mejor funcionan en la comunicación social de la ciencia y que son más efectivas a la hora de acercar la ciencia a la sociedad.»

Su público objetivo son investigadores y docentes, periodistas y divulgadores. Pero yo creo que le puede interesar a cualquier persona mínimamente preocupada por el papel de la ciencia en nuestras vidas; creo que puede dar herramientas útiles a la hora de intentar razonar con «cuñaos» y similares sobre estos temas.

Aunque reconozco que mi opinión puede no ser la más objetiva del mundo ya que soy una de las 36 personas que han contribuido a escribirlo. 36 personas porque cada capítulo está escrito a cuatro manos, dos de alguien con un perfil más académico y dos de alguien más metido en el día a día.

De todas formas como el libro es gratis lo único que pierdes si te lo descargas y no te gusta es un poco de tiempo. Así que anímate a echarle un ojo. O los dos.

Comunicando ciencia con ciencia es una iniciativa de la Fundación Lilly, en colaboración con la Asociación Española de Comunicación Científica (AEC2) y The Conversation España, y forma y completa una trilogía junto con Enseñando ciencia con ciencia e Informando de ciencia con ciencia.

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Por @Wicho

La PSP en primer plano vista desde atrás con el Sol al fondo de la imagen
La PSP mirando hacia el Sol – NASA/Johns Hopkins APL/Steve Gribben

Hace unos días la Parker Solar Probe de la NASA informaba al control de la misión de que había sobrevivido al vigésimo cuarto perihelio de su órbita alrededor del Sol. Es el punto de ella en el que más se aproxima a nuestra estrella, en el que se coloca a tan sólo 6,2 millones de kilómetros de su superficie. Eso marca el fin de su misión, pues ya ha cumplido todos los objetivos previstos.

Lanzada el 13 de agosto de 2018 su objetivo era introducirse en la corona, para estudiarla con más detalle que nunca hasta ahora. Para ello utilizó varias asistencias gravitacionales de Venus hasta que en su sobrevuelo del planeta del seis de noviembre de 2024 la órbita quedó establecida en la actual, de 6,2×68 millones de kilómetros sobre la superficie del Sol.

Así la PSP se convertía en la nave espacial que más se ha acercado nunca al Sol. Y cuando está en el perihelio de su órbita, en el que alcanza los 687.000 kilómetros por hora, es también la más rápida. Esta velocidad es, junto con su escudo térmico, lo que le permite sobrevivir tan cerca del Sol. Salvando todas las distancias, es como cuando, aunque tengas el horno a 200 grados, metes algo en él. Mientras no toques las paredes internas si lo haces lo suficientemente rápido no te quemarás; la PSP no se quema porque la Corona es muy poco densa aunque está a entre uno y dos millones de grados Celsius.

La Parker Solar Probe y sus instrumentos están diseñados para que nos proporcionen información más detallada que nunca sobre nuestro Sol, cuyo estado llega a afectar a la Tierra y a otros astros. Está estudiando cómo se mueven la energía y el calor a través de la atmósfera del Sol y lo que acelera el viento solar y las partículas de energía solar.

La idea es que con los datos que obtengamos gracias a ella podremos entender mejor el clima espacial y protegernos mejor contra él; no hay que olvidar que el viento solar afecta a la magnetosfera terrestre.

Dos de las cosas que ha podido observar son inversiones repentinas del campo magnético del viento solar, conocidas como retrocesos magnéticos, que generan calor que contribuye a aumentar la temperatura de la corona; y ondas de Alfvén, un fenómeno teorizado en 1942 por Hannes Alfvén que es el que causante principal de la enorme temperatura de la corona en comparación con la de la superficie, que «apenas» está a unos 5.500 grados Celsius. También ha sido la primera sonda en detectar una inestabilidad Kelvin-Helmholtz en una eyección de masa coronal, algo que hace tiempo que sospechábamos que debía pasar pero que nunca habíamos visto.

Y si la Parker Solar Orbiter nos está permitiendo ver el Sol desde más cerca que nunca la Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea nos está permitiendo verlo desde nunca lo habíamos visto antes, pues acaba de conseguir las primeras imágenes de su polo sur que hayamos visto jamás.

En cualquier caso el perihelio de la PSP del pasado día 19 ha sido el tercero a 6,2 millones de kilómetros. Pero no será el último. De hecho se producirán otros dos más este año. Y como la mecánica orbital es la que es, la PSP seguirá girando alrededor del Sol durante los próximos millones de años. Lo que no podrá hacer es variar más su órbita ya que después del sobrevuelo de Venus del pasado mes de noviembre ya siempre estará más cerca del Sol que el planeta.

Así que por ahora, y suponiendo que la administración Trump no le de el matarile, la PSP seguirá observando el Sol órbita tras órbita mientras tenga combustible de maniobra para mantener sus antenas orientadas hacia la Tierra.

Por cierto que el nombre de la sonda es un homenaje a Eugene Newman Parker, un astrofísico estadounidense, no a la consola de Sony. En la década de los 50 Parker predijo la existencia del viento solar y la forma que tendría el campo magnético del Sol en el sistema solar exterior, hoy conocida como espiral de Parker. También propuso, pero ya en 1987, que la elevadísima temperatura de la corona solar podía ser producida por innumerables fulguraciones solares en miniatura.

Fue la primera vez en la historia de la NASA que una misión ha recibido el nombre de alguien todavía vivo en el momento de su lanzamiento. Aunque Eugene Parker falleció el 15 de marzo de 2022, con lo que aunque no vio como la sonda alcanzaba su distancia mínima al Sol sí que pudo enterarse de cómo iba cumpliendo la misión sin mayore problemas hito tras hito.

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